2. Me importas

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- ¿De qué vas? ¿Cómo la puedes tratar así?-dice enfadada-.

- Ella no es nadie Natalia, a nadie le importa.

- Claro que es alguien joder, es una persona maravillosa que no se merece que la trates así.

- Espera, ¿te gusta mi hermana? ¿esa cosa que no merece nada? Pero cómo te puede gustar si tienes a Alicia que es tremenda, seguro que tienes fiebre o algo-se acerca para tocarle la frente-.

- No me toques, ahora sé la persona que eres realmente, una lástima que seas así Marina, me voy con tu hermana, no quiero que haga ninguna locura.

- Natalia no merece la pena, es mejor que no esté en este mundo, ¿no lo ves? Abre los ojos, aquí la mala es ella, no yo, por eso nadie está a su lado.

- ¿De verdad eres capaz de decir esto y estar tan entera? Ahora mismo me das mucho asco, ojalá la gente se entere de cómo eres en realidad, no mereces nada, ni tener a Alba como hermana.

Sin esperar respuesta subo corriendo a la azotea esperando que no esté allí intentando hacer una locura y si la está haciendo espero llegar a tiempo, una persona como ella no puede irse de este mundo, no me lo perdonaría en la vida.

Llego a la azotea y no me puedo creer lo que estoy viendo, nada más salir del shock grito lo máximo que puedo, para que no sea tarde y me escuche.




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Estoy a punto de tirarme cuando escucho que me gritan, me giro con cuidado para saber quién es.

No me lo puedo creer, es Natalia. ¿Qué hace aquí?

- Natalia vete por favor.

- Ni de coña, no quiero que hagas ninguna locura-dice lo más calmada que puede-.

No entiendo que hace aquí, si realmente casi no sabe ni quién soy, seguro que ha venido porque se siente mal después de escuchar lo que su querida amiga doña perfecta me ha dicho, seguro que es eso, le he dado pena y ya está. Lo mejor es que se vaya, ella no pinta nada aquí y yo en este mundo tampoco.

- Esta locura es lo mejor para todos, ¿no lo ves? A nadie le importo, es mejor que me aparte del camino, total, ¿qué más da? Si a todo el mundo le va a dar igual, es mejor que te vayas y hagas como que no has visto, es lo mejor para todos-dice llorando a mares-.

- Alba no llores por favor, escúchame, voy a ir poco a poco acercándome, no te muevas ni hagas ninguna locura, sólo mírame a mí, mira a mis ojos y céntrate en ellos, ¿vale?

- Natalia...

- Dime que vas a hacer lo que te he dicho por favor...

- Vale...

- En nada estoy contigo, te lo prometo-dice intentado tranquilizarla-.

- Pero...-Natalia le corta-.

- No me digas nada hasta que llegue a ti por favor.




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Venga Natalia, un par de pasos más y estás con ella, tú puedes.

Yo estoy haciendo lo mismo que le he pedido a Alba hace unos minutos, que me esté mirando todo el rato a los ojos y gracias a ello me he dado cuenta que tiene unos ojos preciosos y que te capturan y no puedes quitar la mirada de ellos, que maravilla, aunque ahora están bastante apagados, no me quiero imaginar lo que tienen que ser brillantes, una fantasía, ojalá tenga la suerte de verlos así, la verdad.

Nada más llegar a su lado deja de mirarme y yo ya echo de menos sus ojos.

- ¿Por qué dejas de mirarme?

- Porque ya estás aquí, además ya te puedes ir, no hace falta que estés aquí para ser la heroína y luego ser la reina en la uni.

- No estoy aquí por la popularidad ni nada Alba.

- ¿Y entonces?-pregunta sin entender nada-.

- Bajamos de aquí y te lo cuento, ¿te parece bien? Es que tengo miedo a las alturas y la verdad es que ahora bien lo que se dice bien no lo estoy pasando.

Lo de las alturas es mentira, pero no sé cómo conseguir que se baje de allí para que esté a salvo por fin.

- Vale, pero más te vale que merezca la pena.

- Confía en mí Alba.

- No confío en nadie y menos si eres amiga de mi hermana, lo siento pero no puedo, hoy por fin has podido ver cómo es ella realmente, es muy diferente a lo que supuestamente parece en la universidad o en cualquier otro sitio que no sea en casa.

- Lo sé y no sabes lo que me jode que sea así contigo la verdad. Alba, yo no soy como tu hermana, bueno ni como tu hermana ni ninguna de sus amigas...

- Eres diferente, lo sé, está bien, confiaré en tí, ¿nos sentamos en el suelo?

- Perfecto-dice sonriendo-.

- Bueno ahora que estamos fuera del peligro y de las alturas, me puedes ir contando que haces aquí, la verdad, gracias.

- Como bien sabes soy diferente, no soy como los demás, igual que tú.

- Natalia, no me vengas con esas, tú eres como todo el mundo, tienes un montón de amigos, tienes una novia, tienes todo lo que deseas tener e incluso más, yo no tengo nada ni tampoco a nadie-dice llorando-.

- Eso no es verdad Alba.

- Claro que sí, no le importo a nadie, ¿no te das cuenta? No deberías de estar aquí, vete, será lo mejor...

- Alba...

- Es mejor que siga sola, como siempre, total ya estoy acostumbrada, que más da una vez más.

- A mí no me da igual.

- ¿Por qué?-le pregunta sorprendida-.

- PORQUE ME IMPORTAS ALBA, POR ESO ESTOY AQUÍ JODER.

Corazón vacíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora