Capítulo 28

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Tu y tu acompañante caminaron lado a lado y en silencio hacia un parque cercano en una rotonda. Allí, aún sin dirigirse más que miradas discretas e inocentes, se pusieron a estirar el cuerpo, cada uno con la flexibilidad que podía alcanzar.

-¡Bien!- exlamó el pelirrojo dando por terminado el estiramiento- ¿Qué tal un trote para entrar en calor!

-Conozco formas más divertidas de entrar en calor... Eiji...- tu voz salió ronca, con un tono de voz erótico y provocativo. Te acertaste peligrosamente al chico, con movimientos suaves y [JAJA TE LA CREÍSTE WE!! Todavía falta para llegar a eso, no nos apresuremos :v]

[Toma dos]

-¡Bien!- exlamó el pelirrojo dando por terminado el estiramiento- ¿Qué tal un trote para entrar en calor!

-Claro- se posicionaron uno al lado del otro, hicieron una cuenta regresiva de tres y enseguida empezaron a trotar parejamente.

Poco a poco, cada uno comenzó a subir la velocidad, dando vueltas a la enorme rotonda del parque, cuyo centro tenía un arrollo precioso que brillaba con el sol de la tarde. Cuando su trote se convirtió en carrera, se dispusieron a vencer al otro amistosamente. Iban muy rápido y muy parejos, derramando cataratas de sudor.

-¡El último en llegar a la banca es un huevo podrido!- exclamó el pelirrojo, subiendo su velocidad lo más que pudo, siendo alcanzado por ti que también ibas a tu máximo.

Los dos corrieron hacia el asiento y se lanzaron a él al mismo tiempo, por lo que declararon el final de la carrera como un empate. Decidieron sentarse y tomar un pequeño descanso antes de continuar. Observaste a Eijiro con su cabello caído y mojado por el sudor, sus labios entreabiertos respirando agitadamente, dejando ver las puntas de su filosa dentadura, sus ojos rubíes que miraban el arrollo con tranquilidad y, cómo no, su remera sudada que se pegaba a su cuerpo bien trabajado. Sacudiste la cabeza alejando las impurezas que te estabas por imaginar y lo miraste a los ojos.

-¿Seguimos?- preguntaste parándote. Kirishima imitó tu acción con entusiasmo.

-¡Si, estaba esperando a que descansaras y estuvieras bien!- te sonrió con confianza mientras que tú tr cruzaste de brazos y frunciste notoriamente el ceño.

-¿Insinúas que una carrerilla es demasiado esfuerzo para mi?- el mayor abrió los ojos de golpe, separando los labios para hablar y cerrándolos al segundo, poniendo sus manos frente a su cuerpo como un escudo.

-¡Nonononono! ¡Te he visto, _____-chan, y eres increíble! ¡Solo quería- su explicación fue cortada por una carcajada tuya, que ya había dejado de fingir ese enojo inexistente. Después de todo, conocías a Eijiro desde los 10 años y sabías que sus intenciones nunca eran malas.

Él, que se quedó unos segundos recalculando como un GPS, se contagió de tu risa al entender que le estabas jugando una broma. Aprecio de nuevo la belleza subjetiva que él veía en tu risa, y en todos tus aspectos general, rememorando tu trato hacia él anteriormente. Podía decir, satisfecho, que habían superado esa fase y que ahora eran amigos. Sonrió con los ojos achinados por el gesto y te tomó de la mano para llevarte a una zona más amplia en la que pudieran entrenar tranquilos.

Mi Vecino Pelirrojo [DISCONTINUADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora