Mi Vecino Pelirrojo [DISCONTINUADA]

Capítulo 54

Te enteraste que Kirishima había fallado la prueba contra Cementoss. Te sentiste mal al verlo tan deprimido, había evitado hablarte todo el día, por lo que, una vez en casa, aunque no tenías ni la más mínima idea de qué hacer, fuiste a su apartamento con intenciones de consolarlo.

-Eiji...- murmuraste, golpeando la puerta- Eiji, ábreme.

Te quedaste en silencio unos momentos, esperando a que el pelirrojo te dejara entar, más no lo hizo. Estabas a punto de irte cuando escuchaste la puerta abriéndose.

-...Pasa.

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Estaban sentados en la cama del muchacho, cada uno mirando al suelo. Ahora que habías venido te dabas cuenta que con cada segundo que pasaba tenías menos ideas de qué decirle.

No llegaste a articular ninguna palabra cuando Kirishima de repente se lanzó sobre ti, abrazándote por los hombros y reposando su cabeza contra la tuya. Al principio tuviste el reflejo de apartarlo, pero te resististe y dejaste que se aferrara a ti.

-Lo siento- dijo- No estoy a tu altura.

-¿De qué hablas?

-Perdí. Tú ganaste. No estoy a tu altura. No puedo protegerte. No soy un hombre.

-No necesitas protegerme Eijiro- con cautela, llevaste tus manos a su espalda, continuando con el abrazo- Solo necesito... que sonrías, como siempre lo haces.

-...

-Te esfuerzas demasiado por alguien como yo. Solo quiero que seas feliz, como eres. No quiero que te sientas mal, no quiero que estés triste y sientas que debes cuidarme. Además, solo gané gracias al plan de Shoji. Le dan menos créditos de los que merece- para relajación tuya, sentiste que su agarre se hizo más suave.

-_____-chan...

-¿Si?

-¡Te quiero mucho!- gritó recargando todo su peso en ti, haciendo que cayeras de espalda.

Intentaste sostenerte de algo, alcanzando a agarrar la cabecera de la cama, pero como tu particularidad se activó contra tu voluntad por la repentina acción del pelirrojo, ésta ser contrajo y se rompió. Algunas astillas se clavaron en tu mano, y poco después, tu espalda golpeó el piso, y Kirishima cayó sobre ti.
Una radiante sonrisa se hacía notar en su rostro, que se había separado de tu hombro para mirarte.

Te encontrabas con tus mejillas un poco rosas, tu cabello se esparcía en el suelo al rededor de tu cabeza como un mandala, tus labios formaban una pequeña y amable sonrisa; todo eso en conjunto formaban la vista más hermosa que el chico había visto jamás.

Eijiro sonrió cuando posaste tus manos en sus mejillas, y cayó en cuenta de la posición en la que estaban, pero no le daría importancia si tú no lo hacías.
No supo cuando, pero en algún momento había acercado su rostro al tuyo, al punto en que sus respiraciones se mezclaban y sus narices rozaban.
No hace falta decir del ataque de nervios que estabas teniendo, tenías el rostro caliente como una olla de agua hirviendo, y para qué mentir, Eijiro también.

-¡No puedo!- en el último segundo desviaste la cara hacia un lado, causando que el beso quedara en tu mejilla.

Se quedaron en esa posición un tiempo, hasta que tu vecino se apartó, viendo tu nervioso rostro, por el cual caían gotas de sudor frío.

-Lo siento... Se me fue la mano- se levantó de encima tuyo y luego te extendió la mano para ayudarte a parar.

Volvieron a sentarse en la cama, en silencio.

"Soy un maldito idiota" , se maldijo Eijiro, "Hacerle eso a una mujer... es lo peor que podría hacer. Maldito adolescente hormonal" .

Tú por tu parte te sentías confundida, perdida. Sabías que te gustaba, sabías que querías estar con él, pero no te atrevías a besarlo.

"Cobarde" , pensaste, poniendo tus manos en tu cara y apoyando los codos en tus rodillas, "Estúpida cobarde. No te entiendo" .

Quizás hubiese sido mejor si no hubieses venido.

PENDEJA LA RAYA EH!? >:V
TODO EL MUNDO ESPERANDO POR ESTO Y SE TE OCURRE ECHARTE ATRÁS, CARAJO, TA DIFÍCIL.

TA DICIFIL LA COSA

TA CIDIFIL

bueno ya paro

Alguien-kun: *c pone un sombrero militar y le pasa a las lectoras un montón de tomates* ¡Bien soldadoooos! ¡APUNTEEEEEN! ¡FUEGOOOOOOOOO!