Capítulo 20

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Tu estómago empezó a revolverse y las arcadas a hacerse presentes, por lo que desenvolviste dificultosamente uno de tus brazos del cuello del teñido, e intentaste llevar tu temblorosa extremidad a tu bolso posterior. Tardaste un poco debido a lo complicado que se te hacía realizar algo tan simple como mover tu mano, pero lograste alcanzar una jeringuilla, y sin perder tiempo la clavaste en tu  pierna.

"Estaré bien. Pronto estaré bien" , dijiste para tus adentros. Aunque siendo honestos, el pelirrojo también deseaba que estuvieses mejor cuanto antes.

Katsuki saltó y comenzó a impulsarse con sus explosiones para ir más rápido a la batalla que cada vez se escuchaba más cerca.

-FUERA DE MI CAMINO, ESTÚPIDO DEKU- solo necesitaste oír eso para saber que el pecoso se encontraba allí.

"Parece que el Bomberman no deja que su crush pase desapercibido" .

Impulsado por sus explosiones, 'Kacchan' se lanzó contra Kurogiri, hacia el artefacto metálico en su cuello y lo dejó inmóvil abajo de él con una mano amenazando con explotarle. Mientras tanto, All Might se encontraba preso del agarre de una repulsiva criatura de cerebro expuesto que lo sostenía a través del portal de Kurogiri.

No supiste bien que sucedió después debido a que perdiste inesperadamente la conciencia, cosa que no te perdonarías al despertar. Te avergonzabas de la poca resistencia que tenías contra tu propio quirk.

Despertaste en una camilla de la enfermería de U.A. Lo supiste por el conocido aroma a desinfectante. Habías visitado muchos hospitales antes y resulta que cada uno olía diferente, a químico, pero diferente, y en tu opinión, el olor de la enfermería de U.A. era el menos desagradable de todos, pero eso es irrelevante.
Paseaste tu mirada por la habitación, denotando la utilería médica en todas partes, hasta reparar en tu cuerpo, el cual estaba cubierto por sábanas que fueron apartadas por ti para poder inspeccionarte. Aún llevabas puesto tu traje de héroe, el cual estaba en perfectas condiciones al igual que tú, por lo que supusiste que te habían dejado allí tras desmayarte. No traías puesta la capucha ni la máscara, y las cadenas habían sido dejadas en una mesa no muy lejana. Las tomaste y saliste de la enfermería, viendo como a unos cuantos pasos Recovery Girl venía en camino con tu uniforme entre las manos.

-Veo que ya despertaste, querida- te dijo al llegar frente a ti, extendiendote la ropa. La tomaste con tus manos considerablemente más grandes que las suyas.

-Si. ¿Cuánto tiempo me dormí?

-No mucho, unos cuantos minutos. El muchacho de pelo rojo te trajo hace poco. También vinieron un chico ruidoso y una señorita muy tierna a ver cómo estabas.

-Ya veo. Gracias- te encaminaste hacia los vestidores, te cambiaste a tu uniforme y fuiste a la clase 1-A por tus cosas. No te encontraste a nadie en el camino, lo cual se te hizo raro- Ya habrá terminado la jornada. Papá me matará.

Al llegar a tu salón, abriste la puerta con cuidado siendo tacleada enseguida por tu amigo de la coleta pelicyan que parecía haberte estado esperando todo este tiempo junto a Koharu, quién los veía preocupada desde tu asiento.

-¡Misuki-kun, podrías estarla lastimando!- se apresuró a decir mientras denotaba como ibas perdiendo el aire por el peso del chico.

Tu pataleabas e intentabas sacártelo de encima, pero su fuerza y la extraña posición en la que habían quedado tus brazos te lo impedía. Lo único que lograste fue despeinarlo y mandar a volar su gomita de pelo, causando que su despeinado cabello le cayera a los lados del rostro. Ante la sorpresa, él se levantó un poco, apoyándose con sus manos a los costados de tu cabeza, buscando a dónde habías mandado a volar su tan preciada bandita. Naoka se sonrojó violentamente al ver la posición en la que ustedes habían quedado, y se volteó hacia la otra dirección para intentar calmarse.

-Vaya, ¿quién diría que el idiota es guapo?- bromeaste con el aliento dificultado. Satoru se sonrojó y sonrió energéticamente, mirándote con sus ojos grisáceos entrecerrados por su gesto amigable. Luego se dejó caer sobre ti continuando con su abrazo (o intento de asesinato).

Los tres se fueron juntos hacia tu casa ya que tus dos amigos querían asegurarse de que llegaras bien a tu hogar. En el trayecto, tu mano jugueteaba con el cabello suelto de Misuki (ya que no pudieron hallar la banda elástica).

-Ojalá mi pelo fuera así de suave y bonito.

Ante tu comentario, el mayor comenzó a revolver tanto tu cabello como el de la peligris, y el trío de tontos que ustedes conformaban acabó en una guerra de despeinar al otro.

Los tres llegaron a sus hogares con la cabeza semejante a un nido de pájaros. Pero ¡ey! las risas no faltaron.

Mi Vecino Pelirrojo [DISCONTINUADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora