Desde cero

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- ¿J-Jungkook?...

Fue lo único que logró formular la boca de Rosé, la cual se había abierto ligeramente por la sorpresa. Una ráfaga de viento recorrió todo su cuerpo y sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal haciendo que cubriera su cuerpo con sus delgados brazos. No podía moverse de su lugar y pronto sintió un nudo formarse en su garganta evitando que pronunciara palabra alguna.

- No sabía que habías regresado..- cortó por fin el silencio Jungkook aclarando su garganta y sin poder despegar su vista de la rubia frente a él.

Roseanne no era ajena a eso y evitó por completo el insistente contacto visual del pelinegro con nerviosismo.

- A-apenas v-volví hoy.- articuló con dificultad.

No se atrevía si quiera a mirarlo a los ojos. Esos ojos a los que prometió amor eterno y falló de la manera más cobarde y estúpida. La culpa la consumía y tenerlo frente a ella nuevamente después de todo ese tiempo de evitar darle la cara, le partía el corazón cómo si reviviera el día que se fue sin decir nada.

- ¿Cómo has estado? Desde que te fuiste, no supe más de ti..- preguntó Jungkook con el corazón latiendo a mil por hora. Por un lado sentía una inmensa felicidad y alivio de poder ver de nuevo a su gran amor. Pero por otro, su corazón dolía.

¿Qué debería hacer ahora? ¿le confieso que nunca la olvide? ¿le pido explicaciones?

Tenía tantas preguntas que hacerle y tantas cosas para decir, pero no quería ahuyentarla, no de nuevo.
Tal vez sería mejor callar...

- S-supongo que bien. E-es decir, todo se solucionó y logré terminar mi carrera.- respondió Rosé forzando una ligera sonrisa.

- E-eso es genial, me alegra que estés bien..

Por los pensamientos de Jungkook pasaban miles de cosas. Al parecer finalmente la paz había llegado a la vida de Rosé y fue lejos de Corea, lejos de él. Ya no tenía sentido agobiarla con sus sentimientos, no podía ser egoísta, no con ella. Había logrado sus sueños y por fin parecía poder sonreír. La amaba tanto que acababa de decidir dejarla ir, aunque eso lo destrozara por dentro.

- ¿Y-y qué hay de ti?...- soltó la primera oración con miedo a seguir hablando pero continuó.- E-escuché que p-pronto te c-casarás..

Al pronunciar esas palabras sintió su corazón estrujarse y su pecho doler. Su respiración se hizo más lenta y esperó con temor la respuesta.

- Emm sí..- fue lo único que logró responder Jungkook para luego rascar nerviosamente su nuca. Había olvidado por completo ese detalle.

- M-me alegro p-por ti..- mintió con una sonrisa y acomodó los rebeldes cabellos de su rostro mientras evitaba su mirada.

- ¿En serio?.- susurró para sí mismo analizando sus expresiones y con un gran sentimiento de decepción apoderando su ser continuó.- g-gracias..

Intentó una vez más buscar su mirada pero fue rechazado totalmente por la rubia. Le echó un rápido vistazo a su rolex dorado y tiró de su cabello hacia atrás dándole un aspecto sexy que Roseanne no dejó pasar.

Rosé volvió su cuerpo mirando hacia el río y comenzó a juguetear con sus dedos con una idea en mente.

- Ya es tarde, creo que debo irme.- sin ninguna esperanza dijo Jungkook.- deberías hacer lo mismo, es peligroso que te quedes sola..

Al no recibir respuesta de la rubia supuso que era mejor continuar su camino. Suspiró audiblemente y comenzó a caminar en dirección contraria.

Las manos de Rosé sudaban frío y su ansiedad aumentaba a cada paso que daba el pelinegro alejándose de ella. Todas las dudas volaban por su sofocado pensamiento y se preguntaba qué era lo que debía hacer.

Desde cero - RosekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora