Cabalgar hacia la entrada del reino Zora fue lo que hicimos, una vez que fuimos a la tienda de Don Mechas para comprar una bomba que podría explotar bajo el agua...
El dominio, un sitio que apenas había recobrado vida gracias a Link y a Midna, mientras yo estaba "ausente".
No poder asimilarlo, no haberles ayudado, realmente me ponía mal, yo estaba aquí para eso, esa era MI misión.
Pero fallé y eso no era tolerable.
-Estás muy callada – oí de Link quien desmontó a Epona mientras yo lo hacía de Zero – Todo el camino has estado en silencio.
-Tengo cosas en qué pensar – fue lo único que pude contestarle.
El poco tacto que alguna vez le tuve a Link, a "este" Link, se había esfumado, como si fuera aire, como si fuera nada.
Como si no pudiera confiar más en él.
-¿Tienes miedo? – preguntó el castaño de sopetón, caminando hacia el interior de aquellos dominios, de aquella ciudadela tan cálida y llena de brillo por la caída del agua de la gran cascada que nacía de la sala del trono.
-¿Miedo? – intenté otra cosa, pero, contestar aquello no era lo mío, ¿Miedo? Tal vez tuviera miedo, pero de qué, de quién o por qué fueron las preguntas más molestas que alguna vez pudieron decirme.
-Sí, tu rostro siempre muestra una sonrisa, aunque sea retorcida, pero ésta vez... - intentó acercar sus dedos hacia mi rostro, no supe cómo ni por qué, mi mano voló hasta la empuñadura de mi espada y la desenvainé amenazándolo por el cuello.
Tenía miedo.
Miedo de él.
-Tenemos un monstruo qué matar, no podemos perder tiempo – dije empezando a temblar.
No sabía qué era lo que quería mi mente, ni mi cuerpo, ni mi alma, una quería gritar del dolor, el otro aceptar el pequeño tacto y mi alma quería todo, absolutamente todo.
Retorcida a más no poder – volví a cachetear mentalmente a Dark - ¡Joder! ¡Se te va a hacer costumbre!
Eso te ganas por empezar a molestar.
¡Eso me gano por...! Está bien, Touché.
Sonreí ante mi pequeña victoria y me giré en dirección a las escaleras que nos guiarían de ese tramo a la sala del trono.
Link... simplemente no dijo más y comenzó a seguirme en silencio.
El palacio, el hermoso palacio con paredes de roca y húmedas, un piso casi tan transparente como el cristal, nos permitiría cruzar simulando poder caminar sobre el agua que brotaba del centro de la habitación iluminada con luces azules, como si la magia surgiera una y otra vez en éste mundo.
Un hermoso mundo.
-Vamos, sé que tienes las botas de hierro – continué – Úsalas para llegar hasta al fondo.
Ambos teníamos la tela negra cubriendo nuestras bocas.
-Mel – llamó
-Dime, ¿Alguna duda?
-Realmente estoy harto.
-¿Eh?
Me miró a los ojos, aquellos ojos llenos de decisión y un pequeño brillo que brotaba como sol.
Esos ojos que enamorarían a cualquier chica frente a él y mi corazón no era la excepción, se acercaron hacia mí, mientras yo encantada los veía moverse hacia delante, y con justa precisión, fui capturada por sus brazos una vez más.
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ATLOZ FANFIC. La viajera de otro mundo III. La princesa del crepúsculo.
FanficDime, ¿Alguna vez has sentido un extraño sentimiento de tristeza cuando el sol se pone? Dicen que es el único momento en el que los mundos se conectan... El único momento en donde se sienten los lamentos de aquellos seres que dejaron nuestro mundo...