Ojos sin pupila

¿Sasuke Enamorado?; Luchas Internas

Tenía razón. El tipo raro tenía razón. ¿O había jugado con su mente?

Maldita sea, ¿qué le sucedía? Pero tenía que admitir que tenía razón.

Era preciosa. Cada vez que la veía no podía evitar sentir cosquilleo por todos lados. Y una maldita ansiedad.

Maldito Sai. Si pudiera usar aunque sea el Sharingan, el ninja raro le pediría clemencia, perdón de rodillas.

Joder.

El agua caliente caía sobre su rostro, Sasuke cerró con fuerza los ojos mientras sentía el golpeteo de las gotas calientes. De repente los abrió y agachó su cabeza.

Es preciosa. Por supuesto que sí, la heredera del clan Hyuga era más que preciosa, exótica, difícil de encontrar, diferente a las demás, con una actitud que comenzaba a volverlo loco.

Demonios. Estaba a punto de perder la cordura, pero se aferró a ella. Tenía que ser más listo que Sai.

Ya sé, se dijo, Naruto me podrá ayudar. Analizó la charla con Sai. ¿Qué le dijo? ¡Ah, sí! Su supuesto enamoramiento. Malditos aldeanos, ¿cómo podían creer aquello? Una mera coincidencia en esa carpa, nada más, y todos ya se habían creado una historia tan tonta.

Y luego le dijo preciosa.

La clave de todo ese embrollo que tenía en el cerebro. Le dijo que ella era preciosa y entonces él comenzó a verla así.

Preciosa. Con esos enormes ojos que, según Sai, eran las puertas a su alma.

Y que alma debía estar ahí. Debía ser una pura.

Que enfermo. Se sintió asqueado. ¡¿QUÉ DIABLOS ESTABA PENSANDO?!

-Maldita sea -masculló-. Joder, joder, joder.

Terminó de bañarse, se enrolló la toalla en la cintura, golpeó la puerta del baño, dio varias zancadas hacia Naruto y lo zarandeó.

-Aggh-¡Sasuke! -gritó Naruto con molestia-. ¿Qué quieres? ¿No ves que estoy durmiendo? ¡Déjame en paz!

Su almohada quedó encima de su rostro. Sasuke se la quitó.

-Háblame de Sakura -ordenó.

-¿Qué? ¿Estás bien? -Naruto dejó su posición para ver a Sasuke-. Hombre tienes una cara de...

Sasuke frunció el seño. Naruto evitó sus ojos negros, se rascó su nuca, pellizcó el colchón de su cama. No entendía la actitud de su amigo.

-Sakura es...

Di que es preciosa, pensó.

Naruto alzó los hombros sin saber que decir. Los ojos de Sasuke rodaron hacia su izquierda.

-¿Qué es lo que te gusta de ella?

Porque era obvio, demasiado. Al menos para él.

-¡Pu-Pues es bonita!

-¿Es todo? -preguntó con la esperanza de que le dijera algo más.

-Pu-Pues sí. ¿Por qué me preguntas eso?

Sasuke negó con la cabeza, tomó su ropa y regresó al baño.

-¿PERO QUE DIABLOS? -gritó Naruto.

Sasuke se vistió mientras se decía así mismo que Sakura era preciosa. Ese día vería que efectos provocó las palabras de Naruto.

En el hospital, Sakura lo esperaba en la entrada con puntualidad. Sasuke la saludó y la observó con detenimiento. Ante el escaneo de los ojos negros, Sakura se puso nerviosa.