Los Ancianos Del Consejo

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Dejó la hoja sobre el escritorio y tomó la siguiente. El tratado de alianza que empezó la aldea escondida entre la Nube contenía varias cláusulas y acuerdos. Kakashi tenía el conocimiento que tres de las cinco aldeas principales habían estado de acuerdo con cada uno de los puntos y al final se encontraban sus respectivas firmas. Sólo faltaba la aldea oculta entre las Hojas y la aldea escondida entre la Arena. Después de terminar de leer el noveno renglón, Kakashi se preguntó cuánto tiempo le llevó al Raikage redactar cada uno de los puntos y cuánto tiempo tardó la Mizukage y el Tsuchikage en leer y aceptar cada acuerdo.

El tratado de alianza llegó a las nueve en punto. Era las doce de la tarde con diesiciete minutos y el Hokage luchaba por terminar de leerlo. A media tarde del día anterior, el Raikage dio aviso por medio de un águila sobre el tratado que ya se encontraba terminado. Kakashi pensó que sería algún documento de tres o cuatro hojas. Lo suficiente para leerlo con detenimiento y aprobarlo mediante la firma, pero no era así. El tratado constaba de diecinueve páginas.

Habría sido más fácil enviar a cada aldea una copia del tratado. Kakashi se preguntó si se les daría una copia, puesto que era un documento que unía más a las cinco aldeas.

Tres minutos después, mientras Kakashi se estiraba en su silla, un halcón se posicionó frente a su ventana. El nuevo Hokage tardó en dar cuenta del ave. El halcón picoteó la madera de la ventana para llamar la atención del Hokage. Kakashi se levantó y tomó el pequeño pergamino atado a la pata del animal. Un pequeño mensaje de la aldea de la Arena. Se habían encargado de algunos rebeldes en el límite del país del Fuego y el país del Aire. Sabaku No Gaara le avisaba que la batalla se había llevado a cabo en los terrenos del país del Fuego y le avisaba de aquello por si algún extraño lo ponía al tanto con información falsa.

En los límites colindantes con el país de la niebla y el país de la Nube, se desató una pequeña batalla. El mensaje anónimo llegó a manos del Raikage donde acusaba a los shinobis de la aldea escondida entre la niebla de comenzar un ataque a la aldea escondida entre las nubes. El objetivo era hacerse con los territorios del país de la Nube. El Raikage explotó de ira y mandó a un puñado de shinobis a combatir en los límites.

La Mizukage también recibió un anónimo e indignada salió hacia el país de la Nube para tener una plática con el Raikage. El problema no llegó a mayores. Los dos kages mostraron los respectivos mensajes y de ahí salió la idea de redactar el tratado de alianza. El primer punto era que entre aldeas se informaran de las batallas que se llevaban a cabo en los límites entre países como dentro para evitar malos entendidos y no empezar con rivalidades. La gran cuarta guerra ninja los unió. Los rebeldes fueron encerrados y recabado información personal para tener un registro.

El tratado recuperaba mucho de la buena filosofía. La relación de Killer Bee con Naruto le inspiró al Raikage para tener buenas relaciones con los demás, aunque de vez en cuando su personalidad explosiva relucia.

Kakashi archivó el pequeño pergamino en una caja. Shikamaru le advirtió que aquello sería necesario si en un futuro se tenían que aclarar situaciones.

O por cualquier cosa.

A Kakashi no se le ocurrió que cosa sería esa cualquier cosa, pero confiaba en el Nara. Después de todo, el chico aprendió de Asuma Sarutobi.

—Necesitaremos archivar también el tratado de alianza. Cuando tengamos la copia...

La gran habitación se encontraba medio vacía. Tres cajas arrinconadas y un escritorio circular en medio. Kakashi se asomó un rato por la ventana para observar el arduo trabajo de los aldeanos. Un segundo halcón lo alcanzó. Kakashi tomó el pergamino de la pata y leyó. Gaara le ofrecía un grupo de ninjas para que ayudaran en la restauración de la aldea.

Ojos sin pupila Donde viven las historias. Descúbrelo ahora