Capítulo 27

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2ª Cita del Cortejo de Noah.

Noah le concedió un par de semanas más, antes de proponerle otra cita.

El castaño fue a recoger al lindo moreno en su inseparable Hummer. Tocó dos veces el claxon, indicando a este su llegada y que le esperaba fuera. En cuanto posó un pie fuera de la casa, Noah se acercó hasta él, rápidamente. Se quedó un momento apreciándolo, guardando para lo que le quedase de vida aquella imagen tan hermosa que le brindaba su lindo cachorro. Mientras, el azabache comenzó a incomodarse por la intensa mirada sobre su persona. Quizás se había pasado un poco arreglándose. En un gesto involuntario, Noah se pasó una de sus manos por el cuello, mientras que con la otra hurgaba en su bolsillo derecho, sustrayendo de este una caja no tan grande de terciopelo azul, y seguidamente se la extendió a un confundido Alfa pelinegro.


- Venga, ábrelo -le instó con amabilidad.




Brook asintió suavemente, y se dispuso a abrirla. En cuanto lo hizo, pudo apreciar que en ella se encontraba un brazalete* de cadena un poco gruesa, fabricada de plata pura fundida y con un par de incrustaciones de pequeños diamantes a los lados de la pequeña placa. Observó esta última con mayor detenimiento, por lo que logró divisar que en la placa recitaba el siguiente grabado: "J' aime chanque soupir de ton coeur. N" («Amo cada suspiro de tu corazón. N»). O eso era lo que su no tan perfecto francés le daba a entender. Por supuesto que Noah lo hablaba con claridad, su madre había nacido en Quebec, parte donde se concentraba algunas de las colonias de los Redstone.

Se quedó mirando el brazalete mientras su corazón se agitaba vertiginosamente, sus mejillas comenzaban a tornarse de un tenue color rosáceo, y sus ojos comenzaban a humedecerse levemente. Por lo que tuvo que sacudir su rostro para evitar dejar escapar alguna lágrima.


- Qué significa esto... -preguntó débilmente.
- ¿Puedo? -preguntó a cambio.



El moreno aún aturdido, asintió con la cabeza como pudo, mientras alzaba su diestra hacia el castaño. Noah tomó el brazalete.



- Veras -prosiguió mientras comenzaba a colocarlo sobre su muñeca- Este es mi verdadero regalo del Cortejo. Esto -señaló hacia su muñeca- Representa lo que eres tú, fuerte y magnífico de contemplar. El grabado, hace referencia a todo lo que estúpidamente he estado callándome, lo que no te he dicho -le miró a los ojos- Y también significa que eres la persona más pura y maravillosa que haya conocido nunca, Brook Blackwood.


El azabache le miró con asombro y con ojos brillantes. Estaba sin palabras. Noah sonrío por primera vez en el día, con gran satisfacción, y luego carraspeó extendiendo su mano para que esté la tomara.


- Si me concedieras el honor de acompañarme... Tengo la sensación de que el lugar al que vamos te encantará.



Al ver que el azabache aún se encontraba inseguro ante tomar su mano, la bajó. Se retiró hasta el coche abriendo la puerta del acompañante, haciéndole una seña con la cabeza para que entrara. El moreno salió de su conmoción inicial, espabilando al instante, se dirigió hasta el castaño, adentrándose en el interior del coche. El Alfa gris cerró seguidamente y se encaminó hasta abordar el asiento del conductor. Poniendo a ambos en camino.

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Noah apago el motor del coche y miró hacia su compañero, mientras rebuscaba en uno de los bolsillos traseros de los asientos.


- ¿Dónde estamos? -preguntó el azabache desconcertado.
- En territorio Greylake -respondió casual.
- Eso ya lo sé -puso sus ojos en blanco- Me refiero a por qué nos hemos detenido en mitad de la nada.
- Porque quiero que cuando lleguemos al lugar sea una sorpresa -y le mostró un pañuelo de seda negro - ¿Qué me dices?


I Can't Get Back To The Pack! (¡No puedo regresar a la manada!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora