Dudas

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Mientras hinata pasaba un trapo mojado de agua caliente por sus brazos amoratados, Hanabi permanecía sentada, un poco lejos de su hermana mientras la veía. Hinata sentía su mirada, un poco dubitativa, un poco perspicaz y divertida. Los ojos de su hermana, a menudo, eran una mezcla difícil de interpretar.

-¿Tu me crees?

Hanabi dio un ligero respingo en su lugar. Miró hacia otro lado por un momento, sintiéndose culpable.

-Es difícil. No lo puedo creer.

Era lo que muchos dirían.

-Sé que nunca harías daño a alguien.

Hinata dejó el trapo y tomó un botecito de pomada de hierbas. Se lo untó con delicadeza.

-¡Pero no puedo creer que estuvieras con Sasuke Uchiha! ¿Cómo pasó eso? Se supone que ibas a ver a Naruto...

-Sí, bueno...

Hinata se removió incomoda, el botecito de pomada se pandeó sobre su cómoda cama.

-¡¿Sí, bueno...?! ¿Es todo lo qué dirás? Vamos, hermana, puedes confiar en mí.

Y lo hacia. Sin embargo, la actitud de Hanabi la avergonzaba.

-Yo quería...

¿Qué querías?, pensó Hanabi. Su pequeño cuerpo se encontraba apoyado por sus brazos. Inclinada hacia Hinata, Hanabi esperaba con ancias las siguientes palabras.

Hinata levantó los hombros.

-Sólo quería agradecerle.

Hanabi regresó su cuerpo a la posición que había mantenido desde que entró en la habitación de su hermana.

-¿Agradecerle qué?

Hinata tomó una venda y trató de ponerla sobre su brazo, Hanabi se acercó a ella para ayudarla. Su blanca piel tenía varias manchas moradas que hicieron que Hanabi se detuviera un momento.

-¿Quién te hizo esto?

Su chamarra reposaba en algún rincón de su habitación, llena de suciedad y de recuerdos. En la silenciosa habitación, Hanabi rogó que Hinata le respondiera.

¿Había sido Sasuke?

¿Qué le hizo ese joven a su hermana?

-Fui a ver a Naruto, pero Sakura estaba con él. En lo que ella salía yo visité a Sasuke. Quería agradecerle, Hanabi, que me había salvado. Y que había salvado a Naruto.

Hanabi enrrolló la venda. El delgado brazos de su hermana quedó cubierto.

-Platicamos un poco. Después llegaron dos ANBU y se lo llevaron. Pude seguirlos con el Byakugan hasta la prisión subterránea que ayude a construir.

Hinata se detuvo. Hanabi acarició la cabeza de Hinata.

-Supongo que...

Suponía que en esa sala, a la que fue enviado Sasuke, sirvió para no molestar a los ANBU en lo que sea que ellos tuvieran la orden de hacer.

-Me acusaron de estar aliada con Sasuke. Lo torturaron... Enfrente de mí.

-¿Se lo dijiste a papá?

Hinata negó.

-Sólo unas cosas. Papá cree que estoy aliada con Sasuke. No me permiten verlo.

-Papá puso a Kō como tu guardaespaldas. También creo que Sasuke te metió en problemas. No debes estar cerca de él.

Hanabi dejó la comodidad de la cama. Entre la espaciosa habitación, Hanabi echó un vistazo alrededor. La ventana de su hermana se encontraba con las cortinas impidiendo la entrada de luz, su pequeño armario, la puerta que daba a su baño privado. Algo tampoco la convencía sobre aquello, sólo sabía que ella también cuidaría de su hermana.

Ojos sin pupila Donde viven las historias. Descúbrelo ahora