Mi Vecino Pelirrojo [DISCONTINUADA]

ESPECIAL MISUKI

¿Alguien pidió un one-shot con mi niño? ¿No? Poh me vale chorizo >:v

Ahre que si lo pidieron :v

La obra de arte de la multimedia la hizo la señorita _makochii_, así que vayan a stalkearla que necesita amor, comprensión y ternuraaa XD

Reitero que estos especiales suceden en líneas temporales alternas a la historia original, por lo que no tienen efecto en esta.

aora ci dizfutem mis niñoz uwu

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-¿¡Por- qué- me- pasa- esto- a mí!?- gritaste frustrada golpeando rítmicamente tu frente contra la pared.

¿Cuál era el problema? Simple, últimamente te habías sentido enferma, con los típicos síntomas: calor, enrojecimiento, malestar estomacal, dispersión... Al carajo, sabías bien lo que sucedía. Eras bruta pero no estúpida. No estabas enferma, estabas enamorada.

-Y de entre todas las personas... tenía que ser ese idiota...

Suspiraste con rendición y te arrojaste a la cama. Tomaste tu celular y releíste aquel mensaje: "¿Te gustaría salir hoy a la tarde? Es decir, ¿tú y yo?".

Luego leíste por enésima vez tu respuesta "¿Como una cita?".
Querías eliminar ese mensaje, pero él ya lo había leído.

"¡Si, si tu quieres!".

"Ok".

"Pasaré por ti a las 5. ¿Te parece bien?".

"Ok".

-¿¡NO PODÍAS DECIR MÁS QUE "OK" YO DE HACE 4 MINUTOS!?- frustrada te escabulliste bajo las sábanas, leyendo una y otra vez la conversación, desesperandote cada vez más.

Tres golpecitos en la puerta te llamaron la atención.

-¿Cariño, se puede?- pidió Shion.

-Pasa- escuchaste el sonido del picaporte girando, pero la puerta no se abrió. El ruido se repitió dos veces más.

-Um, creo que le pusiste tranca, _____.

-...ya voy- te levantaste de la cama, fuiste a la entrada y destrancaste la puerta para dar paso a tu progenitor, quién se aclaró la garganta y habló.

-¿Sucede algo?- preguntó yendo directo al grano.

Decidiste contarle todo a tu padre, después de todo él era bueno aconsejandote... Y dándote crisis existenciales, pero eso no importa.

-Ya veo... En realidad no, no veo. Él te atrae.

-Ajá.

-Te invitó a salir.

-Ajá.

-¿Y eso no es bueno?

-No.

-No entiendo a la juventud de ahora, y eso que no soy tan viejo.

-Ugh...- te sentaste el la cama, jugando con tus manos y mirando al suelo- Yo tampoco lo entiendo. Debería estar feliz pero... no sé, creí que tú sabrías.

El hombre se sentó a tu lado: -¿Quizás tienes miedo?

-¿Miedo? ¿Miedo de qué?

-No lo sé, de que algo salga mal, de quedar como tonta... Tal vez solo estás nerviosa.