I Can't Get Back To The Pack! (¡No puedo regresar a la manada!)

Capítulo 9

Durante el trayecto  hasta llegar a casa, la limusina viajó en completo silencio. Derek acarició los cabellos de su hermanito, el cual se encontraba recostado a lo largo de los asientos con la cabeza apoyada en el regazo de su hermano Omega.

Una vez llegaron a casa, el primero en bajar fue el Alfa quien se encaminó rápidamente a descansar del remolino de emociones que había comenzado cuando conoció al Alfa de cabellos negros. Derek se dedicó a observar cómo el menor se movía de forma mecánica, casi como si careciese de vida propia. Al Omega se le encogió el corazón al verlo. No podía dejar que su hermanito sufriera por un malentendido.

Entonces tomó una decisión en el momento. Que se tuvieran de las paredes los demás, el Omega iba a dar guerra.

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En cuanto regresó de la cafetería, que por cierto le había venido de perlas por lo que tendría que compensarselo a la pareja más adelante, una vez cerrada la puerta dejó salir un suspiro agotado. Sus emociones lo estaban matando. Añoraba poder haberle concedido algo de tiempo al Alfa de cabello castaño para que se explicase, más simplemente tenía miedo de volverse a arrastrar a un laberinto sin salida si resultaba que este también le hacía daño. Si era su compañero, lo más factible era que podría hacer tambalear su orgullo propio.

Dio unos dos pasos con la intención de subir a su recámara, más sin embargo el llamado que recibió por parte de la Omega líder le hizo saber que iban a tener una muy larga conversación la cual tratar.

Hizo un asentimiento respetuoso con la cabeza.

- Madre.
- Brook, te sientas un momento conmigo cariño.

Volvió a suspirar pero esta vez derrotado. No sabía cómo la diosa Luna le había concedido una madre Omega tan dulce y encantadora. No se lo merecía.

- Por supuesto.

La Omega lo observó fijamente por unos breves minutos para luego hablar.

- Mi cielo, sabes que soy tu madre y puedes confiar en mí para lo que sea.
- Lo...
- No, cachorro. Déjame seguir -le interrumpió tranquilamente. Apoyo sus manos en las mejillas del menor aún mirándole a los ojos- Me gustaría que confiaras en mi Brook, soy tu madre. Estoy para ti en lo bueno y en lo malo, ¿de acuerdo?

El Alfa se estremeció de pies a cabeza.

- Madre...
- Dime lo que te preocupa, podremos buscar una solución juntos.

Era ahora o nunca.

- Mamá -sollozó- Mi compañero... es un... es un Alfa, mamá.

La Omega vio como el cuerpo contrario comenzaba a tener espasmos y se alarmó por ello, más que por lo dicho.

- Lo siento mucho. Yo no sabía... No creía que fuera posible...-siguió tropezándose con sus palabras- Él... él me rechazo.

Acarició con tanta ternura al Alfa menor que hizo a este estremecerse.

- Mi pobre cachorro -susurró dulce- No pasa nada, ya verás como tú padre y yo...

Entonces como por arte de magia el menor se puso rígido.

- Por favor, no le digas nada a papá -la miró significativamente- Te lo suplico.
- Pero mi amor, él debe de saber quien es la persona con la que vas a compartir tu vida...
- No -la cortó suavemente- Simplemente no estamos destinados a ser mamá, ya lo dejó en claro. Así que olvidemos el asunto por favor.
- Pero si es tu...
- No madre, ya no -se secó las lágrimas que habían caído - Te agradecería mucho que no insistieses en ello.