Cap. 32

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Cuando Neville despertó se encontró con Remus dejando un vaso con agua en una mesita aun lado suyo, al inicio no recordaba nada pero después todos los recuerdos de lo ocurrido antes de quedar inconsciente regresaron, y aunque intento correr Remus lo detuvo.

— no tan rápido te sentirás mal — le dijo para pasarle el vaso con agua.

— en dónde estoy ?— pregunto después de beber un poco del contenido.

— estás a salvó, está es la recamara de Ron — contesto mientras le mostraba la foto que estaba colgada en la pared.

En la foto estaba Ron junto a Harry, Hermione, Draco y Dudley, todos estaban en lo que parecía un estadio de quidditch, pero no lo era ya que no tenía los clásicos postes de anotación, en cambio tenía unas pequeñas redes en forma rectangular a los costados y por lo que se miraba solo usaban una pelota y era de color blanco y negro.

— se llama futbol— dijo el mayor al ver la confusión en el rostro de Neville— los chicos lo juegan porque ellos tratan de tener una vida normal como muggle también.

— pensé que odiaban a los muggle — pregunto impresionado.

— Claro que no, solo tratamos de esconder totalmente la magia de ellos — dijo Ron entrando con un plato con galletas — toma una Harry las preparo y son las mejores.

— gracias — contesto tomando una

— porque no vas con Ron y los demás al patio — dijo Remus — yo tengo que hablar con Severus.

— vamos Neville, sigueme — dijo Ron para señalar la puerta.

Al llegar al patio estaban todos los chicos sentados en el césped, tomando limonada y comiendo galletas.

Todos sabían que apartir de ese momento Neville pasaría a formar parte de la familia, y que se atrevían ha apostar qué Tom no lo dejaría vivir en otra casa que no fuera la suya.

— Hola Neville, — dijo Hermione para señalar su lado — o debería decirte padrastro — dijo causando un gran sonrojo en el nuevo integrante.

— padrastro — pregunto confundido — ese chico es tu papá,... Pero como

— no te preocupes Neville, te contaremos todo — dijo Harry pasándole un vaso con limonada — ponte cómodo.

Esa tarde los chicos se dedicaron a ser honestos con Neville contándole todo y respondiendo sus dudas. En otro lugar las cosas no salían tan bien.

— No soy un niño para que me castiguen sin salir de mi casa — grito un Tom muy molesto por no poder usar la chimenea.

— si no quieres que te traten así no te comportes como tal — grito Severus — el pobre chico llegó casi inconsciente a mi casa y después se desmayo

— ok lo acepto — dijo más calmado— que no supe controlarme y me deje manejar por mis instintos, pero por lo menos díganme cómo está el

— el está bien — dijo Petunia — Remus dice que ya despertó, que solo está confundido, pero bien.

— ok entonces puedo ir a verlo— pregunto algo impaciente.

— no, por lo menos hasta que prometas controlarte y no correr a el sin antes hablar con el — dijo Severus.

— Me controlare, quiero verlo

— vendrá más tarde junto a tu hija que te recuerdo también vive aquí y casi muere del susto por tu culpa.

— tines razón cissy, tengo que hablar con ella y disculparme.

— será mejor que nos retiremos, ya que no creó que nos dejes llevarnos a vivir a el chico a otra casa.

La verdad duele Donde viven las historias. Descúbrelo ahora