XIX

3.3K 492 13
                                    

-¿Interrumpo algo importante?-Alcé la vista del escritorio y me encontré con un sonriente Lux.

-¿Cómo has conseguido entrar sin que alguien te anuncie?- Pregunté sorprendida.

-Me insultas querida... ¿acaso dudas de mis encantos?- No pude evitar reírme ante ese comentario, al imaginármelo camelándose al mayordomo.- ¿Qué hacías?

-Acabo de terminar la última carta.- Dije lacrando el último sobre.- Hacia tanto que no escribía a mis hermanos que he necesitado de toda la mañana y parte de la tarde... soy horrible, ellos me escriben constantemente y yo que no tengo ni la mitad de sus obligaciones....

-Seguro comprenden que la temporada es... absorbente.- Dijo sentándose junto a mí.

-Supongo que usted vendrá a recoger su chaqueta.- Dije sonriendo.

-¿Mi chaqueta?

-Sí, la que me dejo el otro día tras caer al lago...¿No recibió mi carta?

-Si le soy sincero hace un par de días que no paso por mi residencia principal... - dijo haciéndose el interesado.

-Eres un desvergonzado libertino ¿Lo sabías?- Los dos reímos ante mi comentario.

Estuvimos charlando casi una hora de nimiedades, hasta que recordé cuál había sido el motivo por el que yo deseaba reunirme con él.

-Ya que no se ha dignado a leer la nota que le envié, le diré el asunto importante por el que le escribí. Necesito planear una venganza...

-¿Una venganza?- Preguntó muy interesado.

-Sí, Javier, el lago, yo chorreando agua... Esta usted muy distraído.- Dije burlándome de él.

-Pensé que querría mi compañía por el gusto de pasar tiempo conmigo.- Fingió ofenderse.

-Oh vamos no seas dramático.

-Antes de ponernos a planear nada, hay algo que llevo tiempo queriendo contarte, pero no sé muy bien cómo hacerlo.- Su semblante estaba realmente serio, y tras mirar a la puerta para comprobar que no había nadie se inclinó hacia mí y susurro.- Zuzanny, se rumorea que tu querido Javier... bueno que está prometido. – Dijo de golpe. Yo me quede estática.- No sé si será cierto, quizás la gente inventa cosas... igual las damas han supuesto que como pasáis mucho tiempo juntos estáis prometidos en secreto, no lo sé. Creí que debías saberlo.

-Gracias.- Me quedé en silencio meditando sus palabras.- ¿Dónde lo has oído?

-El otro día en una partida, un caballero dijo que el señor Dominith había comprado una propiedad para su amada, pero es bien sabido que no tienen ninguna amante. Otros hombres corroboraron haber escuchado que estaba prometido.

-Yo no sé qué decir... Los rumores...

-Zuzanny tú vives bajo el mismo techo que los Dominith... supongo que eso no es algo que se les habría olvidado mencionar. Sólo quería que lo supieras por mí.

Después de aquello intentamos mantener una conversación normal, pero a pesar de los esfuerzos de Lux por hacerme reír, en mi cabeza se había implantado la duda. ¿Serían sólo rumores? ¿La gente pensaría que Javi y yo estábamos prometidos? ¿Habría otra dama en su vida?

Habían pasado un par de días desde la visita de Lux. Tras haber pasado mucho tiempo dándole vueltas a los rumores que él me había contado sobre Javier, decidí olvidarme de aquello o por lo menos intentarlo. Javier no salía mucho de casa si no era para ir a hacer algún negocio, pasaba todas las veladas y reuniones con Anna, Miller y conmigo... No podía existir otra mujer ¿Verad?

....................

-¿Padre crees que le gustará la casa?- la voz de Javier hizo que mi concentración en el libro que tenía delante desapareciera.

-Javier, tu prometida estará encantada con la casa...No obstante, yo estaría más preocupado por otras cosas- Respondió el señor Dominith. ¿¡Qué demonios!? Pensé

-Lo se padre... sé que la propiedad es una nimiedad, pero con todos los problemas que van a surgir prefiero tener algo solucionado.

Los pasos de ambos hombres se alejaron del lugar en el que yo me encontraba. ¡Javier estaba prometido! Sentí un fuerte dolor en el corazón y sin poder evitarlo me llevé una mano al pecho. ¿Por qué me dolía tanto? ¿Acaso no había superado yo todo aquello? Sabía de sobra que no. Cuando a los 15 años me sentí humillada por él transformé toda nuestra ternura y nuestro amor en rabia, no hacía más que unos meses que habíamos vuelto a restaurar nuestra amistad y complicidad, y ahora sólo me podía sentir dolida y traicionada.

Desde los 15 años odiar a Javier había sido la única forma que había encontrado para lograr sobrellevar la pérdida de mi otra mitad. Porque para mí eso había significado Javier hasta que desapareció de mi vida, él era mi amigo, mi confidente, mi apoyo y mi aliado... y ahora iba a unirse a otra mujer. Había estado jugando conmigo todos esos días, prometiendo que quería arreglar las cosas. O quizás yo había sido una ilusa. Apreté los puños con fuerza y endurecí de nuevo mi corazón. No podía seguir así, tenía que olvidarme de él de verdad, debía dejar de lado cualquier sentimiento por Javier Dominith de una vez por todas.

-No puedo creérmelo...- dijo Anna. A pesar de todo, no pude evitar comentarle a Anna que había escuchado a su tío y a su primo decir que Javier estaba prometido.- Estoy segura de que mi tía no tiene ni idea... siempre habla sobre la soltería de Javier...

-Bueno.- dije intentando sonar indiferente.- Lux ya me había comentado algo. – Necesitaba que Anna indagara sobre aquello, quería saber a ciencia cierta si aquello era verdad.

Ambas entramos en el comedor y supe que esa cena no iba a ser muy agradable para mí. Comenzamos a comer de lo más tranquilamente, sentí como Javier buscaba mi mirada en un par de ocasiones, pero lo ignoré por completo. Pronto el tema de conversación comenzó a llevarnos a terreno peligroso y de repente Anna soltó la bomba sin más.

-¿Cuándo nos vas a presentar a tu prometida? -Preguntó Anna directamente a Javier. Aquello me sorprendió mucho, Anna no era así.

-Yo...- Javier miró a sus padres incrédulo y aquello me hizo comprender que ambos estaban al corriente del enlace.

-Todavía no se ha hecho el anuncio públicamente.- Dijo el señor Dominith

- ¡Entonces es cierto! – Exclamó Anna- oh ¡Qué alegría! ¿Cómo es? ¿Quién es? ¿La conozco? ¿Cómo habéis podido guardaros el secreto?

-No puedo decirte su nombre... - Dijo misterioso y algo nervioso.

Yo no levante mi vista de la comida, continúe cenando sin apetito alguno mientras Anna hablaba entretenidamente con su primo.

-...ella.- continuó describiendo Javier.- Es fantástica, es muy inteligente, es graciosa, no es remilgada, pero es fina, tiene un carácter fuerte y me hace feliz.

-¿La amas?- yo levanté la vista ante aquella pregunta de Anna y me topé de lleno con los ojos de Javier.

-Sí- respondió sin pestañear.

-Si me disculpan...- dije poniéndome en pie y no pudiendo soportarlo más- No me encuentro bien. Javier enhorabuena. – Dije antes de salir del comedor.

El escondite tras la mentira (5º libro SAGA VERDADES OCULTAS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora