Corazón vacío

5. Todo irá bien

- ¿Se puede?-dice abriendo la puerta y asomando la cabeza-.

- Claro Natalia, es tu casa.

- Ya, pero estás haciendo deberes y no quiero molestar.

- No molestas Natalia, por cierto, ¿has hablado ya con tu amiga?

- Si, acabo de hablar ahora mismo con María y me ha dicho que genial, además estaban buscando gente porque no dan abasto. Me ha dicho que podemos ir a las siete al bar y así conoces también a su padre, ¿te viene bien?

- Claro, yo me voy ya, así termino todo cuanto antes, ¿quedamos allí o cómo hacemos?

- Alba.

- Dime.

- Sabes que te puedes quedar, ¿no?

- No quiero molestar más, suficiente estás haciendo por mí.

- Que te puedes quedar y hacemos los deberes aquí las dos, como estábamos haciendo hace un rato, antes de que me llamara María.

- ¿No te parece que estoy abusando demasiado de ti?-pregunta con miedo-.

- Claro que no, si yo quiero que te quedes.

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- Venga vamos ya que al final llegaremos tarde, que allí está difícil para aparcar, menos mal que vamos en moto y suele ser más fácil. Por cierto, ya no tendrás miedo en ir en moto ¿no?

- La verdad es que ya no, pero no me montaría con cualquiera eh, todavía me da un poco de respeto la verdad.

- Entonces me tengo que sentir afortunada.

- Deberías la verdad-dice riéndose-.

Quince minutos después consiguen aparcar.

- Pues tenías razón, casi diez minutos para poder aparcar, que suplicio, menos mal que yo voy a casi todos los sitios en metro y no tengo que pensar en buscar sitio, porque me muero.

- Ya bueno, es lo que tiene que el bar este en el centro, que es muy complicado buscar sitio, pero merece la pena por toda la gente que va, sobre todo los fines de semana, es una pasada, si al final trabajas te sorprenderá la gente que viene.

- Pues que bien la verdad, me alegro por ellos.

- Por cierto, ¿te has pensado ya lo de cantar en el bar?

- Pues no sé qué hacer la verdad, es que no tengo experiencia y además tampoco sabes si canto bien.

- Seguro que sí, yo confío en ti, además a una mala nos puedes cantar ahora, para que vean de lo que eres capaz.

- No, no, que vergüenza madre mía y además sin prepararme, ¿estás loca? ¿quieres que me dé un chungo y me muera o qué?

- Alba, no creo que sea para tanto, por cierto, ya hemos llegado, ¿entramos ya?

- Uff que remedio, cuanto antes comencemos con esto antes me podré ir y antes se pasarán estos nervios que tengo ahora, creo que nunca he estado tan nerviosa como ahora la verdad y todo es por tu culpa-dice señalando con el dedo hacia ella-.

- Encima que te intento ayudar, tendrás valor, ya no te ayudo más-dice haciéndose la enfadada-.

- Que era broma Nat, no te enfades jo-dice poniendo un puchero-.

- ¿Cómo me has llamado?-dice sorprendida-.

- Perdón, siento si te ha molestado, no era mi intención-dice agachando la cabeza-.