30. Un milagro

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Natalia me acaba de dejar en casa y ya la echo de menos, ¿qué hago con esto? menos mal que dentro de unas horas la veo de nuevo.

Qué pena que la Mari ha tenido que ir a trabajar y no va a poder cenar con nosotros, la verdad es que tenía ganas de estar con todos, pero bueno, otro día será, con los días que hay en todo el año, seguro que algún día podemos coincidir todos.

Hoy he sido bastante rápida y estoy lista antes de tiempo, muy raro en mi pero bueno, hoy ha sucedido ese milagro, así no tengo que oír a Joan quejarse porque ha tenido que esperarme.

Joan💛

Ya estoy abajo

No tardes mucho porfi

Cuando leo sus mensajes salgo pitando de casa, quiero que vea con sus propios ojos el milagro de hoy, creo que ese milagro tiene nombre y apellido.

Nada más abrir la puerta Joan se sorprende de verme tan pronto.

- Pero bueno Reche, menudo milagro es este, la primera vez que no te tengo que esperar y eres puntual.

- Es que hoy me ha sobrado el tiempo y todo, estoy tan sorprendida como tú la verdad.

- Pues normal Alba, siempre vas justa de tiempo.

- Y a mi favor tengo que decir que hoy iba súper justa de tiempo, pensaba que no me daba tiempo, pero se nos ha ido la hora y bueno eso-dice con vergüenza-.

- ¿Cómo? ¿Qué casi no te da tiempo porque estabas con alguien?-pregunta sorprendido-.

- Si...-dice con vergüenza-.

- ¿Y conozco a esa persona?

- Claro que la conoces Joan, es la misma de siempre, la misma que no sale de mi cabeza y la misma persona que veré dentro de nada y que me muero de vergüenza de ver-dice tímida-.

- Ay Alba me encanta cuando hablas así de ella, se nota muchísimo que la quieres-dice sonriendo-.

¡Joan! No me digas esas cosas que me dan mucha vergüenza-dice poniendo un puchero-.

- Es que te pones monísima, no puedo evitarlo. Por cierto, no sé a qué esperas a contarme que estabas haciendo con Natalia para que casi no te diera tiempo a prepararte-dice con cara pícara-.

- Pues no estábamos haciendo nada de lo que estás pensando-dice riendo-. Estábamos viendo una serie de crímenes, a la cual me he enganchado, estaban los capítulos tan interesantes que cuando nos hemos dado cuenta eran casi las ocho y bueno, menos mal que me ha traído en moto, porque llego a venir en metro y no me da tiempo ni loca.

- ¿Y cómo es que estabas con ella? Porque no creo que hayáis quedado sólo para ver una serie, digo yo vaya.

- Hemos quedado porque si recuerdas el día de la fiesta me prometió que me iba a cantar cinco canciones suyas y bueno, hoy me ha cantado una y un trocito de otra-dice contenta-.

- ¿Y te han gustado?

- Muchísimo, no sabes el talento que tiene la jodida, además creo que esas canciones hablan de mí, pero no sé, me da cosa preguntarle, ¿sabes? creo que me quedaré con la duda, además no creo que se atreva a decirme que esas canciones hablan de mí, no sé.

- Esta noche le puedes preguntar, seguro que con un par de copas te lo suelta y así te quitas la duda de la cabeza y estás más tranquila.

- Pero yo estaré trabajando Joan, no voy a poder.

- ¿Te crees que la morena no irá a la barra de vez en cuando para pedirte algo? ya te digo yo desde ahora que sí que irá, pues cuando veas que va un poquito contentilla le preguntas.

Corazón vacíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora