Capítulo 27

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Días después, dándose cuenta de que la marca permanecía, decidieron poner las cartas sobre la mesa y decirle personalmente a Fury que eran pareja y estaban enlazados.

"Bien, nada de sexo en el cuartel general", Tony no estuvo de acuerdo, Steve lo regaño. Al final, toda había salido muy bien.

—¿En serio? —Natasha los miro con una ceja arriba— ¿Sólo eso les dijo?

—Por favor, era más que obvio que ellos se traían algo. Fury no debe de haberse sorprendido. —Dijo Clint con notable aburrimiento.

Thor sólo comía lo que parecía ser... ¿Sardina?

—Thor, eso es asqueroso. —Anthony sintió su estómago revolverse. El olor de la sardina era repulsivo.

—Lo lamento amigo mío, pero desde que mi sol está esperando a nuestro tercer heredero, toda comida midgardiana sabe mejor que los manjares Asgardianos. —El Dios del trueno mantenía su boca llena de sardina.

Tony no soporto más.

—¡Tony! —Steve, preocupado, siguió al genio, quién se fue corriendo directo al cuarto, específicamente, al baño.

En cuanto llegó al escusado, vacío todo –lo poco– que llevaba en el estómago.

—¡Tony! —Los toques en la puerta lo alteraron ligeramente.

Necesitaba privacidad.

—Estoy bien, bajo en... —Otra arcada lo interrumpió. Era asqueroso.

—Tony, por favor...

—Bajo en un minuto. —No quería que Steve lo viera de esa manera.

Dudando, Steve bajó, no sin mirar atrás cada tres segundos.

—¿Y Tony? —Bruce lo miraba con preocupación.

Steve suspiró y negó. No sabía que había pasado con su pareja.

Todos en la sala se quedaron en silencio, esperando al castaño. A los minutos, Tony bajaba con la cara pálida.

No se veía bien.

—Estoy bien. —Contestó a la pregunta muda de todos.

—¿Estas seguro? —Steve se acercó al más bajo, tomándolo de la cintura con una mano y con la otra acariciando su mejilla derecha—. Podemos ir al médico.

—Todo está bien, Steve. —Anthony rodó los ojos.

—Tony, Steve tiene razón, hay que checarte. —Bruce le sonrió—. No está demás comprobar que todo está bien.

El Alfa de cabellos oscuros miró al rubio. Hizo un puchero al ver los ojos de cachorro que Rogers se cargaba.

—Biiieen.

Con una sonrisa, Steve acompaño al castaño, quién seguía al científico.

—¿Es lo que creo que es? —Clint miró a Nat.

La pelirroja sonrió con cierto misterio.

—Lo sabremos dentro de poco.

•••

—No era necesario que me acompañarás. —Se cruzó de brazos el castaño.

—No podía arriesgarme a que escaparas. —Dijo el soldado, mientras lo besaba castamente.

Bruce, estaba avergonzado aun lado suyo. La pareja parecía olvidar todo a su alrededor.

—Jum, chicos... —Los Alfas lo miraron—, tal parece que Tony estaba bien. Nada de que preocuparnos.

—¿Ves? Te lo dije, Cap. —Anthony dejó la silla para dirigirse a la salida—. Gracias Brucie.

Steve negó ante lo terco que podía ser su pareja.

—¿En serio todo está bien?

—Todo parece estar bien. —Banner le sonrió para calmarlo—. Pero hay que estar al pendiente de él Capitán.

El rubio asintió.

Más tarde, esa noche, Rogers no podía dormir. Tony había bajado al taller, según entendía, a mejorar el traje y desarrollar planos para las Industrias. Lo cotidiano.

Miró el reloj a un lado de la cama; 2:37 a.m.

Con seguridad, se levantó de la cama y se dirigió al taller del castaño; así tuviera que traerlo a la fuerza, lo haría. Anthony no había comido bien en todo el día y no dormir le haría daño.

—Jarvis...

—"¿Dígame, Capitán?" —Contesto la voz artificial.

—¿Tony está en el taller?

—"Así es Capitán, aunque le recomiendo que baje de manera rápida. El señor Stark no está precisamente trabajando."

Asustado por las palabras de la I.A, bajo apresurado, con el corazón en la garganta.

Las puertas se abrieron inmediatamente, dándole el paso libre.

—Ton... —Calló ante la inusual imagen.

El castaño estaba sentado, con medio cuerpo en la mesa, junto con algunas herramientas y la tablet.

Tony estaba dormido.

—¿Cuánto tiempo lleva dormido?

—"5 horas y 40 minutos, Capitán."

Rogers, apesar de su ligera molestia de la irresponsabilidad de Stark de dormir en esas condiciones, sintió ternura.

Ver dormir a Tony, era inusual si, pero no menos encantador.

Con una sonrisa resignada, cargo con cuidado al castaño para llevarlo a la habitación.

—¿Cap? —Murmuro aun dormido el Alfa.

—Si, amor, soy yo.

Definitivamente el soldado podía derretirse ahí mismo.

•••

En la mañana, Steve miraba dormir al genio. Eran las 9 a.m; jamás había presenciado a Tony Stark dormir más de 8 horas.

—Anthony... —Susurró, esperando que el castaño se despertara.

Este seguía igual. De no ser por el constante subir y bajar de su pecho, Steve estaría muy asustado.

—Tony...

Stark sólo se removió en la cama y se abrazó al torso del rubio.

Tal parecía que el genio no despertaría en ese momento.

Tómame, AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora