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Hoy se celebra el día de la madre en algunas partes del mundo "Les deseo un felíz día a las madres en su día, en especial a mis queridas lectoras. Gracias por apoyarme siempre❤"


Después de varios días Marco y Belle decidieron casarse en una catedral cercana a la plaza de San Pedro. La castaña se detuvo antes en una casa de vestidos de novia para escoger el diseño que fuera de su agrado mientras el italiano se quedaba afuera del local.

Recordó la misma escena de hace tres años cuando ella fue secuestrada por Fabrizio, en ese momento también estaba escogiendo un vestido de novia, así que sin pensarlo un segundo ingres al establecimiento.

La mujer encargada le señaló el probador en el que la castaña se estaba probando los vestidos, caminó hasta allí y la encontró sólo en ropa interior.

- ¡Marco! – gritó fulminándolo con la mirada-. ¿Qué demonios? Te dije que te mantuvieras afuera.

- Solo quería verificar que estuvieras bien – suspiró mientras acortaba la distancia entre los dos-. Hmm... encaje, como me gusta – sonrió mientras pasaba sus dedos por la tela.

- Bien, ya lo verificaste – posó una mano en su rostro-. ¿Ahora podrías salirte? No quiero que veas el vestido.

- Está bien bella – le dedico una sonrisa mientras le daba un beso en los labios-. Te voy a estar esperando a fuera.

El italiano salió del probador y la esperó a un lado de los armarios mientras que las mujeres que atendían el establecimiento mantenían la vista puesta en él.

- Son un poco complicadas las mujeres, ¿no creen? – enarcó una ceja y ellas sonrieron.

Dentro del probador Belle detalló su figura enfrente del espejo, el velo blanco y transparente caía a ambos lados de sus hombros. Sonrió dejando caer unas pequeñas lágrimas por sus mejillas. No podía creer que estaba a horas de casarse, que por fin podría ser feliz con el hombre que realmente amaba.

- Me llevaré este – pasó sus manos por los pliegues del vestido, los adornos con pequeños encajes en la parte superior del escote resaltaban su figura.

Unos minutos después salió con el vestido en las manos y se lo entregó a la encargada para que lo empacara. Se acercó hasta Marco quien estaba apoyado en una de las esquinas distraído mirando el móvil, el italiano quitó la vista del aparato para dirigirla hacia ella.

- ¿Has escogido uno amore? – la rodeo con sus brazos por la cintura.

- Así es – sonrió dándole un beso-. Debo irme a cambiar. No quiero llegar tarde a nuestra propia boda.

- No habrá retrasos bella mía – sonrió él de vuelta.

Luego salieron del establecimiento de regreso a la casa.

Basilio se quedó esperando a Belle mientras se cambiaba de ropa. Por su parte Marco esperó en la iglesia con uno de los nuevos hombres de seguridad que trabajaban ahora para él. Una vez la castaña estuvo lista abandonó la casa y se encontró con el jefe de seguridad parado a un lado de la camioneta.

- Ya podemos irnos Basilio – le sonrió.

- Con todo respeto déjeme decirle que está muy bonita señora – respondió el hombre mientras abría la puerta del auto-. El señor la esta esperando desde hace unos cuantos minutos, se va infartar cuando la vea.

- ¿Tú crees? – enarcó una ceja mientras sostenía con fuerza el ramo de flores.

Se acomodó en el asiento trasero observando la ciudad a través de la ventana. Quería que todo fuera perfecto y sin problemas.

Peligrosa OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora