I Can't Get Back To The Pack! (¡No puedo regresar a la manada!)

Capítulo 42

ADVERTENCIA ⚠️ : el siguiente capítulo presentará escenas de contenido sexual. Se marcará el inicio y final del mismo.

Tres días habían acontecido luego de la celebración de la boda de la pareja de esposos de los grises, tres días antes de que los mencionados pudiesen realizar su viaje de luna de miel, y justamente tres días en los que el pequeño círculo de amigos ya estaban establecidos en la Casa de la Manada.

La pareja Alfa no podría estar más feliz por ello. Tenían a su pequeña manada acogida finalmente en casa. Estaban todos juntos que era lo que importaba. Por ello, ese mismo día por la tarde, celebrarían en un restaurante cercano su tan ansiada "reunión en familia".

Aquella mañana fue como las de siempre. Brook despertó temprano, mientras se quedaba observando el pacifico semblante de un muy durmiente castaño.

Sonrió con ternura. Amaba a ese hombre con todo su ser. Su cabeza se llenó de ideas locas, simplemente para ver a su chico con una sonrisa en los labios todos los días de su vida. Quizás el podría tomar en cuenta unas cuantas.

Mientras su cabeza maquinaba aquellas fantasías, sintió como el castaño que estaba escondido en su pecho se removía suavemente, indicándole que ya estaba despierto. Cosa que lo hizo sonreír aún más.

- Buenos días, mi Sol -depositó un besito en su nariz mientras le susurraba bajito.

El castaño siguió removiéndose con su cabello algo desordenado, y logrando finalmente abrir por completo sus ojos, sonrió suavemente. Otorgándole una imagen demasiado linda y suave a su azabache novio.

- Buenos días, bebé -susurró de la misma manera.

Y para demostrarle que ya no estaba dormido, se levantó un poco sobre sus codos y dejó esparcidos besos entre su cuello, clavículas y pecho. Cosa que le hizo derretirse aún más.

- ¿Llevas mucho tiempo despierto? -preguntó un poco cohibido, ya que él solía tener la manía de aferrarse fuertemente de su novio mientras dormía - No te he dejado ir, ¿verdad?
- Amo verte dormir -y vio como al contrario se le teñían levemente las mejillas, provocándole una pequeña pero contagiosa risita- Tengo un bonito novio muy posesivo mientras duerme, ¿sabes?

El aludido sonrió tímido, y luego decidió incorporarse del todo. Sentándose a horcajadas de su novio, mientras volvía a dejarle besos sobre su cuello, escuchando como su respiración se volvía un poco irregular y dejaba salir algunos suspiros.

Lentamente fue bajando por su pecho, sin parar de depositar besos en todas las zonas que podía abarcar. El moreno comenzó a acariciar con parsimonia los costados del mismo, logrando arrancarle pequeños jadeos de placer. Sus manos fueron bajando hasta sus piernas, y una vez allí, sus muslos fueron acariciados con gran pasión, provocándole un par de escalofríos.

El castaño escapó de sus muy pecaminosas manos que lo estaban volviendo loco, y siguió descendiendo. Fue el momento que decidió cambiar su posición si no quería terminar por caerse de la cama.

Las sábanas resbalaron de su cuerpo, dejando en una completa desnudez a él y a su novio. Había decidido recostarse en uno de sus costados, con dirección a los pies de su venerada pareja. Siguió descendiendo sus besos hasta llegar a sus muslos, mientras comenzaba a adentrase un poco hacia la cara interna de estos, escuchando los satisfactorios jadeos que provenían de los labios adversos.