Una fuerte bofetada arremetió contra la mejilla de Maggie, provocando que su cara se corriera hacia un costado mientras esta toqueataba aquella enrojecida zona, con su boca semiabierta por el impacto.
Neferet la observó al igual que su hermana, de una manera embravecida e iracunda. Apretando sus dientes con fuerza y controlando lo más que podía sus propias lágrimas, siendo ella el muñeco de un titiritero agonizante.
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—Pequeña... —sollozó Frankie; Neferet, sin embargo, alzó su mano, sin darle tiempo ni oportunidad para defenderse verbalmente.
—Por su culpa... —su voz salió hecha un hilo. —Por su culpa... —
—Nosotras no queríamos... —
—¡Me importa una mierda lo que querían!—interrumpió a Maggie a grandes y furiosas voces. —¡Me importa una mierda sus excusas! —
—No queríamos que esto ocurriera. Él no debió intentar detener... —un furioso golpe cerró la boca de Frankie. La pelirroja observó mas que impactada a su hermana, sintiendo que un hilo grueso de sangre caía de su nariz.
—Ustedes lo iniciaron. Ustedes deberían estar muertas. —escupió con odio.
—Tienes razón. —admitió Maggie. —Pero yo lo empecé. Frankie no... —
—¡Por ustedes dos es que Rick Grimes acaba de morir! —
Frankie dejó escapar otro sollozo, apretando sus ojos con fuerza mientras agachaba su cabeza.
Maggie solo dejó caer sus lágrimas, asimilando aquello.
—Ni siquiera piensen que sus malditas lágrimas lograrán conmoverme. No esperaré ni un puto segundo de mierda para darles lo que putas merecen. Tú... —señaló a Maggie. —Recoge tus cosas y a tu hijo. Si pisas este lugar, si vuelvo a ver tu rostro, si me entero de que andas por los alrededores, tu ejecución será inmediata. Y en cuanto a tí, pedazo de basura... —se dirigió a su hermana. —Tienes prohibida la entrada a Hilltop. Puedes estar muriéndote allá afuera, puedes estar famélica, herida, lo que putas sea. No me importa. Si vuelvo a ver tu rostro, cortaré tu maldita cabeza. Y, en cuanto a sus amiguitas de Oceanside, el trato queda completamente nulo y también tendrán la entrada prohibida. Las sentenció al exilio. Quedan expulsadas de la comuna de Hilltop por el homicidio de Rick Grimes. —
—Nilo.—ordenó Daryl en un suave susurro; su primogénito asintió en silencio mientras tensaba la cuerda de su arco con la flecha perfectamente colocada. El pequeño pelinaranja llevó el extremo no puntiagudo hasta llegar a sus labios. En un suspiro, la flecha llegó hacia la cabeza de la serpiente que se desplazaba por aquel árbol, matándola.
