I Can't Get Back To The Pack! (¡No puedo regresar a la manada!)

Capítulo 34

ADVERTENCIA: el capítulo incluirá contenido sexual. Puedes leer bajo tu propia decisión o saltarte el capítulo. Se marcará el comienzo y el final.

Ambos habían amado pasar casi toda la noche y hasta altas horas de la madrugada teniendo una genuina conversación de almohada. Se habían brindado un par de caricias suaves y depositaron besos por aquí y allá.

Pero si se lo preguntaran a Noah, diría que su mejor celo lo había pasado justo aquella noche. Además, no todos los días había sido tan gratamente despertado.

🔞Advertencia🔞

Cuando abrió los ojos la primera vista que le regaló su novio era que lo tenía justo entre las piernas. Ahora entendía de dónde venía esa sensación de humedad. Levantó un poco más su vista y vio cómo la hermosa cabellera de su chico se movía de arriba hacia abajo. Un lento pero placentero gemido se escapó de su garganta. Y Brook detuvo su trabajo por un breve momento, solo otorgándole caricias con la palma de su mano.

- Bueno días, Cariño -sonrío y su polla se engrosó vigorosamente.
- Buenos días, mi Amor -se retorció bajo el toque- Oh~ Así los haces mejores~

El castaño iba a levantarse, pero el moreno fue mucho más rápido colocando una mano en su pecho.

- Bebé~ -insistió- Déjame mimarte un rato.
- No -negó- Hoy me encargo yo.
- Pero anoche no me dejaste -se quejó, y rápidamente sintió una nalgada en su mejilla derecha que hizo a su miembro palpitar de placer.
- He dicho que no -y le propinó otra, en la otra mejilla, con mayor fuerza.

El azabache estaba listo para disculparse cuando vio que una lagrimilla había resbalado por la mejilla de su compañero, pero cuando vio que su chico abrió más las piernas, eso solo hizo que su duro eje se alzara en sus pantalones.

- Alfa ~ -ronroneó aun algo sensible por los restos de su celo- Follame.

El pelinegro gruñó y el castaño se estremeció por la creciente lujuria. Amaba la faceta "dominante" de su compañero, mientras Brook estaba encantado con lo sensible que su pareja se ponía con el celo. Estaba dispuesto o provocar esa faceta un poco más seguido. En cuanto reuniese el valor, que no sabía de dónde había salido.

- Me encantaría hacértelo duro y rico -dijo susurrando cerca de su oído, provocándole más escalofríos- Pero no quiero hacerte daño, precioso. No sería bonito maltratar tu cuerpo en tu primera vez.
- Puedes hacer conmigo lo que tú quieras -siguió insistiendo- Quiero que te sientas bien.
- Y lo hago, corazón -dijo mientras seguía tomando respiraciones lentas para controlarse- Pero me importa más tu salud. Así que vamos a hacer lo siguiente -miró a su compañero y ambos pudieron apreciar sus lobos en la superficie- Voy tocarte y chuparte por todas partes, mientras tú te vienes para mí duro y gritando mi nombre, ¿Hm?

El castaño negó.

- Por favor te quiero dentro.
- Mírame, cielo -y lo hizo- Prometo que lo haremos otro día, pero hoy necesitamos que puedas caminar después.

A regañadientes, aceptó. Y como premio recibió, nuevamente, la boca de su chico rodear su palpitante extensión. Tiró suavemente de sus cabellos mientras decía su nombre como se lo había pedido, por lo que recibió un dedo dentro como recompensa a su logro. Jamás había sentido tal oleada de excitación. Cada penetración con su dígito y cada caricia de su lengua, hicieron que su orgasmo se construyese más rápido y duro de lo que jamás en la vida había podido sentir. Apretó los cabellos fuertemente de su chico, hasta que este tomó con pasión toda su esencia, que fluía libre como un río. En ese mismo momento, no pudiéndolo evitar más, jaló de su compañero para que lo mirase, e hizo que ambos rodasen por la cama; quedando él a horcajadas de su hombre.