Mi Vecino Pelirrojo [DISCONTINUADA]

Capítulo 14

Segunda semana en U.A., segunda semana de sufrimiento.
Después de una larga y aburrida mañana de clases comunes, la hora de inglés con Present Mic finalmente había terminado, dando inicio al horario de clases de heroísmo. Aizawa-sensei explicaba algo mientras que tu mente divagaba entre los temas varios de los que habías conversado con tu progenitor en el desayuno, justo después de la escenita del vómito que habías tenido.

-¡Estoooooy...!- la voz gruesa y prominente que venía desde fuera del salón, te hizo tener que explotar tu burbuja de pensamientos- ¡Entrando por la puerta como una persona normal!- la estruendosa aparición del Símbolo de la Paz, Oru Maito, dejó boquiabiertos a la mitad de los presentes, incluyéndote. No te considerabas su fan, pero era innegable que era un héroe único.

El gran hombre rubio, explicó la actividad del día, para luego revelar los trajes de héroe de los estudiantes emergiendo de la pared.

El tuyo consistía en un traje completo de color azul oscuro, suelto, no muy apegado al cuerpo para facilidad de movimiento y comodidad. Las mangas iban hasta mitad del brazo, en donde dejaban un pequeño espacio de piel a la vista hasta donde comenzaban los guantes blancos con dedos pero sin palmas para que puedas utilizar tu quirk. Tenía un cuello alzado que cubría la mitad de tu rostro y una capucha. Los pantalones llegaban hasta tus rodillas, y el resto de tus piernas eran cubierta por vendas hasta los talones. No contabas con zapatos debido a que podrías necesitar usar tu don con las plantas de los pies, y, como detalle final, tenía varios cinturones rodeando tu cintura y cadera, y un compartimiento para jeringuillas y pastillas contra el dolor de estómago en el bolsillo trasero del pantalón. Las necesitarías.
Además, el interior de la tela era muy suave y cálido, algo conveniente por si tenías contracciones por usar tu don.

Una vez que todos tuvieron puestos sus trajes, se dirigieron al bloque de entrenamiento de combate. La mitad de los presentes serían héroes y la otra mitad serían villanos, ambos grupos divididos en equipos de dos, y uno de tres ya que eran impares.
A ti te tocó hacer equipo con nadie más y nadie menos que... ¡Kaminari Denki, con quien formarías el grupo de héroes! Y tus oponentes serían... ¡Sato Rikido y Kirishima Eijiro, los villanos! ¡Yei!

Te acomodatse la capucha y caminaste hacia tu compañero, quien, coqueto se presentó como "el mejor compañero, amigo y/o novio que podrías tener" .

-Dime, Kaminari, ¿cuál es tu kosei?- el rubio procedió a explicarte su particularidad y sus debilidades mientras tu cerebro razonaba formas de usarlo en una estrategia. Luego le explicaste el tuyo- Es un don maravilloso, _____-chan. ¿Acaso lo estás usando en mi? Porque estás estrujando mi corazón.

Denki te guiño un ojo y elevó sus dos manos señalándote amistosamente. Quisite reír y luego golpearlo, luego pensaste que era mejor solo golpearlo, y luego recordaste que estabas en contra del maltrato animal, así que lo dejaste pasar.
El primer combate lo tendrían Midoriya y Bakugou, los chicos problemáticos que parecían jugar eternamente al gato y el ratón, siendo Uraraka e Iida sus compañeros respectivamente. Todos los demás se dirigieron a una sala apartada en la que podrían apreciar toda la acción mediante cámaras.
Mientras ellos dos combatían, tu te sentaste en una esquina a meditar la estrategia y estudiar a tus contrincantes.

Ya conocías el don del teñido, lo habías visto entrenar en el patio una o dos veces hace tiempo, y no sabías que tan fuerte era, solo que era lo suficientemente bueno como para entrar a U.A. Luego estaba Sato. Apenas sabías su nombre y que olía a pasteles recién horneados, cosa que contrastaba con su musculatura tan... ¿de chico mamadísimo que va al gimnasio? Si, eso.

Kaminari se acercó a ti, se sentó a tu lado en el piso y rodeó tus hombros con su brazo.

-¿En que piensas, _____-chan? ¿Quizás en la forma de conquistarme?

-¿Quizás en una estrategia para que no nos rompan el culo?- Denki se puso serio, más o menos, y dirigió su mirada hacia Sato igual que tú- ¿Sabes algo de su quirk?

-No, pero de tanta azúcar le va a dar diabetes.

-¿Qué..?- bajaste la mirada al cinturón de Rikido, notando los frascos de azúcar- Debe tener algo que ver...

El chico eléctrico te observó pensar en silencio, y, bonus, no apartaste su brazo como la mayoría de las chicas hacía, pero supo comprender que era porque no estabas enfocada en él en el momento.
Continuabas inspeccionando a tus rivales con sumo cuidado, cuando el más bajo de ellos notó tu mirada. Te saludó con la mano y te sonrió con cariño, queriendo acortar la brecha entre ambos. Pero tu no le hiciste caso, solo seguiste pensando hasta freír cada una de rus neuronas.