Capitulo 29.

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Entonces, después de subir todos esos pequeños escalones, y que el seguro se deshiciera por el calor de mis manos, las puertas se abrieron de par en par debido a que Link me ayudó a abrirla.

-Sólo tengo una pregunta, Mel – comentó casi en un susurro

-¿Si?

-¿Cómo hiciste para pasar la pirámide del castillo?

Sonreí ampliamente.

-Cosas de suspiro, yo sólo tengo una duda, ¿Link?

-Si, dime

-¿Cómo aprendiste el ataque giratorio antes de tiempo? – levanté una ceja hacia él.

Se rió.

-Touché

-Sólo son cosas que mi presencia aquí hace que se disloquen, empezaré a llamarlas... rupturas en el tiempo, se supone que yo no debería estar aquí, Link.

-Eso lo sé, cambiaste de lugar ciertas cosas, lo noté cuando entramos al templo del tiempo.

-Sí...

Caminamos en dirección al centro de la sala del trono ahora de la princesa Zelda. Mientras caminábamos, ambos vimos al lobo dorado hacernos reverencia para luego mirarme directamente a los ojos a mí.

-Ya voy a verte – murmuré hacia el lobo – Espérame en la arboleda sagrada.

Fue entonces que aquel desapareció en un destello de luz y se hizo polvo del sitio. Dejando una suave frase en mi cabeza antes de irse.

"No cometas el mismo error dos veces. No dejes que te maten"

Sonreí al verlo partir para luego ver a mi compañero, quien después de ver esa escena asintió a mi dirección y caminamos toda la sala hasta ver con horror el cuerpo de la princesa Zelda colgado en medio de la trifuerza encima de la silla real.

Link rápidamente desenvainó la espada maestra y ahí ocurrió lo inevitable. Ganondorf apareció sentado en el trono.

-Me moría por conocerte – soltó Midna con desdén hacia el ahora propietario del trono

-Tu pueblo entero me da gracia, Midna, desafiaron a las Diosas con magia tan patética y aun así les sorprende su destino. Pero reconozco que la agonía de tu pueblo me hizo más fuerte. Tu odio se tornó en la fuerza que me despertó.

-Tsk – solté mirando a la princesa del crepúsculo, igual había sido un peón en el juego de las diosas.

-Sin embargo, tu pueblo carecía del verdadero poder...

Ahí, Ganondorf caminó de un lado a otro mientras hablaba, ahora admirando a la princesa Zelda.

-Del poder absoluto sólo reservado para los elegidos por las Diosas.

Entonces nos miró.

-Aquel que posee ese poder sería el Rey perfecto para este reino, ¿No creen?

-Veo que lo tuyo son delirios de grandeza.

-Y unos muy grandes – Dark habló en mi cabeza. Lo que me hizo reír por lo bajo.

-Pero si como dices, tienes el poder absoluto... ¡Emplearé todo el mío contra ti!

-La luz es capaz de conmover a las sombras - Ganondorf reía por lo alto, viendo a Dark detrás de mí, quien nació de mi sombra al escuchar esas palabras - ¡Qué gracioso!

Fue entonces que me miró a mí y se volvió a reír.

-Como quieras Midna, ¡Enfréntate a mí si eso es lo que deseas! ¡Tú, La sombra que creé y ese par de críos que te acompañan!

ATLOZ FANFIC. La viajera de otro mundo III. La princesa del crepúsculo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora