Capítulo 50

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Woooow ya vamos por el capítulo 50 y literalmente no pasó  N A D A .

Alguien-kun: Eres demasiado lenta, Moe.

¡Alguien-kun! ¡Te extrañábamos, maldito zángano desagradecido!

Alguien-kun: De nada por existir.

Bueno, ahora si me dejo de molestar y empiezo con el capítulo

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De camino a sus hogares, Kirishima y tu lograron entablar una conversación medianamente estable. Hablaban tonterías y compartían anécdotas de sus pasantías antes y después del incidente del banco, por el cual, si bien apareció en las noticias, no les dieron crédito. En fin, la hipotenusa.

—Agh...— acallaste un quejido tras soltar una risa que te causó dolor, llevando una mano a tu mandíbula.

—¿Estás bien? ¿Te duele?— preguntó el pelirrojo en seguida, dejando sus cosas en el suelo y las tuyas sobre estas para que no se ensucien, para luego retirar tu mano de tu rostro y comenzar a revisarte a pesar de su nulo conocimiento médico.

El tacto de su mano en tu barbilla, y el de la otra sosteniendo tu mano con delicadeza, te provocó un revuelo en el estómago. Además, quizás solo eran tus hormonas y la gran cercanía que se hacía cada vez más presente entre ustedes, pero por alguna razón, tu vecino se te hacía mas guapo que de costumbre.

—E-Estoy bien, Eiji— el chico se sonrojó, mientras tú, igual de roja, apartabas suavemente sus manos— Es por la patada de la villana. Los médicos dijeron que no había llegado a romperme ni dislocarme la mandíbula, así que solo es una molestia momentánea, es todo.

—¿Y si vamos con Recovery Girl?

—No quiero molestarla por esto— Eijiro hizo un puchero.

—Si no quieres un beso sanador se Recovery— el teñido te miró un momento, haciendo una pausa en sus palabras y mirando tus labios durante un milisegundo, antes de volverte a ver a los ojos— ¡Entonces tendrás un beso sanador mío!

—¿¡E-EH!?— Dejándote más que muda, Kirishima te plantó un beso en la barbilla [JAJAJAJA ME LLAMAN LA DOÑA DESILUSIÓN JAJAJAJA LOL XD].

Luego de separarse, admiró tu tierno rostro sonrojado, y con una gran sonrisa, volvió a tomar todo lo que dejó en el piso y continuó andando hacia el edificio.

—¿Vienes _____-chan?— te acomodaste la mochila en el hombro y trotaste para alcanzarlo. Aunque siendo sinceros, en lugar de caminar con él hacia tu casa, querías hundir la cabeza en la tierra como un avestruz.

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El resto del camino fue silencioso. Ambos pensaban en la pequeña muestra de cariño de hace unos momentos, y tú, además, recordabas el sueño que tuviste.

Al llegar al edificio, el portero los recibió alegremente y se ofreció a llevar algunas de las mil cosas que el pelirrojo cargaba, pero este último se negó. Llamaste al ascensor y, al llegar a su piso, sacaste las llaves de tu mochila y le abriste la puerta a tu acompañante, quien entró emocionado a tu apartamento.
Tu padre no estaba, probablemente porque era medio día y a esa hora él estaba trabajando [ps si nmms], así que le enviaste un mensaje para avisar que ya habías llegado.

—¿Dónde quieres que ponga tus cosas?— preguntó tu invitado.

—Um... Mi cuarto es por aquí...— aunque hubiera un sólo camino, ya que el apartamento era pequeño, y era imposible perderse, lo guiaste hasta tu habitación y él dejó tus cosas ordenadamente a los pies de tu cama— Gracias, um...

—¿Sabes? Es la primera vez que entro a tu cuarto— Eijiro miraba con emoción cada rincón de la habitación, como si hubiera algo interesante entre alguna de esas 4 paredes— Es muy bonito, realmente pega con tu personalidad.

—¿Qué dices? Es un cuarto común y corriente, no tiene nada de especial— el ojirubí se acercó a una estantería, leyendo en voz alta los títulos de varios libros— "Sabores Amargos" , "Artificial Hope" , "Cobardía" ... [JAJAJSJAJA RE AUTO SPAM JAJSJAJAJ MÁTENME]

[NOTA: Cobardía es una historia que nunca publiqué jsjajajsjajaj algún día chiques]

—...— mientras Eijiro se entretenía revisando los títulos de tus libros, se generó entre ustedes un gran silencio que te dio tiempo para pensar.

Observaste sus amables ojos rubíes, que se paseaban por las letras de las tapas; su leve sonrisa, que se ensanchaba cada vez que leía algo que le gustara, conociera, o le llamara la atención, con sus filosos dientes, que por más peligrosos que parecieran, no hacían más que agregar personalidad a su rostro; su cabello teñido, del cual se empezaban a notar las raíces, como si su antiguo yo se comenzara a hacer presente en ese ambiente tan tranquilo que compartía contigo; y, en general, todo de él, cada detalle, por más diminuto que fuese, incluyendo la pequeña cicatriz sobre su ojo, que casi pasaba desapercibida. Pero no solo pensabas en su físico. Pensabas también en lo amable que era, lo comprensible, alegre y optimista que era; su forma incondicional dr apoyarte en todo lo que hagas, tú o quién sea; y cada pequeño gesto que te dedicaba.

Y entonces te diste cuenta de algo.

"Es probable.."






























Que pida pizza a domicilio para cenar hoy..." 
[AJJASJAJJS AAAAHHH ARRUINÉ EL MOMENTO, PERDÓN ANJSKDJDUD]













































Y entonces te diste cuenta de algo.

"Es probable..."


























































"Que me guste Eijiro..."

Mi Vecino Pelirrojo [DISCONTINUADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora