Aquella tarde, como muchas otras, habíamos ido a pasear por Hyde Park. Miller, Anna, Javier y yo estábamos sentados en un precioso cenador cuando vislumbre a Lux en una especie de embarcadero que se adentraba un poco en el lago.
-Si me disculpáis un momento...- Me levante sin prestar atención a sus respuestas.- Michael Lux...- dije al acercarme a él.- Tienes un aspecto muy melancólico aquí sólo, y eso no te pega nada.
-Buenas tardes preciosa, sólo esperaba la llegada de una ninfa que me alegrara la tarde.- Respondió coqueta.
-Si... pues creo que deberá seguir buscando por las profundidades de este lago...-Me acerqué al final de los tablones y contemplé el agua- Le va a resultar la mar de difícil encontrarla en unas aguas tan verdes como estas...
-Tiene toda la razón... es más probable que encuentre a un monstruo marido.- Aquello nos hizo reír a los dos.
-Creo que todavía le debo una disculpa.- Dije recordando el desplante que le hice el día que tuve que cumplir el deseo de Javier.
-No sé a qué se refiere.
-Supuse por su respuesta el día de la merienda, que Anna le había podido informar del deseo que debía cumplir... Me sentí horrible por tratarlo así.
-No la vi muy apenada durante la merienda...- Aquello no era una acusación, más bien parecía entretenerse conmigo.
-Oh vamos...- dije sin poder mirarlo a la cara.
-No puedes mentirme querida, quiero que seas feliz pero hay algo que no se... se rumorea que...- Y otra vez volvimos a ser interrumpidos.
-Buenas tardes.- Sentí como el brazo de Javier rodeaba mi cintura.
-¿Qué haces?- Le pregunté sorprendida. Aquello era demasiado, estábamos en público.
-Creo querida Zuzanny, que su sombra intenta marcar su territorio.- Lux parecía la mar de divertido. – Quizás los rumores no son ciertos... o eso espero.- Aquello último parecía ser una advertencia dirigida a Javier.
-Señor Dominth.- Dije apretando la mano de Javier.- Suélteme.- Pero él respondió apretándome más fuerte contra él.-¡Javi! El señor Lux y yo estábamos manteniendo una agradable conversación cuando nos has vuelto a interrumpir.- Había dicho aquello para intentar distraerlo, pero lo que conseguí fue que mi cintura fuera rodeada no pos uno, sino por sus dos brazos.- ¡Javier suéltame ahora mismo!
-Creo que debería atender los deseos de la dama... si tanto la quiere.- Las palabras de Michael pusieron nervioso a Javi, el cual soltó su amarra al mismo tiempo que yo hacía fuerza para librarme de su brazo. Y el resultado fue que trastabillé y antes de poder darme cuenta sentí un horrible frio recorriendo mi cuerpo.
-¡Zuzanny!- El brazo de Lux tomo el mío y con ayuda de Javier me subieron de nuevo al embarcadero.
-Tenemos que volver a casa.- Dijo Javier tendiéndome su chaqueta. Yo estaba empapada de arriba abajo, todo había pasado tan deprisa, en un momento estaba de pie sobre la madera y al siguiente a punto de ahogarme arrastrada por mis pesadas prendas de vestir.
-No te acerques.- le dije chorreando agua por todas partes y aceptando la chaqueta que Lux me ofrecía.- Te dije que con él siempre era complicado.
- No me negarás que ha sido divertido...- dijo en un susurro. Yo le miré retándolo.
-La próxima vez te tiraré al lago a ti para que te diviertas tanto como yo.- No estaba enfadada, pero las ropas me pesaban mucho y sentía como se pegaban a mi cuerpo.
-¡Zuza! ¿Qué ha sucedido?- Anna venía hacia nosotros con cara de preocupación.
-Tú primo es lo que pasa.- respondí.- Siempre tu primo.
Nos encontrábamos en el carruaje de vuelta a casa. Yo no podía evitar tiritar de vez en cuando.
-Zuz de verdad lo lamento...- Dijo Javier inclinándose hacia mí para evitar que Anna nos escuchara.
-No pasa nada.- Dije mirando por la ventanilla.
-Estás enfadada... lo sé.
-¡Por qué siempre crees que lo sabes todo!- Mi grito hizo que Anna, la cual había fingido estar distraída mirando por la ventanilla, se volviera hacia nosotros.- No estoy enfadada, sólo estoy empapada, tengo frio y deseo planear una venganza acorde a lo que usted Javier Dominith me ha hecho.- Mis palabras le hicieron reír.
-Siempre has sido pésima en las venganzas...- parecía despreocupado.
-Te vas a arrepentir.- dije más divertida que indignada.
-Mira como tiemblo...- dijo situando su mano enfrente de mi rostro y moviéndola. Yo alce la mía para darle un manotazo, pero él la interceptó y comenzó a acariciarla. Aquel gesto me dejó estupefacta. Y no fue hasta que Anna carraspeó que fui consciente de que no estábamos solos.
Al llegar a casa me di un buen baño caliente y me metí en la cama. No tenía sueño, pero me sentía un poco humillada. Sabía que no había sido a propósito, y por suerte tan sólo un par de transeúntes me habían visto empapada, pero debía pensar en una buena venganza. Con aquellos pensamientos en mente me quedé dormida.
-¿No sé qué hacer?- Le dije a Anna a la mañana siguiente.
-¿Realmente pretendes vengarte de él? – Preguntó sorprendida.
- A caso lo dudas querida. El problema es que tal y como él dijo, esto se me da fatal.
-No estás enfadada con él.- Afirmo.- Si Tom me hubiera lanzado al lago sin querer yo no desearía vengarme de él.
-Ya bueno, no es lo mismo...
-¿Cómo qué no?
-Anna querida, vosotros estáis enamorados dije divertida.
-¿Acaso Javier y tú no lo estáis?
-¡no! Por supuesto que no.
-Ya claro, y ahora me dirás que lo sigues despreciando.- dijo burlándose de mí.
-Es un buen amigo, igual que cuando éramos niños.- Respondí intentando sonar segura de mis palabras.
-Seguro...- dijo poco convencida.
-Creo que tengo la solución. Escribiré a Lux de inmediato... Anna vamos a preparar nuestra próxima aventura.
Esa misma tarde escribí una carta a Lux. En ella le agradecí de antemano la fantástica idea que seguro me daría para poder vengarme de Javier y le dije que su chaqueta estaba preparada para ser recogida. Supuse que él comprendería que aquello era una invitación para que acudiera a visitarme. No obstante pasaron un par de días y no obtuve respuesta alguna.
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El escondite tras la mentira (5º libro SAGA VERDADES OCULTAS)
RomanceZuzanny la pequeña de la familia Sant ha tenido que vivir una vida más dura de lo que ella desea aparentar. Cada situación vivida la ha hecho endurecerse más, rechazar más a los hombres y engañarse más a sí misma. Por eso ahora es incapaz de admiti...