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Marco arrojó a Fabrizio maniatado al duro suelo de concreto. Su primo dibujo una mueca de dolor al sentir sus huesos crujir con el golpe.

Niccolo ya lo había torturado suficiente en el auto al quitarle su otra oreja de un sólo disparo.

- Bien..., hablaremos de  todo lo que quieras hasta de que te mate- susurró Marco mientras sacaba de su bolsillo un cigarrillo y lo encendía.

- ¿De qué quieres hablar? - preguntó con frialdad Fabrizio.

- Todo este tiempo traté de imaginar que diablos pasaba por esa cabeza al momento de intentar traicionarme, y llegué a una misma conclusión. Eres una maldita porquería que ni siquiera debió nacer, o crecer en la misma familia en la que nos criamos.

A Marco ya no le asombraban la actitudes de Fabrizio, de hecho lo creía como cualquier otro enemigo, frío y sin consciencia. Pero le hacía falta inteligencia para asumir el poder de la mafia Calabresa,algo que nunca poseería .

- Hiciste todo esto para llegar al mismo punto de partida, yo dándote órdenes y asumiendo mi puesto. Hace tres años estaba dispuesto a dártelo sin rechistar,te dije que te daría todo mi poder a cambio de una sola cosa, te suplique para que me entregaras a Belle y tu escogiste llevártela para cumplir con tus sucios planes de venganza - apretó los labios al decirlo,recordar todo por lo que había pasado Belle era incluso mas doloroso para él, saber que pudo hacer algo para evitarlo-. Era inocente de todo, no merecía lo que hiciste con ella.

Fabrizio soltó una enorme carcajada, Marco simpre había tenido una misma debilidad. Esa mujer era la obsesión por la que había perdido la cabeza hace mucho tiempo, ahora podía que el muriera pero Marco Valentiniani también lo haría al perder lo único importante en su vida.

- Belle... - dijo con sorna-. Tiene un cuerpo maravilloso y estar dentro de ella es..

- ¡Cállate la maldita boca! - gritó sacando el arma de su pretina-. ¿Cómo pudiste violarla? ¡¿Cómo?!

- Debía tener un heredero, busque solo el cuenco adecuado. Use a la mujer de mi primo para mis planes.

Marco no dijo una sola palabra a aquello sólo emitió un disparo que dio en una de las piernas de Fabrizio quien se retorcio de dolor al mismo tiempo en que la sangre brotaba de su piel.

- ¡Maldito... - gruño entre dientes.

- ¿Querías un heredero? - enarcó una ceja furioso Marco-. ¿Querías venganza usandola a ella? - lo golpeó en el rostro una tras otra vez hasta que su cara se hincho-.  Me voy a encargar de que jamás engendres en la vida, si es que alguna vez vuelves a nacer.

Accionó una vez más la pistola y el disparo dio en la entrepierna de Fabrizio, el dolor por el que estaba pasando no se igualaba a los tres años llenos de abusos a lo que Belle fue sometida.

Luego tomo en sus manos acido de batería para verterlo en su cuerpo, lo escucho gritar suplicandole a su pies piedad, una que no obtuvo.

Marco observó el cuerpo inmóvil de Fabrizio, su respiración se detuvo y su rostro pronto palideceó.

No era fácil haber matado a alguien de su familia, su tio era  muy diferente a él, sentía que le estaba fallando.

Con cuidado tomo de los brazos el cuerpo inerte  de Fabrizio arrastrandolo hasta el borde del muelle y  lo arrojo a las aguas del mar.

Fabrizio había dejado de ser un problema en su vida, ahora sólo se dedicaría a cuidar de la mujer que amaba y de su hijo.

Marco arrojó la colilla de cigarrillo al suelo y se regreso a la camioneta encontrando a su suegro apoyado a un lado de esta.

Peligrosa OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora