XXII

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Las buenas noticias no tardaron en llegar. La invitación formal para el enlace del Señor Miller y la señorita Light fue enviada a casa de los Cigar. No pude evitar recordar el día en el que Miller había reunido el valor suficiente para pedírselo.

Un mes antes:

Como tantas otras tardes Miller, Anna y yo salimos a pasear por el parque. Yo cumplía mi misión de casamentera la mar de bien, la verdad es que no me resultaba desagradable y además así conseguía proporcionar algunos momentos íntimos a la pareja.

-Creo que me iré a ver los patos.- Comunique a la feliz pareja para dejarlos a solas.- Caminé hacia el lugar y contemplé el estanque.

-Preciosas vistas ¿verdad? -La voz de Javier me sobresaltó.

-Supongo...- Dije como toda respuesta, Javier y yo no habíamos vuelto a hablar desde aquella extraña escandalosa discusión que habíamos tenido en el jardín.

-Estamos a punto de contemplar uno de los días más felices de sus vidas.- dijo sonriente mientras dirigía su mirada a Anna.

-¿Cree usted que se lo pedirá hoy?- Pregunté intentando mantener una conversación civilizada.

-Cuándo uno lo tiene claro, no hay nada a lo que esperarse.

-¿Usted lo tuvo tan claro?- Era la primera vez que le preguntaba algo sobre su compromiso, el cual sea dicho todavía no había salido ni en los periódicos. Mi pregunta había sido formulada con mala intención, puesto que sabía o eso había deducido de la conversación que mantuvo con su padre, él amaba a otra mujer.

-Desde la primera vez que la vi.- respondió sin mirarme. No quise seguir indagando, ¡Qué mentiroso!

-¡Sí!- exclamó Anna lanzándose a los brazos de Miller. Yo no pude evitar sonreír ante aquella preciosa escena.

Después de aquello yo había prometido a Anna ayudarla con todo y había amenazado a Miller de muerte si se atrevía a hacerle daño a mi amiga, aunque realmente estaba segura de que eso no ocurriría jamás.

No obstante las cosas se habían torcido un poco, después de escuchar la conversación de Javier con su padre y ver lo estúpida que estaba siendo al no alejarme de él, no había ayudado mucho a Anna con nada. Había puesto como excusa el estado de mi hermana y los meses que había pasado alejada de ella y volví a casa. Pero ahora debía volver, en unas semanas seria la fiesta de compromiso y yo no podía fallarle a mi amiga. Por ello, preparé mi equipaje y me instalé en casa de mis padres. Sabía que los Dominith desearían que me alojara en su casa junto al resto de invitados, puesto que sería allí donde se celebraría la fiesta de compromiso y unos meses después la boda, pero la verdad, eso sería demasiado para mí.

-Zuz...- me llamó Javier. La fiesta de compromiso estaba en pleno apogeo, parecía que todo el mundo era feliz, por eso había decidido retirarme.

-Señor Light, no es decoroso que nos encontremos solos en los pasillos de su casa.

-Zuz... - dijo intentando volver a hablar.

- Creo que debería volver al salón, seguro su prometida secreta lo estará buscando.- Respondí secamente.

-Ya no estoy prometido.- respondió acercándose más a mí.

-¿Qué?- La voz se me fragmentó al realizar esta pregunta.

-No puedo hacerte daño...

-Creo que se está equivocando, no me ha hecho ningún daño...- mentí

-Zuz, eres una mentirosa horrible y me encantas.- yo abrí los ojos de par en par ante aquella declaración.

-Creo que ha bebido demasiado esta noche...- Ese fue el único justificante que podía explicar el cambio de comportamiento de Javier.

-Zuz, no puedo esperar a que seas mayor de edad...

-¿Por qué deberías esperar? O ¿Para qué? – pregunté sin comprender.

-Te quiero Zuz- Dijo a toda velocidad.

Me rio al recordar mi respuesta a aquellas palabras, porque quizás si no me hubiera dejado llevar por mis impulsos las cosas se habrían desarrollado de otra forma, podríamos haber aclarado todo, habríamos sufrido menos, pero eran demasiados años escondiendo mis sentimientos, demasiados años encerrándome, demasiados años reprimiéndome.

Lo primero que hice fue darle una bofetada digna de un bárbaro.

-¡Zuz!-Exclamó incrédulo y sorprendido por mi reacción.

-Te odio.- Dije agarrándole de las solapas de su chaqueta y atrayéndolo hacia mí.

El escondite tras la mentira (5º libro SAGA VERDADES OCULTAS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora