Peligrosa Oscuridad

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Marco removió su cuerpo encontrándose con la figura de Belle a su lado.

Se llevó una mano al costado cuando sintió el dolor en la zona en que había sido herido.

La miro con ternura mientras la cubría con las sábanas, sus ojos se veían cansados y sus mejillas parecían estar humedecias, como si hubiera llorado.

El italiano pasó una de sus manos por su vientre ligeramente abultado y sintió un pequeño movimiento.

- ¿Que es esto? - se pregunto sin salir del asombro-. Te has movido dentro del vientre de tu madre - dijo dirigiéndose al bebé.

Era la primera vez que lo sentía moverse y la sensación era sólo de alegría y ternura.

- Marco... - susurró la castaña mientras abría los ojos y veía a su marido a un lado de ella con los ojos puestos en los de ella-. Has despertado por fin amore mio - se acercó hasta él rodeandolo con los brazos.

- Se ha movido - dijo con una sonrisa-. Nuestro hijo se ha movido - tomó el rostro de ella en sus manos con ternura-. Ha sido maravilloso bella mía.

La castaña dirigió una mano a su vientre siemtiendo también el leve moviento.

- Nuestros niño tambien es iquieto al igual que su padre - contestó.

- ¿Niño? - enarco una ceja él.

- Así es, tendremos un varón - respondió ella con emoción-. Quería que tú estuvieras allí cuando lo supe - sacó la pequeña imagen de la ecografía de uno de sus bolsillos para que él la viera por si mismo.

- Lo siento...  Jamás voy a dejarte sola de nuevo - respondió su marido enlazando su mano a la de ella-. Dime ¿Estás bien? ¿Sucedió algo cuando estuve inconsciente?

- Sí, tuve que ir al hospital.

- ¿Qué? - dijo alarmado -. ¿Algo está mal? ¿Qué te ha dicho el médico?

- Tranquilo... - lo calmo ella-. No ha sido nada grave, tuve un sangrado por todo lo que sucedió. Pero ya ambos estamos bien, el médico dijo que está creciendo muy sano. Tú sin dudarlo darías la vida por nosotros. Gracias a ti estamos vivos.

- Claro que lo haría, son mi vida - respondió él rodeandola con sus brazos-. Mi vita eres tú bella.

- Ahora me toca cuidar de ti - dijo Belle mientras le daba un suave beso en sus labios-. Así podras recuperarte más rápido.

- No quiero que te esfuerces cuidandome, puedo regresar mañama mismo a mi trabajo.

- Nada de eso - replico ella-. ¡Por dio casi te matan! Quiero que por primera vez en tu vida me escuches. Debes descansar para recuperarte.

- Estoy bien - se levanto se su posición y dibujo una mueca de dolor.

Belle rodó los ojos, era tan necio que la sacaba de quicio.

- Recuestate, la herida fue profunda.

- ¿Ahora los papeles se invierten? - se mofó gracioso.

- Parece que sí - contestó ella -  se levantó de la cama para ir directo hasta el baño, ya que aún tenía puesta la ropa de la noche anterior.

Se dió una ligera ducha y cuando estuvo lista salió desnuda para acercarse hasta uno de los muebles de la habitación y sacar una camiseta de Marco de allí.

- Vaya...que vista  - su marido soltó un silbido que la hizo reír-. ¿Porque usas unas de mis camisas? - enarcó una ceja curioso.

- Porqué es una de las cosas que aún me quedan - respondió ella mientras se abrochaba los botones. Luego caminó de regreso a la cama para cambiar el vendaje.