XXVI

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Mi hermana Gloria fue más paciente de lo que yo habría podido esperar de ella, pero dos semanas después de mí llegada un terrible suceso me obligó a revelar la verdad.

Acababa de levantarme cuando sentí un fuerte mareo, ya estaba algo acostumbrada a ellos. Los mareos y los vómitos eran mi pan de cada día. De pronto sentí un fuerte dolor en el vientre me agarré del poste de la cama y respiré hondo intentando soportarlo, pero pronto llegó otro y mi cuerpo se dobló sólo. Tenía que aguantar un poco más, seguro en unos minutos pasaría. Me dije intentando calmarme. Pero no fue así, pronto el dolor era tan insoportable que no pude evitar que un grito desgarrador saliera de mi garganta. Una doncella entró corriendo en la habitación.

-Llama a mi hermana.- le ordené sin dejar que pudiera hacer pregunta alguna.- ¡AHORA!- Las lágrimas de dolor se desparramaban por todo mi rostro.- Por favor aguantaa... - suplicaba agarrándome el vientre.

Pocos minutos después mi hermana entro corriendo en la habitación.

-¡Zuzanny!- Exclamó asustada al verme tirada en el suelo.- ¿Zuzanny qué te ocurre? Estás sangrando...

Yo abrí los ojos y contemplé mis faldas llenas de sangre.

-El bebé....- dije casi sin fuerzas.

-¿Qué bebé?- Gloria estaba confundida, pero pronto comprendió.- Traer a la señora Kate de inmediato y que preparen agua caliente y unas toallas. Cuando las dos doncellas que la habían acompañado desaparecieron ella se inclinó junto a mí y me ayudó a llegar hasta la cama.- ¿De cuánto estás?

-Casi de tres meses.- Dije sollozando.

Pronto llegó la señora Kate y los útiles que mi hermana había pedido. Echaron a todas de la habitación y la verdad, a penas recuerdo lo que pasó después, sólo tengo algunas imágenes muy borrosas. Lloré, empujé y escuche como decían que no había nada que hacer. Cuando la señora Kate se retiró Gloría se tumbó junto a mí en la cama y me abrazó con ternura sin decir nada.

Pasaron unas semanas hasta que estuve realmente recuperada, por lo menos físicamente. Me sentía horrible, al descubrir que estaba embarazada había odiado a Javier y despreciado a mi hijo, pero... no deseaba aquello. Me había ido a casa de Gloria con la intención de poder tenerlo y criarlo, pero ahora...

-Bu-buenas.- John el cuñado de Gloria había sido, junto a mis sobrinos, mi fiel compañero mientras estuve en cama. Por supuesto, nada se dijo de mi aborto, todos pensaban simplemente que estaba enferma.

-Buenos días ¿cómo has dormido?- Pregunté cariñosamente saliendo de mi habitación.

-Yo-yo bi-bien. Hoy pa-pareces más contenta.- Dijo sonriendo.- Cu-cuando estas contenta eres ma-más guapa.- Se sonrojó al decir aquello.

-Tú siempre te ves hermoso.- dije depositando un beso en su mejilla.- ¿Sabes dónde está Gloria?

-Sí.- dijo tomándome de la mano y guiándome hasta una estancia que parecía un estudio de arte.

-John cariño.-dijo Gloria al vernos entrar.- Creo que la señora Kate va mandar que hagan galletas.- Dicho esto John salió disparado hacia las cocinas.

Yo me senté en un sillón frente a mi hermana. Ella siguió pintando.

-Creo que te debo una explicación.- dije avergonzada.

-Sí, yo también lo creo.- dijo limpiando el pincel y sentándose junto a mí.

-Yo... -No sabía muy bien por dónde comenzar a narrar o qué contenido podía omitir.

-Comienza por el principio.- Dijo con la intención de animarme. Yo tomé aire y seguí su consejo.

-En realidad la situación es más sencilla de lo que parece. Me enamoré de un hombre prometido.- Aquellas primeras palabras golpearon fuerte a mi hermana.- Lo sé, fui una estúpida. En mi defensa diré que no sabía que lo estaba cuando me enamoré de él, y que una vez que lo supe intenté distanciarme... En la fiesta de compromiso de mis amigos la señorita Anna Lignt y el señor Miller él me dijo que había roto su compromiso y que me quería... Nos besamos y bueno, nos dejamos llevar demasiado.

-Comprendo.- Dijo Gloria al ver lo incómodo que me resultaba describir algo más.

- Al día siguiente lo escuche manteniendo una conversación, él decía que había cometido un gran error la noche pasada y que no deseaba romper su compromiso.-Una lágrima rebelde resbaló por mi mejilla al recordarlo. – Un mes después descubrí que estaba embarazada. No podía tener a mi hijo en Londres, pero aquí sí... pensé que podría criarlo y en unos años quizás se le ocurriría algo y podría volver a Londres... No quería deshonrar a nuestra familia ...

-Creeme, tus hermanos mayores ya nos hemos dedicado a ellos.- Dijo acariciándome la mejilla.- ¿Ese desgraciado no intentó por lo menos hablar contigo?- Preguntó indignada.

-Sí que lo hizo, pero qué más da... suficiente me había humillado y deshonrado ya. Gloria, no habría sido capaz de soportar que me lo dijera a la cara otra vez.

Estuvimos un rato en silencio.

-Madre mía sí que eres fértil tú.- Dijo de golpe.

-¿Qué?- Pregunté sorprendida por la conclusión a la que había llegado después de toda la historia.

-Bueno sólo estuvisteis juntos una noche...que fueron dos o tres veces. No se, o tienes muy mala suerte o eres más fértil que una coneja.- Comprendí que mi hermana estaba intentando quitarle hierro al asunto y le sonreí.

-Supongo que un poco de cada.

-No me dirás el nombre del "caballero" ¿verdad?

-No deseo seguir recordándolo... creo que lo mejor es no hablar de él. Estar aquí me ayuda a sanar, distraerme es la mejor medicina.- Dije sonriendo.

Ella pareció aceptarlo, pero conociéndola seguro que escribiría a Camille para que esta le informara de todo. Pobre Gloria, Cami era una tumba con respecto a lo que ella consideraba eran intimidades de los demás.

-¡Tía!- Alexandra y Susan entraron corriendo en el estudio.- Vienes a pasear con nosotras. Quedan sólo un par de semanas de buen tiempo y después estaremos todo el día encerrados en casa...- dijeron para convencerme.

-Eso es muy cierto.- Las apoyó su madre.

-Claro.- dije poniéndome en pie.- Les hago una carrera hasta la puerta.

Las niñas salieron disparadas.

-Tómatelo con calma.- Me dijo Gloria.

-Gloria...- Dije volviéndome antes de salir.

-Nadie más sabrá lo que aquí te sucedió si tú no lo deseas.

-Gracias.- respondí realmente agradecida. No deseaba que nadie más supiera que no sólo había sido deshonrada, sino que además había perdido a un hijo. Suponía que la señora Kate sería muy discreta y que mi hermana se lo habría contado a mi cuñado, aunque la verdad, Deimon no me había tratado diferente ni siquiera me miraba de otra forma, por lo que no estaba segura de sí estaba o no enterado. 

El escondite tras la mentira (5º libro SAGA VERDADES OCULTAS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora