Este capítulo contiene fuerte contenido adulto (sexual), leen bajo su responsabilidad.
Están advertidos.
Había despertado hace media hora, desde entonces me dediqué a observar la paz que emanaba del durmiente Alexander. Me veía como una total acosadora, siendo sincera, pero no me importaba, la única persona que podría verme está durmiendo.
Confirmé nuevamente lo que ya sabía; él era un hombre verdaderamente guapo. Se me hacía chistoso que por fuera luciera como un chico malo cuando tenía el corazón más sensible que he conocido.
Me gustaba verlo así de tranquilo, su pecho subiendo y bajando de manera uniforme, como si nada en el mundo pudiera hacerle daño. Adoraba los tatuajes sobre su piel, se me hacían extremadamente sexis a pesar de su historia.
Con mi dedo, tracé la línea del que tenía en su pecho, con delicadeza, disfrutando del calor de su piel.
—¿Te cansaste de observarme y ahora quieres tocar? –habló con voz ronca, sorprendiéndome.
—¿Cómo sabías que lo estaba haciendo? No te vi abrir los ojos.
—No es necesario tener los ojos abiertos para saber, tu mirada es muy intensa y más con esos ojazos –dijo divertido.
—Pues los tuyos tampoco se quedan atrás –me defendí como si me hubiese ofendido.
—Gracias, ya se que mis ojos son bonitos –sonrió.
—No fue un cumplido –fruncí el ceño.
—¿Qué tal si en lugar de fruncir el ceño mejor frunces tus labios contra los míos? –ladeó su cabeza, mirándome de manera intensa.
—Eww, no –hice una mueca de asco.— no nos hemos lavado los dientes, eso es un asco.
—Vale, vayamos a asearnos para que te pueda comer –se puso de pie y me tomó de la mano llevándome hacia al baño.
—A besos –alcé una ceja, creyendo que no había terminado su oración. Me miró sin entender nada.— para comerme a besos –expliqué.
—Oh si, pero no son los labios de tu boca los que besaré exactamente –dijo mirándome por el espejo.
¿Cómo es posible que con un par de palabras este chico pueda ponerme como una intensa fogata?
Es como si yo fuera gasolina y él el fósforo que lograba encenderme con solo una mirada. Y es que todo él era candente.
—Oh –sólo pude decir y empecé a lavar mis dientes. Él sonrió con orgullo, sabiendo todo el poder que tenía sobre mi y lo que me causaba.
Ambos terminamos de lavar nuestros dientes y entramos a la ducha. Él se encargó de lavar mi cuerpo y viceversa.
—Gírate –ordenó. Yo gustosa le hice caso, estaba curiosa por lo que él haría, y me excitaba su misterio.— separa un poco las piernas –lo hice.— si mal o recuerdo, nunca un hombre te ha hecho sentir un orgasmo, ¿o me equivoco?
—Mmm... no –contesté confundida.
—Relájate y disfruta, shawty –susurró con sensualidad en mi oído. Descansé mi cabeza en su pecho, mientras sus manos masajeaban mis senos, por un momento me sentí avergonzada de su tamaño ya que apenas cabían en sus manos, aunque a decir verdad sus manos eran enormes.
Su mano derecha fue bajando hasta llegar a mi parte intima. Sus dedos se deslizaron entre mis pliegues robándome unos cuantos suspiros. Un gemido salió de mi boca cuando su dedo entró en mí, la sensación era extraña, nada nuevo porque yo lo había hecho en el pasado, pero él lo hacía tan bien, nada comparado a como lo hacía yo o Daniel. Con Alexander era puro placer.
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Lítost
Teen Fiction"Luego de todo lo que hemos pasado, no había forma de que yo me permitiera perderlo. Él se había metido en mi cuerpo como una bala sin salida, y haría todo lo que fuera por mantenerlo conmigo. Y ahí surgió una pregunta en mi cabeza: ¿Sería capaz de...