Capitulo 17.

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Repentinamente la oscuridad me tragó, la luz apareció atrás de mí y la noche devoró todo a su paso.

Frente a Link me hallaba ya, cabizbaja, de pie y llevando mis manos temblorosas a mi cuello, sentía los dientes de Dark todavía contra mi piel, la sensación de la suavidad con la que tomó su parte, pero la violencia en cómo él disfrutó la comida daba vueltas en mi cabeza, no oía su voz, pero era lo suficientemente fuerte como para hacerme perder los estribos.

Yo era un juguete.

-¿Estás bien? – preguntó mi compañero frente a mí, su voz tan cerca de mi cara, de mis mejillas, llevando un rubor demasiado terco sobre mi rostro, pero no sentí dolor como la vez pasada.

Había sido curada por Dark.

-Sí, creo – mentí algo mareada, caminé hacia la entrada del patíbulo del desierto, el lugar donde según Midna había sido un sitio de tortura y malestar en estado puro y sin destilar, custodiado por seres de otro plano astral.

Siempre con los fantasmas.

Un estilo de repelús se alzó sobre los bellos de mis brazos, sentía algo de adrenalina controlada por mi torrente, como usualmente me sentía antes de entrar en algún lugar completamente diferente y lleno de monstruos.

Un lugar que, esta vez, podía decir que conocía, extrañamente, como si fuera la palma de mi mano.

La noche cubría el desierto helado, mientras Link habría las puertas del Patíbulo, todo en silencio, la caminata y las estrellas que tanto yo adoraba. El sitio se hallaba lleno de arenas movedizas, tragando todo a su paso, incluido nuestro silencio.

-Prepara la zarpa – ordené y él obedeció, llevándonos a ambos a través de la sala, usando las antorchas de hierro para trasladarnos de un lado a otro, hasta llegar a una gran puerta al final del sitio – Éste templo es conocido por tener mecanismos que abren las puertas – dije – sin eso, no podremos movernos mucho.

-Entiendo... ¿Cómo abriremos esta de aquí? – preguntó cruzándose de brazos.

-Mira a tu izquierda – sostuve, para luego ver que, en efecto, las cadenas para ser arrastradas por Link para poder abrir el cerrojo se encontraban en espera de ser tomadas.

No duró mucho en darse cuenta de lo que decía.

Una vez dentro de la siguiente parte, había tres caminos, uno a la izquierda, derecha y al frente, donde el piso casi cubierto en su totalidad de arena se hallaba hecho un desastre debido a los años.

-A la izquierda hay una pequeña fuente de aceite – comenté al aire – rellena el candil – ordené.

Mis palabras eran secas, llenas de control y autosuficiencia, lo impresionante venía cuando Link me seguía sin rechistar, como si poco a poco se diera cuenta de la importancia que tenía que yo supiera su vida.

Un poco de amargura repasó mi rostro.

La familiaridad de aquello abruptamente golpeó mi rostro, Link se hallaba bastante feliz por la simple razón de rellenar el candil que ahora sería guardado en su alforja. Caminó sin mucho deleite en su rostro hacia mi persona, yo por otra parte llegué a la puerta del camino del centro.

-Ábrela, por favor – pedí, él era el que tenía los brazos fuertes, yo sólo tenía la velocidad del rayo de mi lado.

Así lo hizo, el silencio siempre reinando entre ambos.

La oscuridad del templo del desierto se comió todas las luces que alguna vez pudimos descifrar que se encontraban allí, era como un parpadeo de luces extraño para luego volverse en completa oscuridad, justo como la mente de Dark dentro de la mía.

ATLOZ FANFIC. La viajera de otro mundo III. La princesa del crepúsculo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora