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Belle detallo su figura en el espejo de la habitación, el vestido color amarillo con un escote adornado de pequeñas piedras de Swarovski resaltaban el color de su piel. Había estado nerviosa todo el día, era la primera vez que iría a un sitio lejos de la mansión, además se trataba del bar de Marco, nada bueno podría provenir de allí.

- ¿Ya estas lista? – pregunto Marco mientras cruzaba la puerta y la encontraba de espaldas.

Belle tomo el pequeño bolso de la peinadora y giro su vista hasta la de él.

- Amarillo – pasó sus manos por los pliegues del vestido-. Como te gusta – dibujo una media sonrisa.

Marco detallo su figura, era preciosa, su cabello castaño y ondulado caía en una perfecta cascada por encima de sus hombros y sus ojos azules zafiro eran mejor que cualquier otra joya que hubiera visto.

- Te ves muy hermosa – apenas pudo articular. Estaba sorprendido de las emociones que ella podía lograr en él con tan solo tenerla en frente.

Belle se acercó caminando hasta donde Marco se encontraba, pasó de largo sin fijar su vista en él, sin embargo ya lo había detallado lo suficiente. Llevaba un traje completamente negro con un corbatín color vino tinto que hacia juego con el atuendo y en su mano derecha resaltaba un reloj en oro.

- Espérame – dijo él mientras la sostenía de su muñeca.

- Dijiste que ibas a darme mi espacio.

- Solo dame tiempo para demostrarte que puedes quererme bella mía – respondió mientras pasaba sus dedos por la mejilla de ella.

Belle se estremeció con la caricia y alejo la mano de él.

- Secuestrar a una mujer, no es el mejor acto romántico para que me enamore de ti.

- Era la única forma de que vinieras conmigo.

- Te lo dije aquella vez y te lo vuelvo a decir, no le pertenezco a ningún hombre.

- Me perteneces a mí – dijo él mientras enlazaba su mano a la de ella-. Y espero que al único que ames sea a mí, que al único que puedas ver con lujuria y deseo sea yo.

Ella no se limitó a decir nada, Marco estaba totalmente obsesionado con ella, dejarla ir no estaba en su plan. Así que no le quedaba otra que estar con él, lo quisiera o no. Bajaron los escalones hasta llegar a la entrada de la mansión en la cual dos camionetas blindadas los estaban esperando. Belle subió hasta quedar con vista a la ventana, su mano se detuvo en cristal mientras en su recorrido veía el paisaje de la ciudad. Las luces nocturnas dejaban ver lo precioso que era Calabria.

- ¿Te gusta?- enarco una ceja él.

- Es muy bonita.

- Podemos salir y dar un paseo.

- ¿Plan romántico? – alzo una ceja ella

- ¿Quieres un plan romántico? Puedo ir por las flores y el resto de decoración

Ella soltó un bufido.

- Eres muy malo definitivamente en esto de conquistar a una mujer.

- ¿Crees que realmente lo soy? – enarco una ceja él mientras le sonreía-. ¿O nuestros labios juntos dicen otra cosa? – intento acercase a ella pero Belle retiro su rostro de su lado rechazando el beso.

Marco soltó una carcajada.

- Eres muy mala conejito. Me castigas.

- Dices que harás todo para que me enamore de ti. Entonces respóndeme algo, ¿Qué estarías dispuesto a hacer por mí?

Peligrosa OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora