– Jamás había deseado tanto besar unos labios con sabor limón y sal. – dijo Hugo mirándome para captar mi atención, la cual se había desviado a las pelusas del suelo del box – El día atardeció sin darnos cuenta dentro de aquel lugar mientras seguíamos explorando cada milímetro de nuestro cuerpo. – añadió con una sonrisa ladeada – Volvimos a la moto. Volvimos a tu moto. – rectificó inmediatamente enfatizando el pronombre personal – Y en cada semáforo me robabas un beso hasta llegar al mismo callejón. – yo me limité a asentir con los labios cerrados - ¿Con el casco? ¿Un beso? – preguntó él curioso, a lo que mi respuesta fue igual que la anterior, pero él me miró extrañado.
– De estos que no son cerrados. – tuve que explicarle mediante gestos, y él asintió conforme.
– Aquella noche no quité la mirada de la puerta, esperando verte entrar en cualquier momento. Pero no volviste. Ni esa noche ni ninguna otra. – terminó con un hilo de voz sugerente – Esta es la historia, ¿no? – concluyó tras unos segundos.
– Bueno, esta es la historia que yo me he imaginado, pero que además creo que es bastante similar a la del videoclip. Ósea, es de este rollo. – respondí cohibida.
– Pues me va a venir de perlas para aprenderme la letra, porque llevo un lio. – aportó el chico para restarle intensidad al ambiente creado por las palabras que había esbozado en mi libreta y que él se había empeñado en leer.
– Pero no la llevas tan mal. Son los primeros días, a mí también se me van algunas frases.
– Anaju... - agregó alargando la última vocal de mi nombre – si ya te la sabes perfecta. Me tienes que ayudar a sacar la melodía de los primeros versos porque no hay forma, ya lo has visto antes en clase de Manu. – yo simplemente reí ante su expresión facial que era una mezcla entre desesperación y burla.
– Venga levanta y coge el micro, así la ensayamos un par de veces más. – le extendí la mano y él la agarró al vuelo.
Pasando por el lado del piano, se llevó consigo la banqueta para ponerla frente a mí mientras yo localizaba el audio del playback en el ordenador.
I love it when you call me señorita,
I wish I could pretend I didn't need ya
but every touch is oh, la, la, la,
it's true, la, la, la.
Oh, I should be runnin',
Oh, you keep me coming for ya.Empecé la canción un poco baja de afinación, no era extraño ya que aquellas primeras frases se me resistían.
Land in Miami,
the air was hot from summer rain.
Sweat drippin' off me,
before I even knew her name, la, la, la,
it felt like oh, la, la, la, yeah, no.Él empezó bastante torpe y poco concentrado, acto que se mostró con un desajuste de afinación. Me sorprendió su tropiezo, pero me desternillé ante su reacción.
– Pues sí que la llevabas mal... – completé en tono jocoso a la par que él me respondía con una peineta.
– Vuélvela a empezar que me has desconcentrado.
– ¿Yo? ¿Con qué? – le rebatí incrédula.
– Con la carita esa que has puesto. – noté un calor extremo subiendo por mi cuerpo que se reflejó en el rubor de mis mejillas. – Es que no veas con el 'Miami' ese. No me sale ni a la de tres. – exclamó exasperado mientras yo sonreía – Land in Miami. – canturreó levemente en el tono correcto de la melodía.
– ¡Bien! – exclamé sorprendida.
Sin pretenderlo, Hugo había conseguido entonar el enunciado que tantos quebraderos de cabeza le traía. Él me miraba sorprendido con la ilusión de un niño exhibida en el brillo de sus ojos.
– Es que me estaba haciendo el tonto antes, por eso, ahora me ha salido. – me retó levantando la ceja en acto de superioridad.
– Una mierda. – refuté, burlona y a la vez sarcástica, su maniobra.
– Ya verás, ya verás. ¿Lo hago bien? – me contrarrestó divertido.
– Venga. – mis manos se posaron a los costados de mis caderas esperando su actuación.
– Es que, si no esto no iba a tener espectáculo, hombre ... – su risa nerviosa eclipsó todo el box provocando la misma reacción en mí – Land in Mia... – no consiguió terminar con la palabra, ya que, al mirarme, volvió a desternillarse.
Se acercó a mí para empequeñecer su error, yo meramente me limité a arroparlo en mis brazos.
– Vamos. – le animé afectuosamente a que volviese a retomar su tarea, obteniendo por respuesta una ejecución impoluta – ¡Genial! – le reconforté cuando nuestros ojos se cruzaron.
– Ves como lo hacía bien. – expresó asintiendo con la cabeza de modo punzante.
– Claro, yo nunca he dudado de ti. – le dirigí unas palabras juguetonas, sin embargo, él me alagó con otras de gran profundidad.
– Gracias. De verdad, me lo estás haciendo todo tan fácil esta semana. – se acercó a mí para darme un abrazo más extenso que el anterior, colocando su cabeza en mi cuello, y enterneciéndome con su gesto.
Sabía que la situación a la cual se exponía con esta canción era complicada, debido a la incomunicación con su pareja, y le estaba costando de más incorporar la letra. Por ello, me había propuesto ayudarle de cualquier manera, pero sin que él lo notase para no desmerecer su trabajo. A pesar de mi intención, a través de aquel arrumaco, me había demostrado que era plenamente consciente de mi esfuerzo y que lo valoraba gratamente. La relación que estaba estableciendo con Hugo distaba mucho de la que estaba estableciendo con el resto de mis compañeros. Nuestro nivel de complicidad era mayor, incluso habíamos amoldado un código propio que descifrábamos con las miradas.
Sin dudarlo, estaba conociendo una parte de mí inexplorada la cual convertía al rubio en mi mayor apoyo, por ahora, dentro de esta experiencia.
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inmarcesible | anahug
FanfictionSe entiende por inmarcesible aquello que no se puede marchitar. Pues inmarcesible es la intensidad con la que vive la protagonista de esta historia, matiz que la caracteriza y provoca que se suma en una vorágine de emociones cada vez que conecta co...