XV

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-¡Zuza! ¡Zuuza!- Los gritos poco refinados de Anna me sacaron de mi lectura.- Aquí estás.- dijo llegando hasta mí.- Vamos, ha venido el señor Miller a vernos y necesitamos una jugadora más para ser pares.- No esperó a que yo respondiera, me tomó de la mano y tiró de mí.

-¿Si juego yo no seremos impares...? – Dije al percatarme de que seríamos tres participantes.

-Por fin estáis aquí – dijo Miller levantándose del sillón.-Preparada para ser derrotada Zuzanny...

Me encantaba la cercanía que se había establecido entre nosotros, a pesar de que yo siempre le llamaba por su apellido, nos tratábamos como si fuéramos hermanos.

-¿Desde cuándo me has visto perder jugando a algo?- Pregunté fingiendo un gran orgullo de mi misma.

-Hoy lo harás... - dijo Miller entrecerrando los ojos.

-Para que los equipos estén equilibrados lo mejor sería jugar chicas contra chicos ¿no?- Preguntó Anna.

-Estoy totalmente de acuerdo.- no me hizo falta girarme para saber que Javier había entrado en el salón.- Eso o jugar Anna y yo contra ustedes... de cualquier otra forma serían dos parejas demasiado desiguales.

-Comencemos.- dije de mala gana sentándome en el sillón.

La partida fue más dura de lo que esperaba, la verdad, Miller y Anna eran meros comodines, ninguno de los dos sabía muy bien cómo funcionaba el juego, por ello terminó siendo una competición entre Javier y yo.

-Creo que es hora de que me retire.- Dijo Miller cuando un criado nos avisó de que la cena estaría lista en 10 minutos.

-Puedes quedarte a cenar si lo deseas.- Ofreció Anna.

-Nada me complacería más, pero me comprometí en cenar en otro lugar.

-Oh...- Respondió ella.

Dejé de prestar atención a la conversación. Estábamos en la última partida e íbamos empatados, con aquellas últimas jugadas se decidía todo. Yo, y me cuesta reconocerlo, hice trampa contando las cartas. Era algo que hacía sin darme cuenta, y suponía una ventaja sustanciosa frente a mis oponentes. Mostré mis cartas segura de que había ganado.

-Un placer jugar con usted.- Le dije a Javier con un tono triunfal.

-Igualmente. -Respondió Javier al tiempo que mostraba sus cartas sobre la mesa.

-No siempre se puede ganar...- Lo pinche.

-Me alegra que lleves la derrota con tanta deportividad.- Ante aquellas palabras comprobé la mano de cartas de Javier y no pude evitar que mi boca se abriera, eso era imposible.

-¡Eso no es posible!- exclamé enfadada.- Has hecho trampas.

-¡Claro que no!- respondió divertido.

-¡Oh! Por supuestísimo que sí. Dos de tus cartas ya han salido antes.- dije sin percatarme de que me estaba delatando.

-¡Ja! Ahora quien es la tramposa. Sabía que estabas contando las cartas... así que decidí jugar a tu nivel.

No pude evitar gritar enfadada y salir del salón, mientras escuchaba la cantarina risa de Javier. La verdad, no tenía motivos para estar enfadada, él había hecho exactamente lo mismo que yo. No obstante, me sentía una tonta por no haber podido percatarme de ello. Había sido derrotada por un ser engreído y tramposo. Y lo peor de todo es que estaba segura de que me lo iba a recordar muchas veces.

........

A la mañana siguiente, mi rutina volvió a verse interrumpida por los mismos individuos. Después de un par de días nublados, aquella mañana había amanecido con un sol radiante y a Miller se le había ocurrido hacer una excursión espontánea. Sabía que él estaba poniendo todos los medios disponibles para pasar más tiempo junto a Anna, y yo no quería ser la causante de destrozar sus esperanzas.

El escondite tras la mentira (5º libro SAGA VERDADES OCULTAS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora