Capítulo 9

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Con Mina aún colgando de tu brazo, ralatandote la maravillosa historia de cómo descubrió que le gustaba el nato (soja fermentada), convirtiéndose esta en su comida favorita, ingresaste por fin al gran edificio de U.A., dirigiéndote a tu bendita clase, y deseando con todas tus fuerzas que ninguno de los dos esté allí también.

-¿Y en qué clase te tocó, _____-chan? ¡A mi en la clase A!- no respondiste.

"...tiene que ser una puta broma" .

-¿No hablas mucho, eh? ¿Qué hay de ti, Kirishima?- la rosada volteó su cabeza hacia el chico que no había una hecho más que seguirlas en silencio sin saber qué comentar.

-¡También me tocó en la clase A!- lloraste internamente al recibir esa gran noticia. De por sí no te aguantabas a Eijiro y ahora tenías a esta niña alien pegada como un chicle al zapato. ¿Qué más te faltaba en esta vida?

-¡Amargada desconocida-chaaaaaan!

Tardaste en reconocer al emisor de esa voz, pensando por un momento que definitivamente NO era quien pensabas y que NO te buscaba a ti. Pero, si el día ya lo tenías cagado, ¿por qué no cagarlo más?
Giraste la cabeza lentamente hasta que tu mirada chocó con la del chico de piel morena que corría hacia ti con los brazos abiertos.

Tu elevaste los brazos y la vista al cielo... o al techo de U.A., como queriendo hablar con el dios que se divertía viéndote sufrir.

"¿¡Qué hice para merecer esto, señor!? ¡Si yo soy una persona de bien! ¡Si es que yo te amo! ¿¡Por qué tú me odias así!?" .

El muchacho de cabello cyan te tacleó en un intento de abrazarte, soltandote del agarre de Ashido y lanzándote al suelo. Sus delgados brazos rodeaban tu cintura con fuerza, y tus brazos intentaban apartarlo de encima tuyo.

-¡Gracias, gracias, gracias!- expresaba él, agradeciendo por algo que no entendías.

-¡Quítate, sucio, depravado, acosador, sin vergüenza!- bufaste, empujándolo finalmente lejos de tu cuerpo. Inmediatamente te levantaste y te sacudiste el polvo de la ropa, maldiciendo en voz baja por el pésimo día que estabas teniendo.

Ashido y Kirishima se acercaron a la escenita que estaban formando.

-Disculpa- habló la chica- ¿Tú eres...?

-¡Oh!- exclamó Misuki, poniéndose de pie y extendiendo una mano a ambos chicos- ¡Ustedes deben ser los amigos de Amargada desconocida-chan! Mi nombre es Satoru Misuki.

El dúo estrechó las manos del chico, algo confundidos, pero alegres.

-Creo que Amargada desconocida-chan en realidad se llama _____- mencionó Mina, mirándote divertida.

-Ah, conque así era. Lo siento, es que no me dijo su nombre en el examen de admisión. ¡Fue muy grosera!

-No lo tomes como algo personal- intervino Eijiro- Ella no es muy...- incapaz de encontrar una palabra adecuada, y con ru fulminante mirada sobre el, el pelirrojo optó por suavisar su comentario- ...comunicativa.

-¿Y por qué agradecías tanto hace un momento?- cuestionó la pelichicle.

-Por que gracias a que pude salvar esta señorita- dijo, pasando su brazo por tus hombros como si fueran amigos de toda la vida- , pude entrar a la academia. ¡No llevaba ni un robot destruido! Fue una suerte que existieran los Rescue Points.

-Ah, me alegro- dijiste quitando su brazo con una lentitud poco acogedora- ¿Tú también estás en la clase A o qué?

-¡No, quedé en la clase B! Pero no me puedo quejar, ¡al menos entré!- suspiraste algo aliviada. Con dos mosquitos a tu alrededor te bastaba ¿no?- ¡Bueno! Será mejor que vayan a su salón y yo al mío, las clases están por comenzar.

Como acordándose que no estaban dando una vuelta por el parque, Mina volvió a tomar tu brazo, agarrando a su vez al ojirubí y arrastrandolos a ambos hacia el salón a pura velocidad mientras se despedía a gritos del de cabello cyan, procurando no llegar tarde en el primer día.

Mi Vecino Pelirrojo [DISCONTINUADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora