XVIII

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Aquella tarde, como muchas otras, habíamos ido a pasear por Hyde Park. Miller, Anna, Javier y yo estábamos sentados en un precioso cenador cuando vislumbre a Lux en una especie de embarcadero que se adentraba un poco en el lago.

-Si me disculpáis un momento...- Me levante sin prestar atención a sus respuestas.- Michael Lux...- dije al acercarme a él.- Tienes un aspecto muy melancólico aquí sólo, y eso no te pega nada.

-Buenas tardes preciosa, sólo esperaba la llegada de una ninfa que me alegrara la tarde.- Respondió coqueta.

-Si... pues creo que deberá seguir buscando por las profundidades de este lago...-Me acerqué al final de los tablones y contemplé el agua- Le va a resultar la mar de difícil encontrarla en unas aguas tan verdes como estas...

-Tiene toda la razón... es más probable que encuentre a un monstruo marido.- Aquello nos hizo reír a los dos.

-Creo que todavía le debo una disculpa.- Dije recordando el desplante que le hice el día que tuve que cumplir el deseo de Javier.

-No sé a qué se refiere.

-Supuse por su respuesta el día de la merienda, que Anna le había podido informar del deseo que debía cumplir... Me sentí horrible por tratarlo así.

-No la vi muy apenada durante la merienda...- Aquello no era una acusación, más bien parecía entretenerse conmigo.

-Oh vamos...- dije sin poder mirarlo a la cara.

-No puedes mentirme querida, quiero que seas feliz pero hay algo que no se... se rumorea que...- Y otra vez volvimos a ser interrumpidos.

-Buenas tardes.- Sentí como el brazo de Javier rodeaba mi cintura.

-¿Qué haces?- Le pregunté sorprendida. Aquello era demasiado, estábamos en público.

-Creo querida Zuzanny, que su sombra intenta marcar su territorio.- Lux parecía la mar de divertido. – Quizás los rumores no son ciertos... o eso espero.- Aquello último parecía ser una advertencia dirigida a Javier.

-Señor Dominth.- Dije apretando la mano de Javier.- Suélteme.- Pero él respondió apretándome más fuerte contra él.-¡Javi! El señor Lux y yo estábamos manteniendo una agradable conversación cuando nos has vuelto a interrumpir.- Había dicho aquello para intentar distraerlo, pero lo que conseguí fue que mi cintura fuera rodeada no pos uno, sino por sus dos brazos.- ¡Javier suéltame ahora mismo!

-Creo que debería atender los deseos de la dama... si tanto la quiere.- Las palabras de Michael pusieron nervioso a Javi, el cual soltó su amarra al mismo tiempo que yo hacía fuerza para librarme de su brazo. Y el resultado fue que trastabillé y antes de poder darme cuenta sentí un horrible frio recorriendo mi cuerpo.

-¡Zuzanny!- El brazo de Lux tomo el mío y con ayuda de Javier me subieron de nuevo al embarcadero.

-Tenemos que volver a casa.- Dijo Javier tendiéndome su chaqueta. Yo estaba empapada de arriba abajo, todo había pasado tan deprisa, en un momento estaba de pie sobre la madera y al siguiente a punto de ahogarme arrastrada por mis pesadas prendas de vestir.

-No te acerques.- le dije chorreando agua por todas partes y aceptando la chaqueta que Lux me ofrecía.- Te dije que con él siempre era complicado.

- No me negarás que ha sido divertido...- dijo en un susurro. Yo le miré retándolo.

-La próxima vez te tiraré al lago a ti para que te diviertas tanto como yo.- No estaba enfadada, pero las ropas me pesaban mucho y sentía como se pegaban a mi cuerpo.

-¡Zuza! ¿Qué ha sucedido?- Anna venía hacia nosotros con cara de preocupación.

-Tú primo es lo que pasa.- respondí.- Siempre tu primo.

Nos encontrábamos en el carruaje de vuelta a casa. Yo no podía evitar tiritar de vez en cuando.

-Zuz de verdad lo lamento...- Dijo Javier inclinándose hacia mí para evitar que Anna nos escuchara.

-No pasa nada.- Dije mirando por la ventanilla.

-Estás enfadada... lo sé.

-¡Por qué siempre crees que lo sabes todo!- Mi grito hizo que Anna, la cual había fingido estar distraída mirando por la ventanilla, se volviera hacia nosotros.- No estoy enfadada, sólo estoy empapada, tengo frio y deseo planear una venganza acorde a lo que usted Javier Dominith me ha hecho.- Mis palabras le hicieron reír.

-Siempre has sido pésima en las venganzas...- parecía despreocupado.

-Te vas a arrepentir.- dije más divertida que indignada.

-Mira como tiemblo...- dijo situando su mano enfrente de mi rostro y moviéndola. Yo alce la mía para darle un manotazo, pero él la interceptó y comenzó a acariciarla. Aquel gesto me dejó estupefacta. Y no fue hasta que Anna carraspeó que fui consciente de que no estábamos solos.

Al llegar a casa me di un buen baño caliente y me metí en la cama. No tenía sueño, pero me sentía un poco humillada. Sabía que no había sido a propósito, y por suerte tan sólo un par de transeúntes me habían visto empapada, pero debía pensar en una buena venganza. Con aquellos pensamientos en mente me quedé dormida.

-¿No sé qué hacer?- Le dije a Anna a la mañana siguiente.

-¿Realmente pretendes vengarte de él? – Preguntó sorprendida.

- A caso lo dudas querida. El problema es que tal y como él dijo, esto se me da fatal.

-No estás enfadada con él.- Afirmo.- Si Tom me hubiera lanzado al lago sin querer yo no desearía vengarme de él.

-Ya bueno, no es lo mismo...

-¿Cómo qué no?

-Anna querida, vosotros estáis enamorados dije divertida.

-¿Acaso Javier y tú no lo estáis?

-¡no! Por supuesto que no.

-Ya claro, y ahora me dirás que lo sigues despreciando.- dijo burlándose de mí.

-Es un buen amigo, igual que cuando éramos niños.- Respondí intentando sonar segura de mis palabras.

-Seguro...- dijo poco convencida.

-Creo que tengo la solución. Escribiré a Lux de inmediato... Anna vamos a preparar nuestra próxima aventura.

Esa misma tarde escribí una carta a Lux. En ella le agradecí de antemano la fantástica idea que seguro me daría para poder vengarme de Javier y le dije que su chaqueta estaba preparada para ser recogida. Supuse que él comprendería que aquello era una invitación para que acudiera a visitarme. No obstante pasaron un par de días y no obtuve respuesta alguna. 

El escondite tras la mentira (5º libro SAGA VERDADES OCULTAS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora