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Sus manos se encontraban sudando, no creía ser capaz de mantener la cordura para llegar hasta la cita que tenía con aquella mujer llamada Lucy.

Se acomodó su flequillo nuevamente y caminó de punta a punta, de una pared a otra.

Trataba de mantener la calma, de respirar y de no suponer lo peor sin siquiera conocer a la pobre mujer.

Alguien llamó a su puerta, supuso que, luego de mirar el reloj del dormitorio, era el guardia que debía pasarlo a buscar a ésta misma hora.

Tomó su delfín y juntó valor.

Abrió la puerta y pudo divisar a Edgar, uno de lo guardias. En realidad, era el que más estaba viendo últimamente pues era el asignado por su zona y él no solía recorrer mucho el hospital, tenía sentido que sólo a él lo viera.

Edgar se había alejado un poco del lugar donde se encontraba, dándole a Niall su espacio, su tan preciado espacio.

El rubio salió temblando de su dormitorio, puedo divisar pocas personas en los pasillos. Ésta era la hora de la terapia grupal, así que suponía que ya no más terapia grupal para él. 

"Genial." pensó.

Le había venido perfecto, si algo no quería era estar rodeado de personas. Sobre todo si una de esas personas era John.

Comenzó a seguir lo pasos de Edgar yendo detrás de él. 

Se mantenía enfocado en mirar los pies del guardia, no quería ver si alguien lo miraba y murmuraba, o simplemente lo miraba, eso lo pondría peor.

Sí se concentró en conocer el camino de ida para poder volver solo. Además, debería seguir yendo así que de todas maneras debía conocerlo.

Luego de unos cinco minutos aproximadamente, llegaron.

El guardia sacó su mano del bolsillo y tocó. Del otro lado de la puerta se pudo oír unos pasos que cada vez se oían más fuertes. Niall sabía a la perfección como sonaba el paso de alguien apurado por abrir una puerta, y a veces entrar, y luego buscarlo, y luego encontrarlo para dañarlo, y luego como se iban dejándolo en el suelo tiritando del terror.

Cerró sus ojos con furia y sacudió su cabeza intentando borrar los pensamientos intrusos.

Una vez los abrió, pudo ver delante de él una mujer muy bonita. Una mujer castaña, con los ojos comunes y vestida más informal en comparación a Moon y John. Eso le agradó, no parecía una persona de esas que imponía y daba miedo como los antes nombrados, transmitía una calma y una confianza que Niall no conocía muy bien.

-Gracias, Edgar.- Agradeció y el nombrado se retiró.

La voz era muy dulce, con calma y ternura.

Lucy se corrió de la puerta e invitó a Niall a pasar. Éste accedió no muy de acuerdo con ello y sentó en el suelo, en la esquina de la habitación más lejana a la silla de Lucy.

Ella sonrió dulcemente y cerró la puerta.

Por un lado sabía que hubiera sido mejor dejarla abierta pues él no se sentiría aprisionado pero si la dejaba abierta podía no sentirse cómodo porque se podría escuchar todo lo que dijera si es que quisiera decir algo.

Lucy se acercó a su escritorio pero al ver que Niall no iba a sentarse en la silla para los pacientes, decidió no ser convencional.

Corrió su escritorio y las sillas, luego caminó a la esquina cruzada a la de Niall y se sentó allí. Ya sentada decidió quitarse los zapatos y dejarlos de lado, así estaría casi como Niall. Sólo le faltaba el pijama blanco.

Disorders.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora