XVII

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Otra noche más nos encontrábamos en Hallmark disfrutando de un pomposo baile. Aquellas extravagantes demostraciones de modales, galantería y poder habían perdido gran parte de mi interés. Ahora las veladas eran momentos de diversión y amistad. Javier, Miller, Anna y yo disfrutábamos de las fiestas sin importarnos nada más. También compartía bailes con múltiples caballeros, pero ya no necesitaba sentirme alagada o deseada. Ahora me sentía llena, me sentía feliz. Eso, sí nada evitó que mi amistad con Lux continuaba creciendo.

-Está usted impresionante querida.- me saludó Lux besando mi mano galantemente.

-Qué alegría verlo por aquí... hacía mucho que no sabía nada de usted.- Dije alegrándome de corazón.

-¿Me concedería la siguiente pieza?

-Sería todo un honor.- Respondí con dramatismo

Los dos nos unimos al resto de parejas en la pista de baile.

-Veo que su situación con su sombra ha dado un giro interesante.- Como siempre, Lux hablaba sin pelos en la lengua.

-Sabía que no podrías controlar tu curiosidad.- Respondí divertida.

-Ten cuidado.- Pronunció aquellas palabras demasiado serio.

-No era usted el que me impulsaba a no perder mi oportunidad...- él no dijo nada, por lo que yo añadí.- No te preocupes, no es como si estuviera esperando una propuesta de matrimonio, únicamente volvemos a ser amigos.

-Me alegro de que seas feliz Zuzanny, no quiere que...- La conversación murió, el baile había llegado a su fin y estábamos rodeados de demasiados oídos indiscretos. Volvíamos junto a Anna y la señora Dominith. Michael parecía estar a punto de decir algo, de continuar nuestra conversación cuando nos vimos interrumpidos por Javier.

-Buenas noches.- Dijo seriamente.

-Espero volvamos a encontrarnos pronto y continuar con nuestra charla querida.- Dijo la última palabra con demasiado énfasis, lo que me hizo reir.- Si me disculpan.- Hizo una leve inclinación de cabeza y se fue la mar de contento ¿Quién podía entenderlo?

-¿Me concede el siguiente baile?- Me preguntó Javi sacándome de mi ensoñamiento.

-Creí que nunca me lo pediría.- respondí divertida.

-No es sencillo lograr alejarla de todos los moscones que la rodean señorita Sant.

-Odio los moscones, son de lo más molestos.

-Opino igual que usted.

-¿Y quién le ha dicho que usted señor Dominith no sea uno de ellos?- Pregunté alzando una ceja.

-No se atreva...- Dijo tendiéndome el brazo para conducirme a la pista de baile.

-Es de lo más entretenido reírme de ti en público.- Le susurré.

-Que cobarde... atacando cuando no puedo defenderme.

-¿Cobarde? No, para nada. Más bien soy una buena estratega. Uno lucha cuando sabe que puede ganar.

-¿Y yo puedo ganar?- Aquella pregunta me dejo un poco descolocada. Por el tono que había empleada sabía que en ella se escondía mucho más que un simple juego o apuesta.

-Usted sabrá... cada uno sabe las cartas que tiene en su mano.- Respondí intentando quitarle importancia a la conversación.

-Pero si no recuerdo mal, usted sabe las que tenemos todos ¿no es así?- Aquello me hizo sonreír, pero pronto se me borro la sonrisa cuando aprovechando una vuelta Javi me pegó más de lo debido a su pecho y volvió a preguntarme con una voz muy rasposa.-¿Puedo ganar?

No sabía que responder, para ser sincera, no tenía muy claro a qué se refería. Al responder podía dar pie a una errónea interpretación. Me quedé en silencio sin dejar de mirarle a los ojos en ningún momento y pareció que aquello le basto a él como respuesta. Quizás si me conociera mejor que yo misma...

El escondite tras la mentira (5º libro SAGA VERDADES OCULTAS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora