Amor Entre Shinobis (CANCELADA)

De vuelta a casa

Después de la batalla, la hija de Tazuna se encargó de curar las heridas del equipo con la ayuda de Inari. Después de cenar, Naruto salió fuera y se quedó sentado, mirando a la nada. No podía dejar de pensar en Sasuke, de repente todo lo que habían vivido le daba vueltas en la cabeza, y en el corazón. Como si la vida se riera de él, Sasuke salió para hablar con él y se sentó a su lado.

- Sasuke, ¿qué haces aquí? Deberías estar descansando.

- Estoy bien. ¿Y tú, como estas?

- Estoy bien. Solo... Necesitaba pensar.

Sasuke poso su vista en Naruto, que miraba el agua y tenía sus manos apoyadas en el suelo. Sasuke puso su mano sobre la de Naruto, provocando que este se sonrojara de inmediato y no tuviera el valor de mirarlo.

- Hace una noche muy bonita – comento Sasuke, intentando relajar un poco el ambiente.

Naruto sonrió y miro a Sasuke - Sí... - contesto y Sasuke lo miro.

En cuanto Sasuke lo miro, Naruto aparto la mirada algo avergonzado, lo cual hizo sonreír aún más al pelinegro.

Estuvieron un rato en la misma postura, mirando a la nada, simplemente disfrutando de la compañía del otro. Hasta que Sasuke decidió irse, la verdad es que sí estaba muy cansado.

- Creo que me iré a dormir ya... ¿Vienes?

- Iré en un rato – contesto el rubio con una gran sonrisa.

Sasuke puso una mano en la mejilla de Naruto y le dio un rápido beso en los labios, antes de irse.

- Hasta mañana.

Naruto se quedó paralizado y completamente rojo, mientras Sasuke se marchaba, muerto de risa. Naruto no iba a admitirlo, pero estaba feliz. No sabía ni porque, pero si por quien.

Cuando terminaron de construir el puente, el equipo 7 volvió a casa. Todos se sentían felices y orgullosos de su trabajo.

- En cuanto regresemos voy a pedirle a Iruka-sensei que me haga un montón de ramen para celebrar que completamos la misión – dijo Naruto entusiasmado.

Al escuchar el nombre de Iruka, Kakashi se sonrojo ligeramente, algo que gracias a la máscara no se notaba. No podía esperar para ver de nuevo al joven sensei, de hecho, ya tenía casi terminado su informe, para poder tener una excusa para verlo. Se sentía un poco idiota por eso, pero nada le hacía sentir más vivo que Iruka.

- Kakashi-sensei, ¿se encuentra bien? - pregunto Sasuke al verlo tan distraído.

- ¿Eh? Oh, sí. Solo estaba pensando en algo que tengo que hacer en cuanto lleguemos a casa.

Sasuke no era tonto, era un chico muy observado, al igual que Kakashi. Y así como Kakashi había notado las miradas que Sasuke le echaba a Naruto, el pelinegro había notado las miradas coquetas de sus profesores. Pero tampoco era algo que le importara.

Se retrasaron un poco así que llegaron a la aldea por la noche, Kakashi les invito a cenar, pero les dijo que le esperaran en Ichiraku mientras entregaba su informe. Kakashi fue a la oficina, con la esperanza de encontrar allí a Iruka y efectivamente, era el único que quedaba allí.

- Kakashi-san – dijo Iruka muy feliz al verlo.

- Hola Iruka-sensei. Volvimos.

- Ya veo. ¿Y cómo os fue?

- Uff... Hay mucho que contar de ese viaje, pero muy bien.

- Me alegro. ¿Y Naruto?

- Los chicos están en Ichiraku, vamos a cenar todos juntos para celebrar el éxito de la misión. ¿Nos acompañas?

Iruka se sonrojo por la invitación del mayor y este sonrió por debajo de su máscara.

- Claro.

- Genial.

Pasaron la noche en Ichiraku con todo el equipo, hablando de la misión. Naruto presumía de lo bien que había peleado y del buen equipo que hacía con Sasuke, lo cual hizo sonreír al pelinegro. Al terminar todos volvieron a casa y Kakashi acompaño a Iruka a la suya, para poder estar un poco más con él.

- Tengo que felicitarte, Kakashi. Has hecho un gran trabajo con ellos. Te felicito.

- El mérito no es solo mío. Tú los instruiste muy bien.

- Pero tú los has convertido en un equipo.

- Pues empate.

Iruka rio y se detuvieron frente a su apartamento. Ahora no sabían ni como despedirse.

- Bueno, eh... Gracias por invitarme a cenar y por acompañarme a casa – dijo Iruka algo tímido.

- No me las des... Tenía ganas de verte.

Iruka se sonrojo todavía más y quiso salir corriendo en ese momento.

- Yo... Bueno... Eh... ¡Adiós!

Iruka se marchó a toda prisa, algo avergonzado y Kakashi se echó a reír. No sabía con exactitud si Iruka sentía algo por él, ya que lo de sonrojarse era algo habitual en el sensei. Pero tenía la esperanza de que fuera así, aunque no estaba convencido de que él fuera lo mejor para Iruka.