Tómame, Alfa

Capítulo 5

Santo Cristo.

Su cuerpo se estremeció al ser el receptor de tan... Intensa mirada.

Tony estaba perdido en su celo. Su cabeza estaba nublada por el calor de su cuerpo, sus pensamientos se habían ido lejos de su conciencia, ignorando si lo que hacía era correcto o no.

—Stark... —Susurró con la vista pegada en las curvas del trasero ajeno, hipnotizado por el rítmico movimiento del vibrador entrando y saliendo.

Tony jadeo al escucharlo.

Despacio, Tony saco el pene de plástico y lo llevo a la boca para comenzar a lamerlo. Todo ante la atenta mirada del Cap.

Tragó un gruñido cuando lo vio meter todo el vibrador a la boca.

"El mío es más grande". Dios, necesitaba callar su cabeza, sus pensamientos morbosos.

Le dio la orden a sus piernas de escapar, pero estás no le contestaron. No cuando Anthony se dirigía hacía él, completamente desnudo. Su cintura era lo demasiado delgada para atraparla entre sus brazos y no dejarlo ir.

—Tony... —Gruño el genio—. Dilo. —Ordeno.

Siendo un Alfa, Steve no tomó bien la orden. Soltó un gruñido por lo bajo y se negó a cumplir. Él, como un Alfa de Rango Alto, podía doblegar al millonario.

—Aléjate, Stark. —Tony negó, él tampoco cedería.

Cuando estuvo enfrente del soldado, sus aromas chocaron. Rogers aspiro, sintiendo como su garganta picaba, como sus dientes salían dispuestos a tener un encuentro violento con él.

—Hazlo. —Anthony se pego a su cuerpo, rodeó con sus brazos el cuello y mordió su mandíbula—. Tómame, Alfa.

Su cabeza se desconecto por completo. Tomó la cintura del castaño y lo pego más a su cuerpo, sintiendo el pene del genio junto a su vientre.

Lo escuchó gemir. Fue cuando recordó las palabras de Romanoff, "Stark gusta de ser dominado".

Jalo los cabellos oscuros y se apodero de los labios ajenos. Penetró la cantidad vocal con violencia, buscando aclarar quien tenía el dominio.

Stark trató de voltear la situación como lo haría cualquier Alfa, pero lo cierto era, que eso lo excitaba.

Su erección punzo, y su glande rojo y brillante por el pre semen lo demostraba.

Steve jadeo.

—Tony...

—Dilo. —El más bajo lo tomó de las mejillas y lo beso con hambre—. Dilo, otra vez.

Rogers bajo sus manos a las piernas del millonario. Ese hombre era perfecto.

—Tony. —Susurró pegado a sus labios, para después descender por su cuello; mordiendo la piel bronceada, saboreando el sabor del sudor en él. Le encantaba, Anthony le encantaba y no podía negarlo.

Tony saco la camisa del Capitán en un sólo movimiento. Admiro lo bien ejercitado que estaba, los grandes y firmes pectorales. Sin poderlo evitar, llevo su boca al pezón derecho, mientras una de sus manos se aferraba al pectoral izquierdo.

Steve sonrió. Le daba cosquillas.

—No son suaves como los de una mujer. —Murmuró el rubio viendo como el castaño se esmeraba por lamer, besar y morder su pectoral.

—Son mejor. —Jadeo el castaño, bajando sus manos a las costillas del soldado. Su cuerpo había sido esculpido por los mismísimos dioses. Su abdomen bien marcado era perfecto para mancharlo con su corrida; pensar en eso lo hizo gemir gustoso.

Steve levantó el rostro de Tony y lo beso de nuevo.

El castaño, lo jalo a su habitación. La puerta se cerró con ambos adentro devorándose como si no hubiera mañana.

—Voy a joderte, Tony.

A Stark le encantaba cuando el Capitán olvidaba el lenguaje.