I Can't Get Back To The Pack! (¡No puedo regresar a la manada!)

Capítulo 8

Una vez regresa a casa, Noah se topa con un repentino asalto sobre su persona. Da un paso hacia atrás y mira a quien ha tenido que atrapar entre sus brazos, cuando logra ver el rostro de su hermano un ligero fruncimiento en el entrecejo hace notar al contrario que está comenzando a preocuparse. Así que hábilmente habla antes que lo haga el Alfa menor.

- Regresaste temprano - ve como el semblante de su hermano está algo apagado y comienza a preocuparse un poco- ¿Qué te han dicho?

Al ver el rostro nuevamente de Derek se percata que está poniendo ese gesto, así que trata de recomponerse un poco.

- Hable con los Líderes de la Manada, han aceptado nuestras disculpas.
- ¿Pero?

Odiaba que su hermano lo conociera tan bien.

- Intente hablar con su hijo.
- Y no las acepto, ¿es eso?
- En realidad -suspiró - No quiso hablar conmigo.
- Lo siento -removió con dulzura los cabellos del menor- Pero hay algo que debo decirte.
- Bien -respondió algo receloso- ¿Y?
- Acompáñame hasta la sala por favor.
- Está bien.

Una vez los dos sentados encima del cómodo sofá, el Omega volvió a retomar la palabra.

- Recuerdas que te dije que no podía aceptar el cortejo de ese Alfa, que no quería.
- Sí, lo recuerdo.
- Bien -tomo aire para luego expulsarlo lentamente- Durante el festejo de la Luna Azul cuando fui a pedir una canción al pianista que estaba allí sentado, bueno, estuvimos hablando  por un largo rato y la verdad es que es un chico encantador. Sabía... sabíamos que era Beta, ya que se supone que no tienen un olor característico, pero yo.... note...note algo, alguna especie de olor, y en ese momento me di cuenta que era mi mate.

Noah se había quedado de piedra. Claro, el que le dijeran que un Beta tenía "cierto olor" era algo increíble de escuchar. Pero aun así, seguía pensando que no era tan descabellado que escucharle a un Alfa decir que su destinado era otro Alfa.

Así que reflexionando en cómo actuaría un buen hermano, le regaló una sonrisa completamente sincera y le dio un gran abrazo.

- Estoy muy feliz por ti.

Derek quedo congelado en su lugar.

- Tú... ¿de verdad estás bien con eso?
- Por supuesto -siguió enternecido- Es tu mate. Simplemente no se puede negar, has encontrado a la persona que compartirá el resto de tu vida contigo...

Entonces calló. Cómo era posible que pudiera admitirle aquello a su hermano y negar a su compañero, incluso negar a la persona que más adoraba en este mundo saber que él también había encontrado a su compañero, ya era lo suficientemente malo.

Bueno, la respuesta era fácil.

Tenía miedo. Miedo a que su hermano lo viera diferente, que no pudiera aceptarlo, que lo despreciara.

Pero qué otra salida tenía. Tarde o temprano se iba a enterar y era mejor que fuera por su propia boca. Así que juntó todo el valor que debía tener un buen Alfa. Contempló con fervor a su hermano, por si no lo volvía a ver de nuevo luego de la confesión y así atesorar el recuerdo de el hermano que siempre iba a adorar.

- Derek -dijo y su voz salió algo temblorosa.
- ¿Sí? -contestó con una sonrisa.
- El Alfa que estuvo aquí ayer...
- Oh... bueno creo que debería decírselo personalmente, así sería más fácil que comprenda que no podemos estar juntos...
- No, Derek, él...
- Yo sé que él entenderá, además sus padres parecen que son buenas personas...
- ¡Derek! -lo cortó algo abrumado.

En cuanto hizo una seña haciéndole entender que podía hablar y que no le iba a interrumpir, prosiguió.

- Él no vino a solicitar el cortejo para ti.
- Qué estás diciendo, tontito...-río divertido.
- Hablo enserio- afirmó- Venía a por mí.