I Can't Get Back To The Pack! (¡No puedo regresar a la manada!)

Capítulo 12

Brook despertó temprano, cosa que tampoco es que fuese poco normal en él. Se quedó viendo su despertador, que marcaba las nueve de la mañana. Bien. Estaba perfectamente bien. Podría ir al parque a liberar a su lobo un rato. O como su padre solía decirle su "aún cachorro" interior.

Río con nostalgia. Aun no había podido decirle lo de su compañero. Pero prefería esperar el momento adecuado para hacerlo.

Tomó su móvil, y antes de que pudiera guardarlo en su bolsillo logró avistar un mensaje de un número desconocido a las... ¿5 de la mañana?

«Que extraño» pensó. Pero aun así decidió abrirlo.

Desconocido
Hola 👋 soy Noah ✔️✔️
He estado pensando sobre el asunto...✔️✔️
La verdad no me parece una mala idea✔️✔️
Bueno, era eso. Ten un buen día 👍 ✔️✔️

Brook sonrío. Incluso por mensajes se notaba lo nervioso que estaba, y lo difícil que se le hacía para expresarse adecuadamente. Decidió responderle.

BlackBrook
Eso es genial ✔️✔️
Entonces...¿Te parece si quedamos hoy ?✔️✔️
Ya sabes, para charlar y eso✔️✔️

Lo que que no esperó fue una respuesta inmediata.

Noah
Vale, sí. Sería genial ✔️✔️

BlackBrook
Genial, entonces pasaré más tarde a
recogerte ✔️✔️
Tengo que hablar con tu hermano
primero ✔️✔️
Ya sabes, petición especial de Nate ✔️✔️

Noah
Ok 👌 ✔️✔️

Rápidamente cambió de chat. Tenía un plan: pedir consejo a Derek.

Black
Necesito tu ayuda ✔️✔️

Por lo que podía ver, los hermanos eran rápidos para contestar.

Srt. Grey
Dispara ✔️✔️

Volvió a sonreír.

Black
¿Podríamos vernos hoy en una cafetería? ✔️✔️

Srt.Grey
Por supuesto ✔️✔️
Te mando la ubicación ✔️✔️
[Mapa] ✔️✔️
Te espero en 15 minutos ✔️✔️

Black
Hecho ✔️✔️

Tomó un hoodie, se acicaló un poco, tomó las llaves de casa, su cartera, las llaves de su Jeep y salió como cohete.

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Después de una gran y amena conversación en la cafetería de la comunidad Greylake, que duró unas tres horas más o menos; ambos se encaminaron de vuelta a la Casa de la manada. Donde los esperaba el castaño.

Se levantó del pórtico donde permanecía sentado e inmediatamente se encaminó a abrir la puerta del copiloto.

- ¿Esperaste mucho? -preguntó con genuina preocupación el pelinegro.
- No, salí hace quince minutos.

Mentira. Llevaba media hora. La misma media en la que había recibido el mensaje del azabache diciéndole que iban en camino. Pero como buen desesperado que era, se arregló a todo gas y decidió salir antes para tomar algo de aire fresco, antes de enfrentarse al bonito pelinegro. Que hoy justamente lucía lo contrario de ayer: suave y lindo. Ya que el hoodie rojo que estaba usando de unas tres tallas más grandes que él, lo hacían ver justamente de esa manera ante el castaño. Pero jamás lo confesaría en voz alta.