Peligrosa Oscuridad

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- Lo prometo - respondió el italiano mientras la abrazaba-. No hables de esa forma como si no fuera a verte nunca más - se contuvo de no decirle acerca de sus miedos producto de los sueños que tenía con frecuencia.

- No va a suceder nada - respondió para calmar los ánimos-. Ya he escogido algunas de sus cosas - meneo con ligereza la bolsa que tenía en sus manos en los que había mas de una cosa para el bebé -. Regremos a casa, quiero descansar un poco mis pies.

- Como quieras bella - sostuvo su mano en la suya y se encaminaron a la salida del almacén.

La pareja subió a una de las camionetas blindadas que los condujo de regreso a la mansión.

Belle fue la primera en bajar del auto cuando notó la presencia de su padre a un lado de la puerta.

- Ciao Annabelle - dijo Niccolo cuando la vió bajar del auto-. He traído algunas cosas para mi nieto.

- Ciao Pappa - respondió la castaña-. Per favore entra - dijo con una sonrisa.

Marco la vio alejarse hasta el interior de la mansión y luego detuvo la mano de Niccolo cuando intentó seguirla.

- Te estoy vigilando, cuida tus actitudes con Belle - respondió el italiano.

- Mi hija me ha perdonado - quitó su mano con brusquedad de su brazo-. Sólo quiero su cariño y amor.

- Y alguien que ocupe su puesto en la Santa Corona, ¿o me equivoco? - enarcó una ceja Marco-. Belle es muy inocente para ver lo que pretendes con tus visitas pero a mi no me puedes engañar, no la fuerces a algo que no quiere.

- ¡Tú no me das órdenes a mí! - contestó Niccolo mientras lo dejaba atrás y se encaminaba al interior de la mansión.

Marco apretó los puños fuertemente.

- Maldito imbécil - mascullo entre dientes siendo sólo escuchado por Basilio.

- Mi señor, he mandado a seguir a la mujer al parecer se queda en un complejo de apartamentos cerca a uno de sus bares - articulo el jefe de seguridad.

- Muy bien hecho Basilio, no la pierdas de vista, puede que nos acerque a Fabrizio.

- Como ordene mi señor.

El mafioso atravesó las puertas de su casa y encontró a su esposa sentada al lado de su suegro.

Belle sostenía con alegría un movil giratorio en forma de estrellas para el bebé.

- Mira que hermoso está esto para su cuna amore - respondió su esposa mientras lo miraba con detalle-. Es bellisimo papá.

- Me alegra que te haya gustado princesa - respondió Niccolo.

- Ya no soy una niña pappa - dijo ella en respuesta-. Marco amore ven,siéntate no te quedes ahí parado sin decir nada.

Él le devolvió a ella una sonrisa mientras se sentaba al lado de suyo.

- Quiero que su cuna este en nuestra habitación, no quiero dejar a mi hijo solo ni un segundo.

- Mandaremos a pedir la que tú quieras - respondío su marido.

- Lamento si las cosas son blancas en su totalidad, pero no sabía el sexo del bebé - articulo Niccolo encogido de hombros.

Belle dejó a un lado el movil giratorio y le dio su atención a su padre.

- Es un niño, lo supe el mismo día del accidente.

Niccolo abrió los ojos de par en par contento por la noticia.