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Belle se despertó con el ruido que se escuchaba proveniente del jardín principal de la mansión. Desde muy temprano Marco se había levantado con sus hombres para practicar tiro.

- Ese idiota me va a volver loca - dijo ella mientras se cubria la orejas con una de las almohadas.

En cuestión de segundos una mujer entró en la habitación con una mesa llena de platos de comida.

- Buenos días signorina, este es su desayuno.

Belle detalló cada plato, en su vida había comido tanto para sólo ser un desayuno, las otras veces sólo traían cosas como panquekas con miel y leche, esto tenía mas pinta de cena que desayuno.

- El señor me ha encargado de decirle, que en cuanto termine de desayunar use uno de los vestidos del closet y lo acompañe a la alberca. Ha sugerido el color amarillo.

¿Y quien se cree él para venir a darme órdenes?, dijo ella para sus adentros.

- Grazie, pero no voy a bajar a ver a nadie.

La mujer la miro como si estuviera loca y después abandonó la habitación, Belle ni siquiera se preocupo por probar alguno de los platos, sólo quería irse de allí lo más pronto posible así que regreso a la cama y se cubrió con las sábanas.

Después de dos horas de práctica, Marco subió a su habitación para darse una ducha, estaba sudado producto del duro entrenamiento. Ahora más que nunca debía estar alerta de cualquier cosa que intentarán en su contra.

- Señor,la chica no ha querido aceptar bajar a verse con usted.

- ¿Qué? - alzo una ceja incrédulo-. ¿Le has llevado el desyauno?

- Si señor, no ha dicho más nada después de eso.

Marco se alejó de la empleada rumbo a la habitación de Belle, no había cosa en el mundo que lo enojase más que alguien lo desobedeciera.

- Estoy tratando de tener paciencia con ella y cada vez se pone peor - alegó entre dientes.

Estuvo a un paso de abrir la puerta cuando su hombre de seguridad lo detuvo.

- Don Marco, esto es importante. Tengo noticias de Barcelona.

- Vamos a tratarlo en mi oficina - ambos hombres se dirigieron hasta allí.

Basilio le mencionó todo a Marco una ves más, quien estaba detrás de todo era su primo Fabrizio. Aunque le costará creerlo.

- Esto..., esto es grave - susurro Marco llevandose la manos a su cabello-. Se trata de famiglia.

- Lo sé señor, quizás usted pueda convencerlo de que lo que sea que está tratando de hacer es algo realmente riesgoso.

- Nadie va decir nada de esto, va a quedar entre tú y yo. Fabrizio es como un hermano para mí,lo mejor es que yo hable en privado con él.

- Sabe que lo apoyo en todo tipo desiciones señor, pero esta sin duda alguna es una locura.

- Basilio, sé que hacer. Mientras el Fénix negro no vote en mi contra, todo va a estar bien, sabes que esos sujetos no me tendrán compasión. No lo hicieron con mi padre.

- Lo sé don Marco.

- Ya puedes irte.

Basilio salió de la oficina mientras Marco se acercaba al mini bar, saco de allí una botella de whisky y la sirvió sobre un vaso. Luego prendió uno de sus cigarrillos.

- ¿Qué tienes en mente Fabrizio? Pronto lo averiguaré.

(***)

Después de tres días de estar en la habitación sin salir, Belle decidió dar un paseo por la mansión. Tomó entre sus manos la perilla de la puerta y la giro. Lo primero que vio fueron las dos figuras de unos hombres robustos custodiando la puerta.

Peligrosa OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora