Capitulo 26.

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-Creo que tenemos que ir a hablar con el señor de allá para que ponga en marcha la operación de reparar el cañón que nos llevará hacia Celestia – fue lo primero que mi mente soltó al tener a mi compañero cerca.

-¿Mandaste mis saludos? – Midna pasó a mi lado flotando como sombra.

-Sí – mentí – estaban bastante enérgicas cuando las saludaste

-Deja de mentir sobre eso – Midna bufó – Al menos saben que estoy ayudando.

-Oh, lo saben, saben todo lo que pasa, por desgracia.

-¿A qué te refieres? – me preguntaron los dos al unísono.

-Nada, nada. ¿Están faltos de dinero? – pregunté para desviar la atención – Les pedirá una buena suma por repararlo.

-¿Cuánto? – Link empezó a ver su alforja he hizo una mueca

-Hmmm – hice una pausa mirando hacia el cielo, hasta que me acordé, sí que era caro – Unas trescientas rupias – murmuré – debe ser pan comido para el héroe, ¿no es así?

Link puso la cara más graciosa que podría haber visto en mucho tiempo.

-Podré ser el héroe, pero por jugarme el pellejo desgraciadamente no me pagan – el joven frente a mí suspiró notoriamente con fastidio en su rostro. Era verdad después de todo.

-Bueno, en eso tienes razón – llevé mi mano a mi alforja – lo bueno de todo es que fui amiga de la princesa Zelda de ataño, así que por dinero no te preocupes.

Los dos, Midna y Link levantaron una ceja.

-Soy millonaria – sonreí ampliamente sacando de mi alforja, la bolsa de rupias que la princesa Zelda me había regalado antes de partir hacia Términa con mi primer compañero.

Sus rostros parecían un poema, a Link sólo le faltaba el tic en el ojo.

-¿Desde cuándo lo sabes y no me habías dicho?

Parpadeé un par de veces.

-Desde que recuperé la memoria – sonaba despreocupada – O sea, desde que casi me matas en la fuente de Lanayru – luego bajé la voz – o posiblemente antes, cuando compraste el candil al chico del afro.

-Mel... - el rostro de Midna se oscureció - ¡ERES UNA...!

Link la detuvo.

-¿Me he perdido de algo? A parte de decirme que era una buena para nada, nunca me preguntaron o dijeron algo al respecto – me encogí de hombros y luego les lancé un trío de rupias grises. Link las tomó con agilidad en el aire.

-Bueno, en eso tiene un punto – mi compañero se sentía enojado y a la vez sorprendido – Ser el suspiro completo tiene sus ventajas, ¿No?

Le miré con ojos inquisidores.

-Debatible. Ahora vayan, que el tiempo vuela.

Ambos asintieron, la princesa Midna regresó a la sombra de Link y éste corrió a pedir que reparasen la máquina.

No supe de qué tanto hablaron, realmente me dio igual. Al mismo tiempo en que mi mente daba vueltas con la información que sobrevolaba mis pensamientos. ¿Mi origen? Yo provengo de mi padre y mi madre, ¿Verdad?

¿Hubo más suspiros antes que yo? ¿Habrán hecho algún reinicio de vida antes de que yo llegara? ¿Cuántos hubo antes? ¿Habrá después?

Suspiré intentando evitar el repentino dolor de cabeza que tuve al recordar a mis padres.

ATLOZ FANFIC. La viajera de otro mundo III. La princesa del crepúsculo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora