Peligrosa Oscuridad

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Marco se encontraba en uno de los muelles de la ciudad cerrando un importante trato con uno de los nuevos socios cuando vio la figura de Niccolo bajar de uno de los autos.

Habían pasado algunos meses desde su última visita.

Inmediatamente el italiano se acercó hasta él mientras cerraba el maletín con el dinero que le habían dado los hombres.

- ¿Qué haces tú aquí? - le preguntó a su suegro.

- Tengo información útil para acabar con la rata de tu primo - sentenció el hombre.

- Ese tipo no es mi familia - articulo molesto Marco-. Te dije que no te involucraras, yo voy a encargarme de él. Fabrizio es mi asunto - respondió furioso.

- No es sólo tu asunto, Belle es mi hija, lo quieras o no ese infeliz la lastimó, no voy a quedarme de brazos cruzados. Voy a vengarme.

El italiano pasó una de sus manos por el puente de su nariz y le sonrío.

- Sí, tú eres el padre de Belle. Pero yo soy su marido, la última vez que la viste quisiste llevártela a la fuerza contigo, tú tienes la culpa de que ahora ella no quiera verte, a mí me da igual, porque sólo de esa forma va estar tranquila.

- ¿Cómo puedes estar tranquilo con esa rata por ahí suelta? - enarcó una ceja Niccolo-. No has hecho nada al respecto.

- En primer lugar no te debo explicación alguna de mi vida a ti - articuló Marco-. El hecho de que no haya hecho aún nada contra Fabrizio no quiere decir que no piense vengarme. Poco a poco he recuperado mi poder, ya no tiene a nadie de su lado. ¿Sabes porque? Porqué un verdadero líder conoce el momento exacto para atacar, no se deja llevar por impulsos del momento, Fabrizio no ha aprendido nada de eso durante todos estos años - palmeó el hombro suavemente de Niccolo antes de subir a la camioneta junto a Basilio.

Niccolo soltó un bufido. Él y Marco no se llevaban bien, pero iba a ser un esfuerzo por Belle y su nieto, eran la única familia que aún tenía a su lado.

- ¿Cómo esta ella? – preguntó el hombre.

- Ella está bien, el bebé crece cada día más - respondió el italiano.

- ¿Ya saben que será?

- Aún no, tiene programada una ecografía dentro de dos días.... Si quieres verla. Habla conmigo primero.

- ¿Es acaso una broma? - se burló el hombre-. Creí que no me querías en la casa.

- Belle llora por las noches, aunque sé que lo oculta, puedo ver que esta triste por lo último. Ella es importante para mí, no soy demonio sin sentimientos como crees, al igual que tú también seré padre así que no quiero un futuro como ese para mi hijo.

Niccolo apretó sus labios y sus ojos se cristalizaron. Su hija lo extrañaba. Annabelle lo quería.

- Gracias - fue lo único que pudo pronunciar el hombre ante lo que Marco le había dicho.

Poco después la camioneta de Marco se alejó lejos del muelle.

***

Belle se sumergió en la bañera para tomar un pequeño baño. Toda la semana había pensado en la idea de volver a ver a su padre, aunque aquella vez las cosas no salieron como ella lo esperaba no quería mantenerse alejada de él.

Se dejó llevar por la temperatura del agua tibia cuando sintió unas manos enlazarse en sus hombros.

- Aquí estabas – susurró Marco mientras hundía su nariz en su cuello.

- ¿Marco, que haces? – soltó una risa cuando vio al italiano metiéndose a la bañera completamente desnudo-. El agua se está saliendo por todos lados.