- Prologo-

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"Te quiero, amor, amor absurdamente, tontamente, perdido, iluminado, soñando rosas e inventando estrellas y diciéndote adiós yendo a tu lado"

Jorge Sabines 

Marco se arrastró con dificultad por las paredes, estaba herido. Uno de los hijos de su enemigo le había disparado en su brazo. En ese momento estaba seguro de dos cosas, una: debía curar cuanto antes su brazo o moriría desangrado, dos: mataría al bastardo en cuanto estuviera curado.

Giró su vista verificando que nadie estuviera siguiéndolo, caminó unos cuantos pasos y divisó una enorme edificación. Un convento, no tenía otro opción debía entrar allí, había perdido a todos sus hombres, no había donde más huir. Como pudo se las ingenió para atravesar la puerta trasera del jardín, logro zafar el candado y entrar sin hacer el menor ruido.

- Demonios...., es mucha sangre – se quejó al mismo tiempo en que se llevaba las manos a su herida.

Marco se tambaleó unos cuantos pasos más y finalmente cayó sobre el suelo. Cuando el italiano volvió a abrir sus ojos se encontró con los iris azules de una bella mujer.

- ¿Se encuentra bien? Es claro que no está bien, ¡Santo cristo!.. ¿Debería llamar a la hermana.....

- Shh... - Marco tapo la boca de la chica y la arrastró consigo mientras le apuntaba con un arma. La chica tembló en sus brazos-. No te haré nada, a menos que puedas curarme ¿sabes hacerlo?

Ella asintió y él respiro aliviado.

- Muy bien, no hagas ruido.

La arrastro hasta una habitación que parecía sola. El italiano cerró la puerta a sus espaldas mientras la tumbaba a ella en una vieja silla.

- Un solo grito y te mato – volvió a apuntarle.

Ella parpadeo varias veces.

- El botiquín de primeros auxilios está en la habitación de al lado – articulo con voz nerviosa.

- Tráelo aquí de inmediato – sentencio el italiano.

- Si señor – apenas podía pronunciar una palabra estaba presa del pánico.

La chica atravesó la puerta y en tiempo record fue hasta la habitación, tomo el botiquín y se devolvió a donde estaba el mafioso.

- Es aquí – Marco se deshizo de la camisa, su torso desnudo quedo bajo la mirada de ella.

- Por Dios... – se persigno mientras impregnaba el algodón con alcohol.

- ¿Que? ¿Nunca has visto un hombre sin camisa?

La chica se sonrojo.

- ¿Acaso no ve lo que soy? – dijo mientras agachaba su mirada.

- Oh cierto, eres una... ¿monja?

- Novicia. Respondió ella-. Ingrese hace tres meses..

- ¿Porque una mujer querría ser monja? – dibujo una sonrisa que después quito cuando ella pasó el algodón por su herida-. ¡Mierda, duele!

- Para que no le rompan el corazón los hombres – respondió ella con simpleza.

- Buena escapatoria.

La chica siguió pasando el algodón hasta que con una de las tijeras pudo retirar la bala.

- Ya está. Tienes que quedarte con ese algodón ahí, no fue muy profunda. Aunque lo mejor es que vayas a un hospital.

- Gracias – respondió él mientras ella rebuscaba una gasa entre las cosas.

Se tomó sus segundos para detallarla, tenía unos rasgos delicados, unos labios preciosos y una melena castaña caída en cascada por encima de sus hombros. Era linda, bonita. Se veía tierna y femenina.

- Ten, es para que te cubras la herida, si no lo haces se te infectara – aquella voz los saco de sus pensamientos.

- ¿Cuál es tu nombre? – pregunto él.

- ¿Porque quieres saberlo?

- Solo quiero conocer el nombre de la persona que me ha salvado la vida.

- Me llamo Belle.

- Belle... - arrastro su nombre palabra una a una-. Suena como a bella en italiano.

- ¿Eres un criminal? ¿Un ladrón? – enarco una ceja.

- Soy todo lo que describes y más – echo su cabeza hacia atrás-. Necesito un whisky me arde como el demonio.

Un ruido se escuchó haciendo que el mafioso tomara en sus manos el arma.

- No..... – dijo ella en medio de un susurro-. Debe ser la hermana superiora.

- Me importa si se trata de la misma hermana de Calcuta. Si me ve estoy perdido, llamará a la policía.

- No hagas nada que pueda dañar a alguien de aquí, te he ayudado prometo no decir nada de lo que he visto. Incluso te ayudare a salir de aquí sin que nadie lo note.

- ¿Sabes cuantas personas me han dado esa respuesta y ahora están muertas?

Belle lo miro con horror mientras retrocedía.

- No te asustes – la tomo de su muñeca-. No te ves como una mala persona. Tengo algo en mente.

- ¿Qué más quieres? Ya te he ayudado.

- Quiero que vengas conmigo, bella. 

(***)

Querido lector espero que tu día marche de maravilla, si has llegado aquí, te felicito. Vas a descubrir una historia de mucho suspenso, amor y venganza. Acorde escribir la historia de Marco para Junio, pero me tienen aquí con un abre bocas de la historia, porque simplemente para mi es perfecto. Aunque pueden que lo odien mas adelante. y como dice la canción de multimedia.

¿Que es el amor?

Muy bien lean, comenten, y escriban sus sugerencias. Bye. 

Peligrosa OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora