La Suposición Del Plan; Una Cita Doble

2.6K 320 51
                                    

Hinata esperó junto al ninja médico, sentada en el sillón de cuero color café, colocado en frente del escritorio del chico. Detrás de ella el enorme ventanal servía como filtro de la luz solar, pues pasaba sólo lo necesario para iluminar el pasillo.

Los resultados arrojaron que la sangre de Sasuke y las células de Hashirama tenían una compatibilidad buena. Tsunade ordenó su inmediato trasplante y Sasuke se adentro por segunda vez en el día al laboratorio del hospital.

En la entrada principal, Naruto apareció con su distinguido portazo, haciendo que el ninja médico de la recepción diese un brinco y aventara los papeles.

—¿Dónde está Sasuke? —fue lo primero que preguntó.

—¡Joven Naruto! ¡Más respeto, por favor! Esta en una institución...

—Sí, sí —interrumpió—. ¿Dónde está Sasuke? ¿Quién lo atiende? ¿Qué le ha sucedido? ¿Está enfermo? ¿Tiene una enfermedad terminal? ¿Va a morir?

—¡P-Por fa-favor!

—Sasuke esta bien, Naruto —respondió Sakura.

Al momento de escuchar el ruido, Sakura salió de la habitación del décimo paciente que revisaba, sólo para encontrarse con un Naruto histérico.

—Yamamoto me dijo que Sasuke vino muy temprano aquí al hospital.

—Sí, vino a ver a Lady Tsunade.

—¿A la anciana?

—No la llames así —respondió antes de que lo hiciera el ninja médico—. Te llevaré a donde esta, vamos.

El ninja médico terminó de recoger los papeles que se habían esparcido por todo el vestíbulo. Sólo una de ellas logró escapar debajo de la puerta. Sakura guió a Naruto por todo el pasillo hasta la salida que daba a las jardineras, pero el chico se detuvo en el ventanal donde Sakura había visto a Hinata y Sasuke juntos.

—¿Qué hay allá?

—Es el laboratorio.

—¿Ahí está Sasuke?

Sakura asintió y siguió caminando. Naruto infló sus cachetes, de pronto confundido por la actitud algo distante de la chica. Empezó a dar sus pasos cuando Sakura se detuvo.

—Duh, ¿pasa algo, Sakura?

La chica no volteó, pero negó con la cabeza. Salió por la puerta y Naruto acomodó sus brazos sobre su cadera, seguro de que Sakura quería decirle algo. Se quedó ahí, esperando a que Sakura apareciera por la puerta para gritarle que se diera prisa. Y Sakura se detuvo, esperando a que el chico la alcanzara.

Ocurrió lo segundo. Naruto caminó detrás de ella con los brazos detrás de su nuca y sus ojos a medio cerrar. Cruzaron las jardineras y Naruto se fijó en el reflejo del ventanal de la planta baja.

—Da una increíble vista.

—Sí, lo da.

Giraron a la derecha y entraron por la puerta. A la derecha se encontraban las escaleras.

—¿Está en el primer piso?

—No —no quiso decirle en qué piso exactamente o escucharía sus quejas hasta arriba.

Naruto pareció perder la paciencia en cada escalón, o aumentar su molestia. Sólo esperaba que en el piso tres, su comportamiento no explotara. Lo sentía venir, como una explosión volcánica. En esos momentos echaba fumarolas por los oídos, mientras sus brazos cruzados y su puchero le hacían ver como un niño berrinchudo.

—¿Qué diablos te sucede, Sakura?

Un poco de tensión se liberó en ese momento de su cuerpo.

Ojos sin pupila Donde viven las historias. Descúbrelo ahora