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La llegada de Anna fue una bendición. He de reconocer que los primeros días me encontraba a la defensiva, ya no me sentía tan libre con ella al descubrir su parentesco con Javier. Pensar que en cualquier momento podía hacer acto de presencia me ponía de los nervios. No obstante, las semanas pasaron y pronto me olvidé de aquello. Junto a Anna las veladas eran de lo más entretenidas, la una cubría a la otra ante las peculiares situaciones que iban surgiendo.

En una ocasión, nos encontrábamos en una merienda campestre. Anna y yo nos dirigimos hacia el laberinto a sabiendas de que lord Checre y Lord Stivens nos seguirían. Anna no estaba muy conforme con tener que quedarse a solas con lord Checre, pero yo necesitaba sentirme deseada, sentirme poderosa, y la convencí de aquello.

-Señoritas... -saludaron cortésmente al toparse con nosotras "por casualidad" en el interior del laberinto.

-Lord Stivens, lord Checre que coincidencia.- Los salude coquetamente.- ¿Les gustaría acompañarnos en nuestro paseo?

-Será todo un placer- se adelantó lord Stivens ofreciéndome su brazo.

Ambos comenzamos a andar sin prestar atención a la pareja que dejábamos atrás. Mantuvimos una conversación de los más entretenida y poco decente sobre el último escándalo que había sucedida.

-¿Qué cree que pensarían de nosotros si nos encontraran ahora mismo?- Pregunté acercándome más a él.

-mmm...Seguramente dirían que formamos una pareja de los más encantadora. - Respondió pegando su cuerpo al mío y acariciando mi mejilla con su mano enguantada.

-Yo no opino que encajemos tan bien Lord Stivens.- dije retándolo.

- ¿No? – dijo frunciendo el ceño y mostrando una mirada felina.- Permítame que la saque de su error. – Dicho esto se abalanzó sobre mí y yo por supuesto se lo permití.

No piensen mal, jamás deje que ningún caballero sobrepasara demasiado la línea. Aquellos besos pasionales me hacían sentir viva, conseguían que mi vacío interior se llenara por momentos.

-Zuza....- escuche la voz de Anna, apenas era un susurro, pero era señal suficiente como para saber que aquel encuentro había llegado a su fin.

-A sido un placer Lord Stivens...- Dije apenas rozando sus labios.- Quizás le busque para repetirlo en otra ocasión...- Dicho esto caminé con paso firme hasta encontrarme con Anna.

-Zuza... - dijo entre enfadada y risueña.- No puedes salir del laberinto con esos pelos.- Ambas reímos y tras retocarnos el peinado salimos de allí.

Desde aquel encuentro lord Stivens parecía un perrito faldero, no había forma de quitármelo de encima, por ello tuve que decirle a mi hermana Camille, que ejercía de carabina, no deseaba que le concediera ningún baile ¿Qué acaso los hombre no sabían divertirse sin más? La verdad no era la primera vez que me pasaba, bueno, tampoco es que yo me fuera besando con todos los caballeros con los que me cruzaba, pero no puedo negar que de vez en cuando alguno que otro caía.

                                                                                 


                                                ......





-Ayer recibimos carta de Beorn.- dijo Camille como si tal cosa mientras desayunábamos.

-¿Y qué dice? ¿Cómo está? ¿Y su esposa?- Las preguntas se amontonaban en mi mente y mi lengua no era capaz de pronunciarlas todas. Beorn era con el que menos me había relacionado de todos mis hermanos, sin embargo, entre él y yo existía un vínculo bastante fuerte. Para él yo era su pequeña y adorada hermanita, daba igual el tiempo que estuviera fuera o lo poco que nos escribiera, siempre que volvía lo primero que hacía era venir a verme y traerme algún extraño pero precioso presente.

-Tranquila.- respondió Luis divertido.

-Es una carta corta, en ella pregunta cómo está yendo tu presentación, amenaza a Luís con matarlo si te llegara a pasar algo y quiere que le cuente como van nuestras investigaciones y por supuesto sus sobrinos.- Añadió sonriendo. Yo sabía que Camille también lo extrañaba muchísimo. Según me había dicho Aroha, Beorn y Camille habían sido como uña y carne hasta que él entró en la Universidad, pero a pesar de todo lo que habían cambiado sus vidas ellos se amaban mucho, aunque de manera extraña.

-Le escribiré esta misma tarde, si quieres podemos enviar las respuestas juntas.- Dije animada.

-Seguro que si ve tu nombre en el sobre lo abrirá antes.- respondió Camille fingiendo que no le importaba que su hermano no le hiciera caso.- Aunque quizás sea un poco difícil hacernos con él, según he entendido en pocos días parte a la China.

-¡A China! Oh Dios mío... ¡Ese matrimonio está loco!- Exclamé sorprendida.

-Pues sí, lo está.- Respondió Camille.

-No seas celosa cariño.- Dijo Luis viendo el semblante de su mujer.

-No lo soy... ¿Por qué debería estarlo?- Camille siempre se ponía algo malhumorada cuando otros hacían algún viaje largo.

-No se... quizás porque nuestro viaje de exploración no fue del todo perfecto, porque te mueres por subirte a un barco y descubrir nuevos lugares...- Parecía que Luís podría seguir hablando por mucho tiempo, pero Camille lo interrumpió.

-Yo creo que ya no estoy para esos trotes, y nuestro viaje si fue maravilloso... no conozco a nadie que pueda decir que vivió un naufragio, sobrevivió a un plasta insufrible y descubrió nuevas especies.- dijo orgullosa.

-Se te olvida que te enamoraste de ese plasta.- le subraye entre risas mirando a Luis.

-Y que tan sólo tienes 28 años.- Añadió Luís guiñándome un ojo.

-No me enamoré del plasta, me casé con él que es diferente.- dijo señalándome.- Y... ¡Cómo te atreves a decir mi edad en voz alta!- Dijo dirigiendo su dedo acusativo a Luis. Ninguno de los dos pudo evitar reírse sin ningún refinamiento.

-Espera un momento.- dijo Luis fingiendo estar confundido.- No te enamoraste de mí.- Llevó sus manos al pecho con dramatismo.

-Oh cállate.- Le respondió Camille.

Yo me quede contemplando el cruce de miradas del matrimonio y comencé a sentirme algo incomoda entre ellos. La verdad, no era la primera vez que me pasaba, pero de normal solían ser... no diré más discretos, porque Camille era bastante escandalosa, pero sí podríamos decir que lo ocultaban mejor.

-Creo que me iré a leer un rato.- dije consciente de que no me estaban prestando la más mínima atención. 

El escondite tras la mentira (5º libro SAGA VERDADES OCULTAS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora