La primera semana dentro de la academia resultó ser toda una revolución en cuanto a costumbres, rutinas y quehaceres. Convivíamos en una casa enorme dieciséis personas de lugares distintos del país: Alicante, Barcelona, Canarias, Córdoba, Galicia, Madrid, Murcia, Pamplona o Sevilla, eran algunas de las ciudades de las cuales procedían mis compañeros. La combinación de caracteres, personalidades, modos de vida y de expresión era tan diversa, que las primeras rencillas de la convivencia se hicieron notar. Aunque el ambiente no era irritante, salvo en algún momento concreto de discusión alterada, la jornada transcurría con normalidad dentro de la utopía que resultaba ser todo aquello que estábamos experimentando.
– Anaju, ¿vamos a ensayar? – me sorprendió por detrás mi compañero de canción, Gèrard. La verdad es que era un chico muy tranquilo y trabajador, cosa que agradecí enormemente por el orden que me transmitía dentro del vaivén de emociones que sentía interiormente.
Esta semana nos tocaba defender un tema llamado Up de Olly Murs y Demi Lovato, a ambos se nos daba bien el inglés, así que aquello no fue un problema. La dificultad, si es que la canción la tenía, radicaba en la interpretación ya que debíamos encontrar una conexión de pareja que se había truncado y reconstruirla. En mi caso, mi papel simplemente debía ser la de una mujer abandonada la cual iba a ser reconquistada por su enamorado. Debía resistirme, en principio, a su propuesta para que él me demostrase de verdad que esta vez iba a ser diferente. Algo sencillo comparado con la tarea de mi compañero. Así que no lo dude ni un segundo, le ayudé en todo lo que pude y más y, a raíz de aquello, establecimos una base compacta sobre la cual se asentaría una bonita amistad.
– Gèrard la última que nos vamos a plató ya. – le dije con una sonrisa en la cara para intentar disipar los nervios que este tenía – Lo vamos a hacer genial, te lo prometo. – agregué estrechando su mano con la mía.
Escuché a Gèrard desde detrás de un cancel del escenario. Él debía empezar solo con la actuación, a la cual me sumaría yo lentamente por su espalda.
Entré con pasos pequeños, volviendo a notar que el escenario se hacía inmenso, aunque esta vez no estaba sola. Y, por más miedo que tuviese, le había prometido a mi compañero que íbamos a hacer una actuación brillante. Así que, deslizando mi mano por su hombro, me uní a la melodía con una estabilidad inédita para mí hasta el momento. Nos miramos y las sonrisas colmaron nuestros rostros, lo estábamos consiguiendo. Sus gafitas adornadas con el brillo de sus ojos me provocaron una ternura inmensa. Bailamos perdiendo los nervios. Y aquella calma que me había transmitido durante la semana, intenté devolvérsela con risas, caricias y mi voz. Terminamos la canción fundidos en un abrazo sincero y con la seguridad de haberlo hecho lo mejor que podíamos.
Al final de la noche volvíamos a la academia, la cual, cada día, sentía como un poco menos extraña y más mi casa. Aunque esta vez lo hacíamos sabiendo que la próxima seríamos uno menos. Ari y Nick estaban nominados, y mi corazón se resentía al pensar que alguno de los dos podía abandonar la estancia. Era una consecuencia colateral del concurso, pero los sentimientos que experimentábamos eran tan intensos que únicamente una semana sirvió para apreciar a todo el grupo como a una familia. Solo nosotros sabíamos lo que allí se sentía y solo nosotros podíamos ayudarnos a gestionar esas sensaciones.
A continuación del Chat, todos decidimos irnos a la cama. Estábamos exhaustos por el cumulo de impresiones que transitaban por nuestros cuerpos. Yo, haciendo caso omiso a las palabras de mis compañeros, decidí darme una ducha caliente para aliviar la tensión. Bajo el agua, recordé mi vida anterior. La vislumbraba tan lejana, tan distante y distinta, que empecé a cuestionarme quién era esa persona, y, sobre todo, quién era o quería ser la persona que estaba allí en aquel lugar.
Cerré los ojos.
No encontré respuesta.
Lo único que sabía es que aquella persona ya no era yo.
Volví a cerrar los ojos, esta vez con más intensidad.
Logré vislumbrar bocetos, líneas, trazos, de alguien o de algo.
Sin embargo, seguía sin saber quién o qué era aquello.
Y suspiré rendida cerrando el grifo del agua.
Jamás me había parado a pensar quién era o quería ser. Ni a nivel profesional, ni a nivel personal. Aquello solo lo había hecho al decidir la universidad en la que quería estudiar, la carrera que cursar, el lugar donde vivir, el trabajo que ejercer. Pero no aquello que ser.
Salí de aquel espacio sin tener nada claro, pero con el propósito de encontrarlo. Frente a mi armario, sentí una punzada en el pecho al observar mi libreta de anotaciones. Por ello, me decidí a instalarme durante largos minutos en el sillón de la terraza con el objetivo de descargar aquella molestia. Con los pies cruzados sobre mis piernas, sobre la luz de la luna, tracé una de las mil composiciones que recogería aquel frágilcuaderno.
"Lunas en los dedos,
pelo color de sol.
Mi sistema es frágil,
nunca sabré la razón.
Ojos de nácar,
piel de canción,
aguda o llana,
pero las cositas de corazón.
El viento es escaso
y la luz fugaz,
ojalá en esta terraza
poderte llamar."
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inmarcesible | anahug
أدب الهواةSe entiende por inmarcesible aquello que no se puede marchitar. Pues inmarcesible es la intensidad con la que vive la protagonista de esta historia, matiz que la caracteriza y provoca que se suma en una vorágine de emociones cada vez que conecta co...