Capítulo 10

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*NT: desliza para ver la canción.
Sin más demora, comencemos*






El Omega estaba ansioso. No, eso era poco. Estaba que se subía por las paredes. ¿Cómo había acabado aceptando esa propuesta? ¡Era una idea descabellada!

Lo peor de todo venía siendo el que no podía contárselo ni siquiera a su preciado Alfita.
«Por amor a la Diosa Luna, no me odies por esto Noah»

Con la culpa recorriéndole el cuerpo, decidió avisar a su pequeño hermano de una forma sutil. Ese día había decidido usar prendas parecidas como las que había usado cuando fue a hablar con el Alfa pelinegro. Se había incluso, maquillado con unos tonos suaves. Se había peinado de mediolado, dándose un toque suave pero sensual. Caminó hasta la recámara de su hermano, y al verlo le entró la nostalgia. Noah estaba precioso. Utilizaba una camiseta de cuello blanca con unos jeans también claro. No estaba tan peinado, dándose una apariencia más informal.


- ¿Y eso? -preguntó divertido- ¿Maquillaje?
- So..solo un poco -balbuceó abochornado.
- Estás precioso -dijo cándido.


El Omega no pudo reprimir sentirse abrumado por el cariño con el que solía hablarle su hermanito. Noah al ver al Omega un poco incómodo, decidió darle un pequeño respiro.


- A todo esto, ¿dónde vamos? ¿Por qué tenemos que vestir así?


Derek se tensó y Noah intento dejarlo pasar.

- Es una sorpresa -luego se acercó depositando un besito en la mejilla del más alto- Confía en mí, por favor.
- Lo hago siempre -respondió automáticamente.


Derek le dio un pequeño asentimiento y se encaminó a esperar al Alfa pelinegro que le había avisado por mensajes que estaba a punto de llegar.

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El Alfa pelinegro bajó del coche. Portaba una camisa de seda azul celeste, a petición del Omega, con cuello en "V", la cual revelaba parte de sus clavículas; además de unos pantalones negros clásicos sueltos. Envió un mensaje a Derek para que le abriese. Por lo que en cuanto pisó el último escalón del pórtico la puerta fue repentinamente abierta, permitiéndole el acceso al interior de la casa.



- ¿Estás listo? -preguntó levemente nervioso.
- La verdad no. Creo que debimos haberle dicho a Noah de esto antes.
- Créeme es mejor así -dijo comprensivo- Cuanto antes lo hagamos, antes podremos acabar con esto.
- Oh mi Diosa -gimió- Me estoy muriendo de los nervios.

El  Alfa pelinegro soltó una leve risita.

- ¿Y el Alfa de la manada?
- Está en el salón, es su hora de lectura. Déjame avisarle de tu llegada.
- Bien -sonrío para tranquilizarlo- Corre.


El Omega asintió para luego desaparecer. Después de cinco minutos, regresó.


- Dice que va a recibirte justo ahora.
- Perfecto -sonrío de nuevo- Hagamos esto.
- Hagámoslo -luego dijo entre dientes- Antea de que me arrepienta.


Ambos se dirigieron hacia el salón donde al verlos aparecer, el Alfa Greylake se levantó del sofá en el que tomaba asiento.


I Can't Get Back To The Pack! (¡No puedo regresar a la manada!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora